La primera cita de la Tertulia Flamenca, de la Biblioteca Pública de Valladolid, en este 2017 se abrió con un invitado de lujo e inesperado, el guitarrista José Antonio Rodríguez (Córdoba, 1964). Inesperado al ser una iniciativa suya el acercarse a la afición flamenca vallisoletana (petición realizada a través de la Asociación Punto Flamenco).
Y un lujo por la categoría del invitado, dada su reputada y reconocida extensa trayectoria dentro del mundo flamenco y de la música. Y allí estaba entre nosotr@s el pasado 20 de enero, un día antes de su actuación en el Teatro Carrión de Valladolid, donde presentaría su nuevo proyecto, Manhattan de la Frontera.
Sería la primera vez que actuaba en Valladolid capital en sus casi 40 años de carrera musical (dato para sacar conclusiones). Pero no la primera en la provincia vallisoletana. Recordó que hace 33 años estuvo en Medina del Campo acompañando a la guitarra a José Mercé, en el Festival Flamenco de la localidad vallisoletana, que aún continúa celebrándose gracias a aficionados como Faustino Dueñas, a quien señaló el guitarrista cordobés entre los asistentes ese día a la Tertulia, en la que también estuvieron músicos como el guitarrista vallisoletano, Raúl Olivar, amigo de Rodríguez.
Casi dos horas departiendo con l@s asistentes que llenaban el salón de actos de la Biblioteca. Charlando, contestando preguntas -"me estáis achicharrando", comentó con gracia-, no tocando para desilusión o desinformación de algun@s. Dándose a conocer, en definitiva.
Quién es, por qué es flamenco y músico, qué hace, sus ideas sobre la guitarra, el arte, la música y otros temas fue desarrollando, abordando Rodríguez, "flamenco desde niño", formado en el Conservatorio Superior de Música de Córdoba de la mano del maestro Manuel Cano, uno de los primeros en consolidar los conciertos de guitarra flamenca, en España. Porque en el extranjero, en Estados Unidos, sobre todo, era una práctica habitual (ya saben, Sabicas, Mario Escudero...)
Sucedía esto en la España de los 50-60 del siglo pasado y hasta ahora donde la guitarra solista es un hecho; aunque tarde casi 40 años en actuar en Valladolid. El tocaor se 'liberó' del acompañamiento, para mostrar su mundo interior, podría decirse así, y explorar otros mundos. Rodríguez está en la línea de Paco de Lucía en cuanto a la fusión, no cree en ella, sino en la colaboración con otros músicos. Y ha tocado con muchos y muy variados. Por su propia inquietud como músico, de aprender, de investigar, de su gusto por la música en general, sea cual sea el estilo o género de esta (muchos fueron los ejemplos que el guitarrista puso sobre sus colaboraciones; por ejemplo, de Alejandro Sanz, ¿qué podía aprender del famoso cantante melódico español, con quien ha tocado en disco y en directo?: "La disciplina escénica, el utilizar la tecnología para apoyar la música, no para enmascararla").
"La diferencia es una alegría... hay que arriesgarse a encontrarnos con algo especial, ¿es que siempre vamos a lo seguro?... no es necesario (para el público) saber distinguir una soleá para disfrutar de la música, de lo que el músico-el artista quiere decir... recomendaría a cualquier músico aprender lenguaje musical en estos tiempos, todo enriquece... me sigue interesando cambiar... todo está por descubrir, todo está por hacer; más vale que sea así".
Siento resumir de esta forma la comparecencia de José Antonio Rodríguez, generosa de tiempo, paciente. Con sus palabras también se ofreció un retrato de la guitarra flamenca -se hicieron varias preguntas sobre por qué no se enseña en los conservatorios españoles- y del guitarrista flamenco (un ser frágil, atormentado, analítico, "como un científico"). Y dejando la puerta abierta a otras preguntas, a otras ideas, sobre el papel del instrumento y del instrumentista, siempre relacionado, en el mundo flamenco, con el acompañamiento hasta que se hizo solista. Tal vez en otra ocasión se puedan plantear, si algún artista flamenco tiene a bien seguir la iniciativa de Rodríguez y acercarse a esta Tertulia, para lo que guste expresar.
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