domingo, 12 de febrero de 2012

La debla


Debla: Cante popular andaluz, en desuso, de carácter melancólico y copla de cuarto versos (DRAE).

Seguramente, los cantaores y cantaoras no se encuentren entre los más guapos del mundo. Nada importa, porque no van a competir en un concurso de belleza. El esfuerzo es lo que tiene, que afea los rasgos. Lo suyo es cantar, con gestos que, a veces, no son hermosos. Así es que, los cantaores y cantaoras son seres imperfectos, como imperfecto es ese arte que les sale de la boca y llamamos flamenco.
Es más, se trata de un arte, de un modo de explicarse que, cuanto más imperfecto es, más perfecto nos parece a quienes lo escuchamos, y nunca sale dos veces igual un cante. Quejíos. Entre nosotros, nos entendemos; aunque parezca que no.
El cante flamenco se generó cerca del fuego y al aire libre, y eso marca los rostros con una impronta que no suele borrarse. A veces, el cante, cuando es auténtico, hasta huele. Sí, huele a sudor viejo y a humo. Porque eso es lo que transmiten los antiguos cantando junto a la lumbre. Si vives en un piso con calefacción, malamente se te puede ocurrir la Siguiriya del Planeta. Esa es la antorcha que enarbolan los viejos cantes, los de los orígenes que hoy escuchamos. No hay más que escuchar a Manolito el de María. Ese gitano no podía cantar de otra manera ni aunque lo intentara. No hay otro modo de hacer las cosas, esa cosa que nos duele dentro y damos en llamar cante jondo. Los viejos cantaban así, con estremecimiento, a lo mejor porque tenían frío.
La debla, diga lo que quiera el Diccionario (mis respetos) ya siempre la recordaremos como la cantaba Rafael Romero, el Gallina. Ese chillido hace daño, lo digo de corazón. La Mariana siempre será la de Bernardo el de los Lobitos. Si los jóvenes cantaores no lo hacen tan bien como sus ancestros, mala suerte. Ellos hacen lo que pueden. No hemos de olvidar que, también ellos, como todo el mundo, tienen que vivir antes que cantar. Ya lo decía el gran Manolito el de María: canto porque me acuerdo de lo que he vivido.
Quien sabe si, dentro de cien años, los aficionados creen que lo rancio, lo antiguo, lo bueno es lo que hoy hacen el Pitingo, Miguel Poveda, Arcángel o la hija de Morente. El tiempo, ese enemigo que mata huyendo, como decía Quevedo, dará y quitará razones.


Febrero 2012.

Rafael Romero el Gallina.
(Debla en idioma caló quiere decir Diosa).

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