A veces las cosas suceden, se encadenan de una forma sorprendente y agradable. Como le pasó a Dhalua, de Millenium City, paseando por la localidad cántabra de Potes: "O 'Pontes', como la denominaron los romanos, que debe su nombre a los distintos puentes que cruzan los tres ríos que confluyen en la villa: Bullón, Quiviesa y Deva", cuenta en su relato de viajes sobre Liébana, y en ese "paseo por el empedrado nos lleva hasta 'Un lugar...' . Un gran cartel con el retrato barbado de Camarón, con su mano ensortijada y tatuada -el sol y la luna- aproximándose al cuello, nos da la bienvenida... '¡¡¡hombre!!!'. Arriba, en la fachada de mampostería del bar, se abren dos ventanas que lucen en el alféizar pensamientos malvas y blancos, que se desbordan de las jardineras. Encontrarse con Camarón siempre alegra el corazón".
Esta mañana del 8 abril -finiquitada la SS y su tiempo desapacible, aunque nos regaló una nevada- lucía el sol y salimos fuera de la capital. En el coche sonaban gitanos cantando a Camarón, P. dijo que hoy era:
Cartel día Internacional del Gitano (FSG) |
Paramos en Puente Duero y, después de dar una vuelta por el pueblo, ver los pinares, los cerros pelados allá al fondo, un burro, nos sentamos en la terraza de un bar a tomar algo. Entonces reparamos que el bar tiene puesta música gitanera, aflamencada, suenan desde Niña Pastori, Capullo de Jerez, Gipsy Kings a El Barrio, Delinqüentes o el Orozco.
Así estamos, fumando, bebiendo y hablando (de flamenco, desde Enrique el Mellizo, Chano Lobato, El Torta, por supuesto, Camarón, a Chacón o Torre), viendo a señores y señoras, jóvenes y de mediana edad saliendo de misa, algun@s con traje semanasantero, cuando aparece Pascual, de la Peña la Seguiriya.
Buen remate para una soleada mañana, flamenca, gitana. Sastipén ta lí.
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