lunes, 2 de julio de 2012

Camarón, 20 años (V) ¿Cómo cantaría hoy...?


2 de julio, 7:10 de la mañana de 1992, fallece José Monje Cruz “Camarón de la Isla”, veinte años después se sigue echando en falta su quejío, el bramido tétrico de su cante por siguiriyas. 

Para buscar el cante de Camarón, hay que volver a épocas remotas de la Andalucía dolorosa y marginada; la Andalucía que, para eludir la ferocidad de la persecución, había tenido que ocultarse en las sombras de la clandestinidad, sin más consuelo a su desgracia que el grito desgarrado levantándose entre el clamor de los siglos.

No sé si acierto al decir, que el cante de Camarón de la Isla desgarrao doliente original desconcertante estaba construido por todos los elementos que configuraron un día la expresión del pueblo Andaluz. La tierra de la marginación y del hambre, de la muerte y del duelo.

Suyo, el milagro de congregar en su entorno a un público tan variopinto y disperso, reunidos en una misma identificación los últimos estamentos de una comunidad que es suma de civilizaciones, el estudiante el campesino el gitano de la fragua o mercadillo el viejo el joven rebelde sin causa, y el señorito aflamencado.

Veinte años después, la figura de Camarón se mantiene firme en la memoria colectiva de los aficionados y aficionadas, dispuest@s en cualquier momento a escuchar el cante de Camarón y preguntarse: ¿… cómo cantaría hoy el gitano… de la Isla? 

Pedro Sanz





Postfacio:

Unas líneas que le dedicó Félix Grande con motivo de la muerte de cantaor, extraídas del libro colectivo, A Camarón, editado por la Bienal de Sevilla de 1992:

"… cada cante de Camarón fue un beso del artista en la boca de la desgracia. Por entre la saliva de ese beso horroroso y maravilloso, lo escuchábamos horrorizados y maravillados. Mientras oíamos esos cantes éramos momentáneamente inmortales. Camarón decía su palabra rompiéndose, y esa  fractura estañaba las nuestras. Su desconsuelo era consolador. Su desesperación apaciguaba. La infinita tristeza de su voz ponía en nuestros silencios la reparación del sosiego…. Cada vez que lo recordemos volveremos a ser inmortales. Nos hemos quedado un poco más solos de cuando siempre lo estuvimos, con unas cuantas grabaciones en nuestras manos absortas. Camarón ha muerto y no ha muerto”.

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