martes, 28 de agosto de 2012

La rumba de aquí

Decir Peret -en concierto el día 2 de septiembre en la Plaza Mayor; once de la noche- es decir rumba catalana, una de las variantes más significativas de un estilo musical siempre popular en este país, aún vigente, aún efectivo.
Y también en buena parte del extranjero, ahí está el éxito internacional de Gipsy Kings (un ejemplo: su "Bem bem María" sonaba en la película Fanático, de Tony Scott; y sirva esto de homenaje a quien tan buenos ratos proporcionó en el cine, muy por encima de su sobrevalorado hermano Riddley).
Disgresiones al margen, la rumba viene triunfando por el mundo desde hace mucho tiempo como bien recuerda un reciente libro, La rumba en España (Libros con Duende, 2012), en el que José Luis Navarro cuenta la historia - hasta 1939- de este estilo originario de Cuba y de su llegada e implantación en este país al ser tomada por los flamencos y ofrecer la primera variante del género, la rumba andaluza o flamenca. A partir de la mitad del siglo XX, la rumba catalana, bomba gitana o rumba de aquí (aquí, por Cataluña) tomará el relevo, y multiplicará el impacto de su popularidad. Hasta el punto de dar pie a otras variantes como la rumba madrileña, relacionada con la canción española, con Quintero, León y Quiroga (Chichos, Chunguitos, Chorbos...) y reactivar la flamenca ("Entre dos aguas", "Volando voy"...).
Todo por que a unos gitanos asentados en Cataluña les dio por inventar la 'guitarra ventilador', culminación de un proceso de fusión entre los patrones rítmicos afrocubanos y el cant de Llevant o flamenco levantino, y "única innovación rítmica en la música popular europea durante el siglo XX" (Francisco García Hortelano, antes de ser Francisco Casavella). La historia de la rumba catalana ha sido muchas veces contada, por recomendar una, ésta.
"Un sentimiento alegre que se baila", la rumba catalana. Y cómo se baila. O puede bailarse, toda fusión está permitida. Ahí estaba Tío Palo, el 'James Brown' de la bomba gitana, que acompañara a Estrellas de Gracia.

Aquí dos carátulas de casetes, formato, en su momento, indicador de éxito y proyección popular, de Peret, que pasó de ser el Elvis de la rumba por su popularidad, al Jerry Lee Lewis-Little Richard por las reticencias, prejuicios para aceptarle, y aceptarse, como tal.
Pero la rumba permanece, casi sin añadidos diferenciadores, con su ritmo pegadizo, su alegría contagiosa, su invitación al baile (aunque esto último estará por ver en una tierra como esta, muy pudorosa en cuanto a exhibir movimientos que supongan desenfreno, desinhibición, en la calle, a la vista de cualquiera. Dales caña, Peret. También habrá otra oferta rumbera, cercana, con Rumba Tres -5 septiembre; Plaza Ribera de Castilla, 22.30 horas-, grupo post-Peret, Los Amaya y la época dorada del género. Y una propuesta muy particular, salpicada con otros 'palos': la rumba 'rondillera', por el vallisoletano barrio de La Rondilla, de Los Pichas -31 agosto; Plaza Portugalete; 22.00h.-, ejemplo de la vigencia y popularidad de la rumba. Como homenaje a Los Pichas y a la rumba en general esta figurita, este My lonesome cowboy,  de  Takashi Murakami:

Pam, pam, pam, que mi chelito, pam (Coros) Tili, tili, tili...).

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