"Es tan pequeño el escalón dentro del laberinto flamenco entre el folklore, la canción popular andaluza y castellana, el flamenco y la canción tradicional, todo está tan cerca, que muchas veces distinguirlo es difícil. Pero esa confusión, y esa fusión, me gustan mucho" (Enrique Morente).
"Compás: La forma, la técnica de medir el ritmo. Unos lo entienden de una manera, otros de otra, pero es una de las riquezas del flamenco, una forma de medir que no existe en otras músicas, sobre todo cuando hablamos de soleás, bulerías, siguiriyas o tientos... La medida del fandango es más universal, está en la jota aragonesa por ejemplo, pero si la aceleras y le cambias un poco el carácter, te descuidas y te sale una bulería. Ese tipo de juego rítmico existe mucho en el flamenco. El compás es para escribirlo y el tiempo para sentirlo. Hay trabajos perfectamente cuadrados, muy medidos, pero que están sin arte. Hay gente que tiene mucho compás y no es artista. Chocolate cantaba totalmente libre, fuera de los cánones del compás y de la guitarra, y es un artista que ha quedado en la historia. La Paquera no tenía el estilo moderno de la bulería de Jerez, pero mejor que ella no ha cantado nadie por bulerías... Casos y cosas así se dan en el laberinto, a veces confuso, del flamenco. Una prueba más de que en el arte los dogmas no valen para nada" (Enrique Morente en La voz de los flamencos, de Miguel Mora. Editorial El Ojo del Tiempo/Siruela. 2008).
No hay comentarios:
Publicar un comentario