lunes, 19 de noviembre de 2012

Vino con la lluvia, se fue con un beso: Carmen Amaya

"1913. Día de Difuntos. En la gran urbe barcelonesa llueve con fuerza.
En una barraca del Somorrostro barcelonés un gitano cetrino, delgado, de ojos achinados y el pelo liso, dice: “¡Sólo esto faltaba!”.
El agua se filtra a través de las rendijas de la barraca y en un jergón sucio la Micaela gime y se agita. Un mar negro y embravecido bate furioso contra la arena de la playa. El mar más azul y luminoso, el Mediterráneo, se ha empinado, ha alzado sus brazos al cielo y baila una extraña danza ancestral, triste, trágica, una danza de miedos y pasiones, una danza que cualquiera sabe dónde ha nacido –pudo nacer en el Egipto de los Faraones, o pudo nacer en los desiertos de Arabia-, una danza de sentimientos.
Micaela Amaya, esposa de Paco Amaya el Chino, tiene miedo, no por ella, sino por aquella vida que desde sus entrañas está llamando a la luz, y Paco Amaya el Chino toma una decisión: “Te llevo a casa del abuelo, a casa del Cagarrutas; allí estarás bien. Ya sabes que a su barraca le ha puesto el techo de hojalata”. La Micaela se muerde los labios y asiente. ¡Tiene tanto miedo! Hay algo que le ha dicho que lo que se agita en sus entrañas no puede malograrse por nada ni por nadie. Ella dice que son sus duendes los que la advierten… lo que va a nacer es algo más que una niña o un niño, lo que va a nacer es, será en el futuro, algo muy importante…".
"Una tarde Carmen le pide una cosa a Juan Antonio: que vaya a buscar al párroco. Carmen Amaya confiesa y comulga, y susurra:
-Ahora ya estoy tranquila…
Lejos, muy lejos ladra un perro; los gitanos se estremecen. El sueño de Carmen es un sobresalto continuo; a pesar de los calmantes esta noche no consigue dormir. Un susurro:
-Dame la mano…
El padre de Juan Antonio coge la mano de la bailarina. Así pasan unas horas. La enferma abre los ojos. Durante un rato muy largo mira a cuantos rodean su lecho… Luego:
-Dame un beso, papá…
El padre de Juan Antonio besa tiernamente la frente sudorosa de Carmen, que hace la misma petición a todos… a Diego, a mamá… Carmen sigue descansando intranquila. Tímidamente empieza a amanecer. Ha pasado otra noche. El sol está ya bastante el alto, el reloj de la Iglesia de Bagur deja oír nueve campanadas. Pocos minutos después Carmen aprieta con fuerza la mano de Juan Antonio, y en un murmullo que sólo el esposo entiende, le besa. Y nada más".

(Carmen Amaya, falleció el 19 de noviembre de 1963, fue amortajada con una mantilla blanca. Tras ser enterrada en el cementerio de Bagur, su esposo trasladaría su cuerpo al cementerio de Ciriego en Santander, al lado de la Virgen del Mar, donde reposa.
Este texto con su nacimiento y muerte ha sido extraído del libro, librito más bien, Carmen Amaya. La bailaora genial, escrito por Salvador Montañés. Las ilustraciones llevan la firma de Mataix. Fue publicado por Ediciones G. P, de Barcelona, en 1964. Gracias a Carlos Rayaces el Bairon por el libro). 


(Por último, dos enlaces. Uno de hoy mismo y a modo de complemento, en Papeles Flamencos informando de la aparición del libro de Montse Madridejos sobre la Barcelona flamenca hasta la Exposición Universal de la capital barcelonesa (1929-30), con apartado para para la bailaora -y también para Vicente Escudero-; el segundo, de nuestra amiga Orna en su blog La Reina de la Luna, por recordarnos esta fecha).

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.