viernes, 12 de julio de 2013

'El Johnny': del tablao a la universidad


El cambio a un sistema democrático después de casi 40 años de la tiranía franquista afectó a toda la sociedad española. Y al flamenco. Baste decir los nombres de Camarón y Paco de Lucía para señalar los cambios que se produjeron en el hecho flamenco, “que hoy en día apenas sí los percibimos, ya que se encuentran presentes en la vida flamenca cotidiana, pero en aquel momento fueron un antes y un después en el Arte Jondo”. 
Las comillas son de Rubén Gutiérrez Mate, quien recuerda la “nueva forma de entender la vida” que supuso la llegada de la democracia a este país y cómo descubrió el “Arte Flamenco”.


Lo cuenta en “La presencia del flamenco en el Colegio Mayor San Juan Evangelista durante la transición española (1975-1982)”.
Colegio Mayor universitario, construido en Madrid entre 1965/66, sería, será y es conocido como ‘El Johnny’. Por los músicos y el público. Y no sólo de flamenco, pues siempre ha estado abierto a diversas músicas (jazz, clásica, canción de autor, folk, rock…), y a un cierto compromiso político-cultural-social, del que el autor da cuenta, de forma extensa y entendida, en las primeras páginas de su ensayo-biografía.
La programación musical de ‘El Johnny’ había echado a andar cuando, “un grupo de colegiales que se hacían llamar la ‘Hermandad’”, aficionados al flamenco (entre ellos, Andrés Raya, José Luis Ortiz Nuevo) llevarían al primer cantaor a un centro que ya en aquellos últimos años del franquismo era considerado como vanguardia de la cultura y la política.
Fue en febrero de 1.970 y Enrique Morente el elegido para dar, “el pistoletazo de salida a la actividad flamenca en el Johnny” (continuada después en otros centros universitarios). Flamenco en la universidad, ¿hasta dónde hay que remontarse, en la historia española, para encontrar antecedentes de tal unión?.

De un reciente homenaje a Morente.
Gutiérrez Mate señala uno. En 1969, en la Facultad de Derecho de Sevilla. Una conferencia que contó con el cante de Antonio Mairena, grabada y, posteriormente, editada por Manuel Cerrejón.
A partir del recital de Morente, en el que participó también Juan Varea y se entabló un coloquio con los estudiantes, la presencia del flamenco sería constante en el Colegio Mayor. E importante, pues dejaba de estar confinado a los tablaos. Al flamenco se le habría un campo de respeto, en su país, donde se daban cita los ‘nuevos’ y los ‘viejos’ artistas flamencos, se proponían otras formas de hacer llegar el hecho flamenco.
Como la Primera Reunión de Arte Flamenco, en 1972. Actuaron: Fosforito, José Menese, El Lebrijano, Merche Esmeralda y Camarón de la Isla (20 años después, Camarón ofrecería su último recital en ‘El Johnny’). Y en días sucesivos actuarían Manolo Sanlúcar, Felipe Campuzano, Rafael Romero el Gallina, Chato de la Isla y Manuel Soto ‘Sordera’.
Suerte de quién hubiera podido estar allí.
El relato de Gutiérrez Mate se detiene especialmente en algunos artistas flamencos, como Menese, Gerena, Morente,  Sanlúcar o Paco de Lucía, a modo de referentes del maridaje que se estaba produciendo, en aquellos años, entre la cultura y la política, el “compromiso social y político” del flamenco.


También habla del paso de compañías flamencas (Salvador Távora, Mario Maya), de las ‘fusiones’, de la editorial Demófilo, y de cantaores y cantaoras que pasaron por ‘El Johnny’ en ese periodo. Así, recuerda las varias visitas de Agujetas y familia, cuando el padre y el hijo, Antonio, mantenían relación; de Fernanda y Bernarda de Utrera, de Carmen Linares, José Mercé y tantos otros, sólo en aquellos siete años.


El relato de Gutiérrez Mate se completa con bibliografía y una relación de las actuaciones, de todo tipo de músicas, realizadas entre 1970 y 1982. El texto completo se puede leer aquí.
Por último, recordar el ideario fundacional de ‘El Johnny’, del Colegio Mayor San Juan Evangelista: 
«Las dos motivaciones básicas que han determinado el proyecto y condicionado su desarrollo han sido: el tratar de adecuar la vida del estudiante universitario a la realidad socioeconómica española, incidiendo en las bases del sistema de igualdad de oportunidades y en consecuencia en el proceso de democratización de la enseñanza, y la comprensión del enorme potencial formativo que encierra la vida en una comunidad pluralista modulada por la inquietud y el diálogo».

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