Encontrando en youtube un vídeo de El Negro del Puerto nos lleva al documental al que este pertenece (Les nouveaux castillans) y de ahí a una página web que ofrece una filmografía flamenca, siendo lo más interesante la relación de series sobre el flamenco para televisión, y los documentales.
No es una guía de audiovisuales flamencos completa, está elaborada en 2011 y desde entonces se han producido más documentales -películas, menos (el otro día echaron por la 1 de RTVE, Camarón, de Jaime Chávarri)- y alguna que otra cosilla para la tele, como aquella serie de Música para tus ojos, sobre diversos estilos musicales, para la que se contó con Enrique Morente, Tomatito y Paco de Lucía, pero como presentadores de otr@s artistas. No tod@s estrictamente flamencos, salvo Montse Cortés presentada por Paco de Lucía (Tomatito hacía lo propio con Aurora, cantante que grabó con su enorme poderío esta de ahi abajo arrebatadora canción -no cante- allá por los 80, que debería figurar entre lo mejor del pop español).
Dicha serie estaba dirigida por Alejandro Vallejo, quien aparece como responsable de un nuevo programa, Flamenco para tus ojos, que comenzará a emitirse el 27 de julio, también en la 2, pero a la 1 de la madrugada, no como el anterior que era sobre las nueve de la noche (el sentido de lo público ha cambiado con éstos de ahora).
La serie parece tomar como punto de partida la década de los 80 del siglo pasado para remontarse hasta nuestros días o lo que va de Tomatito, Raimundo Amador a Rocío Márquez. Pero también contará con presencia de cantaores 'de antes' como Manuel Morao o Fosforito. Tendrá como presentador a Diego el Cigala. Y entre los asesores de la serie encontramos a Faustino Núñez. Una información más amplia, aquí.
Al tiempo que se producían estas relaciones casuales en la 'nube', otras tenían lugar en la calle. Concretamente a las puertas de un bar (La Curva) un día en el que unos jóvenes poetas declamaban sus versos en el interior de este (querido) local vallisoletano. Dos amig@s sin inclinaciones flamencas reconocidas nos contaron dos historias. M.M. que había conocido al pianista de Miguel Poveda, hace poco, de forma casual y que era de Valladolid: "Está muy a gusto y no para de viajar dentro y fuera de España". Y Enrique otra de cuando trabajaba en cosas de conciertos (ahora es un feliz librero) para el Ayuntamiento de Zamora -"el delegado de cultura era gitano"- y le tocó vigilar la entrada del camerino de Camarón. "No dejes entrar a nadie, me dijeron. Pero llegó un gitano que decía que era primo suyo, y le dejé pasar. ¡Bueno, cuando se enteraron!. Camarón estuvo diez minutos sobre el escenario".
El flamenco nos sugiere una idea del tiempo -al margen de lo musical-, en la que el tiempo lineal (Occidental) y circular (Oriental) son posibles a la vez. No en vano ambos ejes, mundos son parte del ser flamenco. Así, al hablar, pensar en el flamenco se puede seguir la secuencia pasado, presente, futuro, lo nuevo y lo viejo; o hacerlo de una manera simultánea, como si todo -su historia, su música- sucediera, se expusiera ante uno a la vez, que es como preferimos 'verlo'.
(El nuevo disco de el Cigala, Romance de la luna tucumana, está teniendo una trayectoria 'convulsa' en la lista de los 100 discos más vendidos en España. Entró, en su primera semana de salida al mercado, en el puesto 60; a la semana siguiente desapareció; volvió a entrar en el 80 para ir subiendo hasta situarse en el 25. Tiene tirón el Diego, que ya anunció que para el próximo año regresa al flamenco con Diego del Morao y Piraña. Creemos que hará buen papel en esta serie, aun con ese horario tan poco generoso con los espectadores).
El flamenco nos sugiere una idea del tiempo -al margen de lo musical-, en la que el tiempo lineal (Occidental) y circular (Oriental) son posibles a la vez. No en vano ambos ejes, mundos son parte del ser flamenco. Así, al hablar, pensar en el flamenco se puede seguir la secuencia pasado, presente, futuro, lo nuevo y lo viejo; o hacerlo de una manera simultánea, como si todo -su historia, su música- sucediera, se expusiera ante uno a la vez, que es como preferimos 'verlo'.
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