Otro sábado más volvemos a tener flamenco en el Teatro Cervantes. Si la pasada semana la cita fue con el cantaor José Salinas (más adelante os dejamos una crónica del concierto enviada por el amigo Pedro), ahora es con el baile, el que trae la Compañía de Antonio de Verónica y Saray Cortés.
Gitanos los dos, él de Málaga, ella de Barcelona, presentarán su espectáculo, Quebranto: "Un viaje a través de los
diferentes palos del flamenco, los genuinos, los vivos, los que crecen por sí
mismo sin perder sus raíces... Un trabajo emocional, al descubierto,
sin máscaras, sin tapujos. Flamenco al desnudo que permite al espectador disfrutar
de las almas libres que lo interpretan... un espectáculo vivo, que respira a cada momento a través
del cante, las guitarras, la percusión, las palmas, la flauta o el baile. Cada
pieza que conforma este espectáculo, cada persona, dota al mismo de una
personalidad única a la vez que se suma a la de sus compañeros para ofrecer toda
una fiesta flamenca" (extracto del dossier de prensa).
En muchos lugares de Andalucía, Extremadura o Cataluña se celebran distintos actos con motivo del Día del Flamenco, instaurado hace dos años tomando como fecha el día de su declaración como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad: el 16 de noviembre. Sea por casualidad o por undevel, esta ciudad, Valladolid, tendrá su día del flamenco con Quebranto (nueve de la noche; entrada, 18 euros).
Tal y como habíamos dicho, os dejamos con el comentario de Pedro Sanz del concierto de José Salinas, el pasado sábado en el Teatro Cervantes:
La Sala Cervantes fue el lugar elegido por el cantaor
almeriense afincado en Valladolid, José
Salinas, para presentar su disco, Tierra
de Luz, acompañado a la guitarra por Amir
John Haddad “el Amir”; el bajo de Josemi Garzón, y la percusión de Pablo Martín, quienes ofrecieron un espectáculo que se puede
calificar de sobresaliente.
Con un sonido impecable y
una puesta en escena sobria, perfectamente ordenada, que evitó cualquier
acople de sonido, la más de una hora y media que duró el espectáculo atrapó el interés de una sala,
prácticamente, llena.
José Salinas dispone de un buen registro de voz y un dominio de los medios tonos que permite ir
del flamenco más ortodoxo -guajira, tangos, soleares, vidalita (soberbia)- a implicarse en otras formas que, sin desvirtuar
la raíz de lo jondo, no pierden el
sabor flamenco (como bien dijo el cantaor en referencia a Enrique Morente),
especialmente cuando se hace con respeto, gusto y rigor como él lo hizo.
La implicación de músicos tan experimentados y de larga
trayectoria como los que le acompañaban el pasado sábado es una
garantía de un trabajo bien hecho, que ha dado como resultado Tierra de Luz.
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