Fin de semana flamenco para la afición vallisoletana, y zamorana. Primero Zamora, este jueves, con el cantaor José Valencia y el bailaor Pepe Torres. Una interesante propuesta enmarcada dentro del Ciclo Flamenco que podrá disfrutarse en el Teatro Principal (21.00 horas. Entradas: 12 a 5 euros).
El viernes, en Valladolid, la Tertulia Flamenca se reúne en la Biblioteca Pública para oir cantes de Cádiz y disertar sobre la historia, l@s artistas, la influencia de una de las cunas del flamenco. Ya que estamos con la Tertulia, aprovechamos para reparar un olvido, el dibujo realizado por Enrique Miralles para ilustrar la cita donde se trató de Lebrija y Utrera. Para la de Cádiz tendremos uno/dos dibujos de Manolo Sierra, no el pintor gaditano sino el 'nuestro', por muy leonés que también es.
Otra cita nos vuelve a poner rumbo a la capital zamorana y a una muestra de la afición al flamenco de esta tierra castellana cuando, además, da el paso de presentarse en público. La bailaora zamorana Alicia Almeida presenta el espectáculo 'Patio chico flamenco' con el toque de Javier y Nano Serrano, el cante de Manuel Jiménez, y la percusión de Monsi Bermúdez, el sábado, a partir de las diez y media de la noche, en una de las salas emblemáticas de la ciudad, La Cueva del Jazz, que también se abre el flamenco, como hiciera en Valladolid el Café España.
Y de todas las actuaciones que por allí se celebraron -entre ellas de flamenco, muy apreciadas por la afición de esta ciudad (pasaron como que tod@s: Agujetas, Chocolate, Poveda, Mayte...)-, da cuenta una exposición que se inaugura este jueves en el Café Teatro Zorrilla, para recordar unos años, 1996-2009, en los que el añorado y recordado local ofrecía una programación de música en directo muy variada: "Artistas locales, nacionales e
internacionales: un total de alrededor de 2000 conciertos. Esta
exposición recorre esos 18 años recuperando material original
(cartelería, fotos, programas, textos y recuerdos de todo tipo, además
de casi una hora de grabaciones en vídeo de conciertos en directo),
aunando un criterio cronológico y temático". La veremos y algo contaremos de las fotos de Fernando Fuentes, los textos de Mario Benso y Santiago Serna, y el material videográfico de Víctor Morgan.
También pasó por el España el cantaor que este sábado estará en el Teatro Zorrilla de Valladolid, José Menese, con Antonio Carrión a la guitarra (20.30h.; 25-20 euros).
Relaciones, conexiones... una más. Una entrevista con 'el maestro de Puebla de Cazalla', en un periódico de este Valladolid, sin web, de cara a eset concierto.
Menese y Carrión. |
-Ha venido mucho por Valladolid.
-Sí muchísimas veces, va a hacer
como cuarenta años que estuve por primera vez en Valladolid y siempre muy a
gusto y muy bien, cortando oreja y rabo, como se suele decir.
-¿Tiene la afición de aquí algún
rasgo característico?
-Hombre, yo diría que la gente de
Valladolid es muy respetuosa y le gusta lo bueno ¿no? Teniendo en cuenta que de
Valladolid era Vicente Escudero, el bailaor. Siempre digo que el
comportamiento de Valladolid, por parte del público, es exquisito.
-Maireinista, ortodoxo, clásico,
antiguo ¿se reconoce José Menese en alguna de estas etiquetas?
-En la ortodoxia, por supuesto,
porque yo no me ha salido de mi vereda, por decirlo coloquialmente, nunca. Yo
tomé esa postura con 19 años y ya tengo 71 y aquí estoy. ¿Lo de ‘mairenista?,
pues sí, me siento cerca de las formas de Antonio Mairena, pero no le
agradezco a nadie en esto, tengo mi propia personalidad.
-El año pasado cumplió 50 años
como profesional, ¿usted que ha vivido una de las etapas más significativas de
la historia reciente del flamenco…?
-Por supuesto, una época que se
ha perdido por completo. Y mira, yo estoy aguantando aquí carros y
carretas para mantener, digamos, un poquito de lo que nos quede o nos alumbra.
La cosa no está para tirar cohetes, ni muchísimo menos. Pero a mí me ha tocado
seguir en la coherencia, y en la pureza, claro.
-¿Se refiere al estado actual del
flamenco como profesión…?
-El flamenco está atravesando un
momento como todo el país ¿no? Y no sólo el flamenco, que no hay pintura, que
no hay música clásica, teatro, cine… esto se ha venido debajo de una manera
tremenda. Y el flamenco es un mundo donde no se mueven muchos dineros, entonces
estamos sacando esto adelante como se puede.
-Y en cuanto al flamenco como
arte, ¿ha cambiado?
-No, no ha variado. Ojalá, que
esa es otra. Debería salir gente con pujanza, pero da la puñetera casualidad de
que no pasa eso, y eso hace que se resienta. Al no haber gente nueva que
refresque el aire, la cosa se anquilosa. Faltan personas que hagan cosas.
-¿Cómo era aquella época de
1960-1970, cuando usted empezaba?
-Era una maravilla lo que se
respiraba en ese momento. Con un ambiente universitario donde se hacían, en
toda España, actos flamencos, era un movimiento estupendo. Y estar con aquellos
grandes cantaores (Talega, Varea, Pericón, Romero…) me sirvió de mucho,
buenos cantaores y buenos compañeros, y si uno tiene un poco de sensibilidad
para percibir lo que te dan los demás, pues… eso me ha pasado a mí.
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