-¿Qué opinas del flamenco?
-Me gusta, está bien
-¿Lo consideras como una raíz musical tuya, del lugar de donde eres?
Había llegado a este punto en la charla mantenida con Javier Vielba al señalar el uso de ciertas formas musicales en las canciones de Bestiario, el disco que ha publicado con el seudónimo de El Meister, relacionadas con sonidos de raíz español, sudamericano, y sobre todo, anglonorteamericanos. Estos últimos, con otra forma, alimentan el sonido de Arizona Baby, la banda de la que Vielba es ‘front man’, cantante y principal compositor, con la que ha conseguido hacerse un hueco, más o menos relevante, dentro de la llamada escena alternativa musical española, el ‘indie’, con posibilidades de acceder a un público más amplio.
-Me gusta, está bien
-¿Lo consideras como una raíz musical tuya, del lugar de donde eres?
Había llegado a este punto en la charla mantenida con Javier Vielba al señalar el uso de ciertas formas musicales en las canciones de Bestiario, el disco que ha publicado con el seudónimo de El Meister, relacionadas con sonidos de raíz español, sudamericano, y sobre todo, anglonorteamericanos. Estos últimos, con otra forma, alimentan el sonido de Arizona Baby, la banda de la que Vielba es ‘front man’, cantante y principal compositor, con la que ha conseguido hacerse un hueco, más o menos relevante, dentro de la llamada escena alternativa musical española, el ‘indie’, con posibilidades de acceder a un público más amplio.
Arizona
Baby evoca una
estética y sonido -en formato,
principalmente, acústico- campestre/granjero/montañero/fronterizo de raíz angloyanky.
Con El Meister añade
ciertas formas de cantautor, que abarcarían desde los cantantes de principios
del siglo XX tipo Woody Guthrie pasando por todos los que siguieron –llámese
Neil Young o el primer Bowie- hasta llegar a los actuales, sean o no de corte
folk.
Pues también incorpora otras referencias, fruto de su gran conocimiento de la historia de la música pop-rock, que asoma en Corizonas, o la unión de Los Coronas y Arizona Baby.
El Meister representaría su expresión más personal como músico o la búsqueda de una personalidad musical, que respondería, contaba, a estar en un punto de “encontrarse a sí mismo”, de saber de dónde viene para saber a dónde se dirige; y en ese punto su mirada vuelve hacia atrás, a encontrar entre sus raíces no sólo la sencillez de canciones anglosajona, que tiene por suyas (Nirvana, p.e), también las canciones de su madre asturiana y las de su padre castellano, estás que de joven no sabía valorar.
-¿El flamenco? No sé… El flamenco es del sur, para mí es una música tan exótica como la cumbia, ambas me interesan, me parecen una pasada, no soy experto ni entendido en ninguna de ellas, pero me pueden influir en un momento dado. A nivel de música ¿qué vaya en mi carnet de identidad, que no deja de ser otra arbitrariedad?... En mi casa mi madre no cantaba un cante de minas del sur, cantaba “Santa Bárbara bendita”, un cante de minas pero del norte; y mi padre cantaba a lo mejor cosas de su tierra, pero también cantaba, “amapola, lindísima amapola”.
John Peel, locutor de la BBC, gran referente de la música pop, decía sobre los grupos españoles que florecían en la década de los 80 del siglo pasado que, “el rock español no me sorprende, pero en los grupos de gitanos jóvenes (Pata Negra, Ketama, Ray Heredia...) sí que hay algo original”. Ese algo apuntaba hacia el flamenco.
La gran mayoría de l@s músic@s español@s de pop y rock han sido y son una imitación de los grupos británicos o americanos. Sucede que algun@s son conscientes de esto y en un momento dado buscan que la copia tenga un rasgo distintivo del original, una personalidad. Para ello pueden optar por fijarse en la música tradicional de sus comunidades o provincias, o mirar a Sudamérica (El Meister versionea, en su disco, a Silvio Rodríguez, y “Gallo negro, gallo rojo”, de Chicho Sánchez Ferlosio).
Salvo muy contadas excepciones, el flamenco no entra en esa búsqueda de lo personal, le miran desde la lejanía, como de un mundo a otro. Eso sí, con una mirada de respeto hacia el flamenco, al menos por quien sabe.
Pues también incorpora otras referencias, fruto de su gran conocimiento de la historia de la música pop-rock, que asoma en Corizonas, o la unión de Los Coronas y Arizona Baby.
El Meister representaría su expresión más personal como músico o la búsqueda de una personalidad musical, que respondería, contaba, a estar en un punto de “encontrarse a sí mismo”, de saber de dónde viene para saber a dónde se dirige; y en ese punto su mirada vuelve hacia atrás, a encontrar entre sus raíces no sólo la sencillez de canciones anglosajona, que tiene por suyas (Nirvana, p.e), también las canciones de su madre asturiana y las de su padre castellano, estás que de joven no sabía valorar.
-¿El flamenco? No sé… El flamenco es del sur, para mí es una música tan exótica como la cumbia, ambas me interesan, me parecen una pasada, no soy experto ni entendido en ninguna de ellas, pero me pueden influir en un momento dado. A nivel de música ¿qué vaya en mi carnet de identidad, que no deja de ser otra arbitrariedad?... En mi casa mi madre no cantaba un cante de minas del sur, cantaba “Santa Bárbara bendita”, un cante de minas pero del norte; y mi padre cantaba a lo mejor cosas de su tierra, pero también cantaba, “amapola, lindísima amapola”.
John Peel, locutor de la BBC, gran referente de la música pop, decía sobre los grupos españoles que florecían en la década de los 80 del siglo pasado que, “el rock español no me sorprende, pero en los grupos de gitanos jóvenes (Pata Negra, Ketama, Ray Heredia...) sí que hay algo original”. Ese algo apuntaba hacia el flamenco.
La gran mayoría de l@s músic@s español@s de pop y rock han sido y son una imitación de los grupos británicos o americanos. Sucede que algun@s son conscientes de esto y en un momento dado buscan que la copia tenga un rasgo distintivo del original, una personalidad. Para ello pueden optar por fijarse en la música tradicional de sus comunidades o provincias, o mirar a Sudamérica (El Meister versionea, en su disco, a Silvio Rodríguez, y “Gallo negro, gallo rojo”, de Chicho Sánchez Ferlosio).
Salvo muy contadas excepciones, el flamenco no entra en esa búsqueda de lo personal, le miran desde la lejanía, como de un mundo a otro. Eso sí, con una mirada de respeto hacia el flamenco, al menos por quien sabe.
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