miércoles, 6 de mayo de 2015

Club Flamenco (36) El fandango, natural y popular


El fandango fue el protagonista de la pasada Tertulia Flamenca, de la Biblioteca Pública de Valladolid. Prácticamente todo lo que se puede decir sobre este palo flamenco, tan querido por profesionales, aficionados o público, se ha dicho, está dicho, y se volvió a decir, sabios del flamenco tenemos.
Como los que se pueden encontrar en internet. Véase, por ejemplo, Flamencópolis, página de Faustino Núñez con todo lo que hay que saber de flamenco, y a la que os remitimos con estos dos enlaces sobre historia y modos y variantes del fandango, ambos acompañados de audios y vídeos.
Escuchar y ver se hizo también en la Tertulia. A Paco Toronjo, Ángel el de la Señá Pura, Antonio Rengel… Una selección amplia y siempre corta -se pidió el fandango del Padre Soler-, la propuesta para la Tertulia, que se centró en los fandangos naturales o personales: Chocolate, Terremoto, Fernanda de Utrera, Manuel Soto ‘Sordera’
Y en vivo y en directo se contó con el aficionado vallisoletano Antonio Quintana acompañado al toque por Miguel Uña.

No faltó Pepe Marchena en este recorrido por el fandango (generando aún suspicacias). Escribe Pedro G. Romero en nota a uno de los cantes por fandango realizados por Rocío Márquez en su disco El Niño, lo que Marchena decía sobre el fandango que, “es la base del flamenco y el cante más democrático, todo el mundo le entendía. Estaba entre sus favoritos, pues, en su dominio, lograba hacer con él todo tipo de variaciones y maravillas. Los hizo con orquesta, a capela y a dúo”.
Marchena representa el éxito y popularización del fandango en el periodo de entreguerras (1ª y 2ª Guerra Mundial), similar a lo que Carlos Gardel representó para el tango (habría que preguntarse si la guerra civil española truncó su internacionalidad). Su popularidad y popularización se extendería hasta la década de los 60 del siglo XX en España, aunque ya compartida con otros géneros nacionales (la copla, la ‘tonadilla’).
Opinaban los amigos de la Tertulia sobre este hecho: “A nivel popular el fandango gusta porque en él puede participar mucha gente, es un palo de reto. Porque el flamenco se desarrolla (años de la postguerra civil española) en las cantinas y ahí el fandango funciona cante quien lo cante, más o menos bien. Algo que hemos vivido en esta ciudad”…. “El auge del fandango coincide con la salida del flamenco del café cantante, lugares de reunión de la marginalidad; aparece la Ópera Flamenca, las grabaciones discográficas hacen que su escucha se generalice. Es también el momento en que la mujer entra a formar parte mayoritaria del público flamenco”.
Un tema interesante el de la popularidad del fandango en estos años, con Pepe Marchena como centro; antes de la venida del rock and roll, del dominio musical anglo-norteamericano, y cómo un país partiendo de su música –el flamenco- crea su propia canción popular (pop, que se diría en tiempos posteriores) donde se plasma, y las gentes reconocen, su sensibilidad particular, peculiar, propia (las raíces folklóricas del fandango también contribuyen a ese reconocimiento, ¿potenciadas por el cierre de fronteras que supuso, en España, la postguerra civil-dictadura franquista?).

Algo que puede volver a repetirse, aunque con otras formas (Israel Galván y su baile apunta en esa dirección. Lo de Paco de Lucía y Camarón –gran admirador de Marchena- tenía otro significado, pero fue un principio de recuperación de la conexión con lo popular; Enrique Morente avanzó en ello).
El fandango se sigue cultivando, ya por la citada Rocío Márquez como por su también paisano Arcángel, entre otr@s. Nombres del flamenco reciente, el que este año se queda sin sesión específica en la Tertulia Flamenca, pues esta cierra temporada el próximo 29 de mayo y con una propuesta especial y espacial, se traslada al planetario del Museo de la Ciencia: flamenco de viaje por las galaxias.

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