La presencia de Federico García Lorca en el flamenco se extiende hasta el presente desde casi sus orígenes, reales e imaginarios -"¿Cómo cantaría aquel Silverio?"-; acompañando algunos hitos de la historia de este arte: Concurso de Granada (1922), La leyenda del tiempo (Camarón de la Isla), Omega (Enrique Morente)... Flamenco al que trajo 'duende y 'ángel' a través de su prosa y poesía.
Y pasaron 20 años desde aquel 18 de agosto de 1936 en el que fue asesinado el poeta. Momento en el que empieza "La araña del olvido", la novela gráfica de Enrique Bonet. Editada por Astiberri relata la investigación sobre la muerte de Lorca llevada a cabo por Agustín Penón, norteamericano de origen español, entre 1955 y 1956 en Granada, principalmente, y Madrid. Y cuyos resultados no verían la luz hasta el 2001 en el libro de Marta Osorio, Miedo, olvido y fantasía (Editorial Comares).
Penón un enamorado de la obra de Lorca, cuya obra estaba siendo reivindicada-reconocida, en aquellos años, de nuevo, fuera de España, intentará desentrañar, como señala Juan Mata en el prólogo, "¿por qué fue asesinado? ¿quién lo mató? ¿dónde está enterrado".
Una investigación digna de una novela negra, perfectamente desarrollada por Enrique Bonet en la captura de atmósferas, la excelente definición de personajes, con un ritmo que no decae hasta el final en una historia que provoca intensas emociones, por dentro, como el flamenco.
Agustín Penón descubrió todo lo que se sabe sobre los últimos días de Lorca y que posteriores historiadores ampliarían, acotarían; y aún quedan misterios por resolver.
¿Qué flamenco podría sonar en la historia real, demasiado real, que cuenta esta admirable novela gráfica, en la que apenas aparecen versos de Lorca?
Mi corazón reposa
junto a la fuente fría.
Llénalo con tus hilos
araña del olvido.
Es la España de los 50, la que empieza a salir de la postguerra, pero no del terror erigido por la miseria humana representada por quienes se llamaron 'vencedores'. ¿Qué flamenco se hacía en aquellos años? Un flamenco que había vuelto a encerrarse en sus casas, ser pasto de señoritos; un flamenco que recuperaba jondura tras una etapa de vulgarización en un tiempo pobre, como los héroes y heroínas que lo estaban haciendo, y oscuro como la sombra que se cierne sobre Agustín Penón, encogiendo su alma, mientras avanza la investigación. Y a la vez es momento de reivindicación, de retomar o recomenzar -Concurso de Córdoba, Cátedra de Jerez, antología de Hispavox...-, de no ceder, como no ceden algunos de los personajes del cómic frente a un sistema político-social amenazante.
Salvo una viñeta donde aparece un cantaor y un guitarrista en un bar para alegrar a los alegres señoritos (pag 22), no hay otra referencia al flamenco en La araña del olvido. Y sin embargo ¿qué música 'suena' a lo largo de toda esta recomendable obra, acompasada al flujo narrativo que con mano firme, contenida y contundente guía Enrique Bonet, dispuesta a abrirse como los descubrimientos de Agustín Penón sobre el poeta? Una música jonda.
Un enlace sobre Lorca y el flamenco, por Daniel Pineda Novo.
Mi corazón reposa
junto a la fuente fría.
Llénalo con tus hilos
araña del olvido.
Es la España de los 50, la que empieza a salir de la postguerra, pero no del terror erigido por la miseria humana representada por quienes se llamaron 'vencedores'. ¿Qué flamenco se hacía en aquellos años? Un flamenco que había vuelto a encerrarse en sus casas, ser pasto de señoritos; un flamenco que recuperaba jondura tras una etapa de vulgarización en un tiempo pobre, como los héroes y heroínas que lo estaban haciendo, y oscuro como la sombra que se cierne sobre Agustín Penón, encogiendo su alma, mientras avanza la investigación. Y a la vez es momento de reivindicación, de retomar o recomenzar -Concurso de Córdoba, Cátedra de Jerez, antología de Hispavox...-, de no ceder, como no ceden algunos de los personajes del cómic frente a un sistema político-social amenazante.
Salvo una viñeta donde aparece un cantaor y un guitarrista en un bar para alegrar a los alegres señoritos (pag 22), no hay otra referencia al flamenco en La araña del olvido. Y sin embargo ¿qué música 'suena' a lo largo de toda esta recomendable obra, acompasada al flujo narrativo que con mano firme, contenida y contundente guía Enrique Bonet, dispuesta a abrirse como los descubrimientos de Agustín Penón sobre el poeta? Una música jonda.
Un enlace sobre Lorca y el flamenco, por Daniel Pineda Novo.
Muchas gracias por tu comentario sobre mi tebeo, me ha parecido una visión muy interesante. Como bien señalas, de haber tenido banda sonora, "La araña del olvido" sonaría a cante jondo. Un abrazo desde Granada.
ResponderEliminarMuchas gracias, Enrique, por tu comentario (aún tengo los Urich) Salud, desde Valladolid (Benito)
ResponderEliminar