viernes, 11 de agosto de 2017

'Rodolfo Otero: Amor por la danza', en versión original (11 de julio del 2016 - y II)

(Una nueva voz entra en escena: Puri, su segunda esposa; y surgen dos nombres muy relacionados con la última parte de la vida profesional de Rodolfo: Merche Azofra y Ana Montero).

Sala Antonio. Estudio de Danza Rodolfo Otero.
-Me llama la atención que hubiera un ambiente cultural en tu casa…
-Lo había, y superior.
-… y tú tiraras…
-Yo tiraba por la calle. A mí me gusta la gente de la calle.
-¿Cuándo empiezas a pensar en montar una academia de baile?
-Uy, yo eso no lo pienso, eso va saliendo. No creo que lo haya pensado. A lo mejor enseñaba a alguna chica, algún chico. Pásate por aquí, vente, cosas así.
-¿Cuándo abres la academia en Valladolid? ¿los 80?
-Por ahí. Habría que preguntar a Puri (su segunda esposa, se lo pregunta).
-Desde que dejas a Antonio (el Bailarín)
-Que le dejo no, que me echó.
-¿Qué se puede contar de etapa?
-Pues, ya te he dicho (entra Puri: “Voy a llamar a Merche, a ver si ella se acuerda cuando se abrió la academia”). Desde el 85, digo yo. Merche está en Madrid, está casada con un abogado, de una clase social alta.
-¿Quién es Merche?
-La mejor que he tenido de todas las que bailaban, y me llevaba el Estudio. Yo nunca lo he llevado. Lo han llevado ella o Ana, ahora. Pa que te enteres.
-¿Y eso?
-Porque no me sale de los cojones. Yo no tengo por qué presumir de nada. Sí pone Estudio de Danza Rodolfo Otero, nada más (intento que puntualice sobre esto de llevar el estudio y termina diciendo de por qué confió en Merche o Ana y no en otros alumnos) y es que no han tenido ¡amor! de verdad por el baile; es que sí... vete con tus muertos, porque no saben lo que es el flamenco, porque creen que el flamenco es hacer posturitas y pijadas. No señor. (rotundo) El flamenco tiene un sentido, tiene una savia.
-¿Cuál era tu método de enseñanza?
-El mío, el mío, el que se empieza a bailar por los pies (entra Puri: “83-84. Os conocisteis, ella con dieciséis años en Las Moreras, y luego con Olga, pasarían uno o dos años, pues eso”). Pues bien. El método mío era que encontraba que lo mismo, payos que gitanos, los idiotas de ellos, bailaban ¡con los pies planos! Los pies no es  para dar zapatazos, como yo ahora estoy hablando, es para hacer música, para hacer sonidos, melódicos, fuertes, débiles; para tener ritmo. Hay que modularlo. Y eso es lo primero. Ese es el método mío. Joder, cuando vayas al estudio verás que tengo allí, en una esquina, unas tablas, grandes, donde se suben y empiezan a hacer todo lo que tienen que hacer con los pies: Planta. Tacón. Puntera. Planta. Tacón. Puntera. Planta. Tacón. Articular los pies. No como, que bailan como patos. Los gitanos los que más, luego los payos de mierda pues los que no saben y los que se creen que lo saben todo, pues hacen lo mismo que hacen los gitanos, y mal. ¿Lo has copiado todo ahí? (señala la grabadora), me lo has mangado, marica (risas).

-La colocación de los pies es la base.
-Ahí. El movimiento para hacer música con los pies, no para hacer ruido. Empiezo por ahí y luego a levantar las rodillas, a hacer lo que es el flamenco. El flamenco viene de un ave, que se pone así (¿?) ¿No lo sabías?
-Esa relación, no.
-Pues esa relación es. Como los cigüeños (ríe), que decía Vicente Escudero, que eres un cigüeño. Sí, hombre, sí, que es muy bonito.
-¿Y luego, las manos, las posturas?
-Nahh, es que eso. Hay una cosa que... yo tengo hecho un sistema que es lógico, pero parece ser que no es fácil de hacerlo porque la gente no sabe dibujar en el espacio. Y en el espacio se dibuja con esto (traza un redondel en el aire con la mano derecha, deja el brazo levantado; luego con la otra mano). Dibujar en el espacio, querido amigo. Si tienes ese concepto; te enseñan ese concepto, pues a partir de ahí ya puedes mover los brazos. Luego había la tontería, de que el hombre para diferenciarse de la mujer, haciendo eso, tenía que bailar con los brazos para adentro ¡Pa ser hombre! Pijadas de radiotrigonometrista (risas).


-¿Y eso que decía Vicente Escudero en su decálogo de colocar las manos así o así?
-Vicente Escudero, yo creo, que se defendía muchísimo, que lo que tenía era un complejo, de que le llamasen maricona a él. Porque un hombre bailando ya era un mariquita. No era mariquita, pero la mentalidad de la gente, ya te conté lo de cuando iba con mi hermano y el jersey naranja… ibas de gris como los guardias o… Él se defendía mucho, y qué cojones con mover la cadera, si tienes que mover las caderas, y dar un golpe y no pensar en las caderas, sino en el sentimiento, ¿qué sentimiento le das a una curva?
-Tal vez por eso, lo del baile austero.
-Sí, pero luego tenía una gracia muy cojonuda Don Vicente, austeridad decía y le veías con unas de colores (risas). Antiguamente, yo puedo decirlo así, pues según los conceptos que se tenían para bailar de hombre era colocar los brazos a la altura de los ojos, luego para el pecho, hacia abajo. Los ojos era lo más alto que se podían levantar los brazos. Encorsetar el movimiento no me ha gustado nunca. Las disciplinas si son lógicas, si son en beneficio del baile, me parece muy bien. Bailar como… El Chacarraca era un gitano de aquí, que bailaba.
-He oído hablar de él.
-En la calle Mantería nos poníamos en un portal a ver quien bailaba mejor. El Chacarraca era de la velocidad de los gitanos (palmea con las dos manos sobre la mesa). Bueno, muy bien. Pero yo bailo de otra manera.
(Hablamos de cosas nuestras, del cambio de casa que había hecho yo recientemente, ya no éramos vecinos de edificio, pero sí de barrio; quedamos para ir al estudio; comentamos lo que sale por la tele, el Trump aparece por ahí… nos despedimos hasta el próximo día).

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