jueves, 24 de agosto de 2017

'Rodolfo Otero: Amor por la danza', en versión original (12 de julio del 2016 - y II)

-¿Ahora piensas en baile?
-Ahora te diré que vivo en una vida de reposo mental con respecto al baile, y a todo lo que miro. Hay cosas que veo en pintura moderna... Sé que siempre ha estado criticado lo que sale fuera de lo normal, de lo que todos estamos acostumbrados. De ir por el mismo camino y de repente te hacen una avenida, pues ya está armada. Aquí en Valladolid cuando empezaban a diferenciarse de todo lo clásico, los pintores, los escultores, mi hermano Publio, Gerardo Pintado, otros que había, hicieron una exposición en el Campo Grande y les corrieron casi a gorrazos. Tuvieron que sacarla de allí y meterla en unos carros y para casa. Porque era diferente.

Colegio Miguel de Cervantes (Valladolid). Rodolfo, sentado, 3º por la derecha.

-Lo que dentro de veinte años se iba aceptar.
-No sé, ahora parece que la gente, cómo te diría yo, la veo más pasota. Veo al público muy pasivo. Le han hecho así un apartado como raaassss, ahí están todos los futboleros de mierda. Si el fútbol hubiera sido como cualquier deporte, que no llega a la especulación tan enorme, los estadios, la hostia, la madre que me parió, lo hubiera tolerado. Para mí el fútbol es la desgracia de todos los artistas. Para mí. Porque coge todo un sector del público, uno que es incauto, otro que es conocedor o nada y arrampla con ellos y les lava el cerebro. Tiene ese poder. Por gente que da una patada a un ba-lón. Que de chico te daban una hostia. A mí me la dieron. Porque en el colegio Miguel de Cervantes (pone voz como de niño travieso e inicia una especie de recitado) donde mi padre era director, nos castigaron porque habíamos hecho alguna pirula y no nos dejaban salir al patio, al recreo. Entonces, hicimos una pelota de papeles
Y el hijo del director
Dio una patada a la pelota
Y jodió un cristal
De uno de esos ventanales que había y allí me dio de hostias mi padre,
que en paz descanse,
para parar un tubo.
Para
Ser
Ejemplarizante
¡dios!
-No había privilegio por ser el hijo del director.
-Mi padre no hacia concesiones ¡qué dices! Mi padre ha cogido a un maestro y por no enseñar debidamente le ha dicho: “Baje usted aquí al patio, para darle de hostias”, y era cojo mi padre. Ese era mi padre, ¿si te he enseñado fotos? (sale de la habitación y pregunta a Puri dónde están las fotos de su padre).



-He leído que el Miguel de Cervantes fue el primer colegio público que se construyó en Valladolid (la historia, aquí; vuelve Puri con las fotos y empezamos a verlas).
-Esto es en Montilla; esto es en Toreno, donde le destinaron por primera vez, ya ves la riqueza que había (fotografía del padre con los niños del colegio), se pasaban los trajes de un hermano a otro y luego a otro, no había ni para comprar… y los zapatos ya ves, de la madre que lo parió (interviene Puri: “zapatillas, alpargatas que se llamaban, se nos hacia un agujero en el dedo y seguíamos con ellas”).

Ahí le tienes (foto de su padre en pose boxística, torso desnudo, puños levantados, marcando bíceps; otra con la rondalla de un colegio; otra del padre fumando: “Fumaba mucho; yo también, mucho, dos paquetes diarios; dejé de fumar pero ya me jodí los bronquios para toda la vida, y hace treinta y tantos años que dejé de fumar”).

Puri comenta que mañana van a ir a limpiar la pecera del estudio, “para que se pase Benito”; seguimos viendo fotos y otros recuerdos como una cartilla profesional de bailarín expedida en 1956, tarjetas de racionamiento, cartillas de la Seguridad Social de cuando trabajaba en el Toisón de Oro, certificado de registro para trabajar en Inglaterra con el ballet de Antonio con su foto tamaño carnet –“y este es el menda lerenda”-, fotos de alumnas y alumnos que han pasado por su estudio (Merche, Ana, “Leonorina, la mujer del médico, Paula, Verónica, Arturo”…), una foto de Moraíto Chico acompañando a un cantaor, “debe ser en la Peña la Seguiriya. Y este es mi nieto ¡Eso es tener un nieto guapo! Me ponía malo de verle con esa melena, bobadas ¿no? Pero a mí no me gustaba. Nada. A él sí”. 

Fotos de toros, “¿qué me gustan?, ya lo ves; y esta es de la niña que tengo ahora”.
-Parece india.
-Pues sí, pues sí, y baila de la hostia, además se concentra que no veas. (Más fotos) Y esa es de la Plaza de la República de Montilla con mi hermanina, que en paz descanse, conmigo en brazos; y este es mi hermano Rubén, de niño. Y este es mi hermano Publio, con el escultor Lorenzo Frechilla, cuando se casó en San Nicolás. Mira mi hermano, delgado, tuvo tuberculosis. Estaban todos tuberculosos, mis amigos, todos. El único que se libró, gracias a dios, fui yo. (Más fotos) Qué cosas, la vida. Este es Pepe Soler, sobrino carnal de Antonio (el Bailarín); este Antonio Márquez, un primer bailarín que tenía un ballet de la hostia, con los de su compañía. Era de Palma de Mallorca este chico (“fue a ver el estudio”, dice Puri).


(Hay varios motivos para incluir el vídeo de Antonia Mercé La Argentina: porque su padre, bailarín clásico, era de Valladolid; porque fue La Argentina quien lanzó a la fama mundial a Vicente Escudero al proponerle - y no por ser vallisoletano- como protagonista de El amor brujo, obra de Manuel de Falla con la que la bailarina crearía el ballet flamenco y/o español, a partir del cual trabajará el resto de bailaor@s y bailarin@s español@s, siendo Antonio el Bailarín, quien con su éxito fijará y dará esplendor, hasta nuestro días, a este tipò de representación. Y el otro vídeo como ejemplo de lo que había antes en el baile flamenco/español; lo dirigió Alice Guy, otra creadora pionera).

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