ASÍ QUE
PASEN CINCO AÑOS
Manifiesto
por una celebración crítica y fecunda
del primer centenario
del Concurso de Cante Jondo de 1922.
Los impulsores de este manifiesto somos personas independientes, relacionadas en diversa medida con la creación o la reflexión flamencas, que compartimos una visión determinada del arte de Silverio y de su proyección en la sociedad que lo nutre, lo acoge y a la que se debe. "Poesía -escribió Antonio Machado- es el diálogo del hombre, de un hombre, con su tiempo". El flamenco está llamado a idéntico diálogo, no puede quedarse en eco, en repetición de repeticiones; está obligado, para no morir, a dialogar y debatir (no solo sobre su presente, también sobre su pasado), a proponer e innovar.
José Manuel Gamboa, escritor y productor musical, José Javier León, profesor y autor, Belen Maya, bailaora y coreógrafa, José Luis Ortiz Nuevo, escritor y cómico flamenco y Miguel Ángel Vargas, director de escena y productor.
MANIFESTAMOS:
UNO - Así que pasen cinco años, contando desde este, de 2017, Granada puede y debe celebrar el primer centenario de aquel concurso que, auspiciado por Manuel de Falla, Federico García Lorca y una veintena larga de personalidades de la cultura, tuvo lugar en la Plaza de los Aljibes de la Alhambra los días 13 y 14 de junio de 1922. La ocasión deberá ser aprovechada de manera proactiva y consciente para elaborar un programa artístico y de reflexión que, sin dejar de recordar las buenas, las mejores intenciones de aquella iniciativa, no maquille ni oculte sus errores. Que no se convierta en una hueca efeméride, sino que sirva como favorable coyuntura para propiciar un debate franco sobre lo que el flamenco fue ayer y es hoy, y lo que puede o deba ser mañana. En son de fiesta, sin duda, pero también de análisis crítico.
UNO - Así que pasen cinco años, contando desde este, de 2017, Granada puede y debe celebrar el primer centenario de aquel concurso que, auspiciado por Manuel de Falla, Federico García Lorca y una veintena larga de personalidades de la cultura, tuvo lugar en la Plaza de los Aljibes de la Alhambra los días 13 y 14 de junio de 1922. La ocasión deberá ser aprovechada de manera proactiva y consciente para elaborar un programa artístico y de reflexión que, sin dejar de recordar las buenas, las mejores intenciones de aquella iniciativa, no maquille ni oculte sus errores. Que no se convierta en una hueca efeméride, sino que sirva como favorable coyuntura para propiciar un debate franco sobre lo que el flamenco fue ayer y es hoy, y lo que puede o deba ser mañana. En son de fiesta, sin duda, pero también de análisis crítico.
DOS - Queremos hacer una llamada
nada retórica a las instituciones culturales y educativas (tanto locales como
autonómicas, nacionales e internacionales) y muy señaladamente al Festival
Internacional de Música y Danza, para que aborden un programa revulsivo. Con
frecuencia se repite en Granada, sobre todo entre flamencos, la queja por no
disponer de un gran festival o concurso a imagen y semejanza de la Bienal de
Sevilla o del Concurso del Cante de las Minas de la Unión. Pero Granada ya lo tiene,
ya tiene ese gran festival: se llama Festival de Música y Danza y es hijo, por
un lado, de aquel concurso del 22 y, por otro, de los conciertos sinfónicos que
se celebraban desde 1883 en torno a nuestra fiesta mayor, el Corpus Christi, en
el anillo leonado del Palacio de Carlos V. Es hora de que nuestro Festival
incorpore las artes flamencas no como manifestación anecdótica o paralela o
adorno pleno de color local, sino como elemento copartícipe en el mayor evento
de música clásica de la ciudad, y la cita de 2022 puede ser la ocasión perfecta
para consolidar ese giro deseable y necesario. No se nos olvide que el flamenco
es un “arte casi clásico”, un arte de composición, debido a la “extraordinaria
precisión” que exige. Son palabras de Igor Stravinsky, en 1921, un año antes de
que Falla y Lorca buscaran su tesoro, supuestamente perdido, por los pueblos
andaluces.
TRES - Quienes firmamos este
manifiesto no sabemos si existe la marca Granada ni es nuestro deseo
vindicarla. Denunciamos, en cambio, el exceso de marcas negativas con el que
esta ciudad se está cargando y hacemos votos porque la necesaria celebración
del centenario del 22 no sea una más, que venga a engrosar la lista de fiascos
locales. No podemos permitirnos un nuevo revés, como el de la celebración del
milenio del Reino de Granada, que quedó en poco más que una página electrónica,
un mueble de tristeza arrumbao a la pared ciberespacial.
CUATRO - Un Enrique Morente de apenas
30 años dijo: “los intelectuales, si son de verdad y saben escuchar y sentir el
cante, pueden ayudar divulgándolo, pero nunca tratando de dirigirlo o
encauzarlo”. Morente resumió, en este juicio, aciertos y yerros que podemos
fácilmente transferir al Concurso del 22. Consecuencia positiva suya fue la de
alentar a la profesión (en contra de lo que se proponía, por cierto): tras él,
el espectáculo pasa al gran formato y las figuras del género, los
profesionales, disponen de nuevos y mayores aforos. Otro efecto
provechoso fue el interés por el registro y rescate gramofónico de cantes que,
como el martinete, tal vez estarían extintos hoy, debido a su escaso o nulo
tirón comercial. Sin embargo, en la parte negativa del balance, la
influencia de los escritos teóricos del tándem Falla-Lorca hizo que se
perpetuaran estereotipos tan dañinos como el de la pureza, el rechazo de la
comercialización, la consolidación poética del gitanismo y, más tarde, el
duendismo, o la postergación del baile y la guitarra. A la manera del despotismo ilustrado, el 22 quiso arreglar el flamenco sin los
flamencos. La conmemoración que planteamos no puede volver a reproducir tal
desacierto: ha de ser un evento que les dé el lugar primordial. El flamenco es
de quien lo trabaja, de sus artistas o artesanos; no es de la afición, sino de
la profesión; ellos conformarán el futuro... si saben llegar al público.
CINCO - ¿Qué cantan los flamencos y
flamencas de ahora? Dos siglos y medio después de la gestación de su arte, ¿qué
tocan y que bailan los flamencos de ahora? ¿Cantan, bailan y tocan solo a
compás o también a su tiempo, con su tiempo? ¿Al aire de hoy o solo al de ayer?
Es necesario estimular la verdadera creación en un momento en que casi todo
consiste en versiones de lo ya versionado. La industria y la mayor parte de las
instituciones no facilitan la labor creativa, el riesgo de avanzar o volar
libre. Urge también la renovación del público, que envejece veloz y sin
renuevo. La ocasión de 2022 tiene que ser también la de plantearse en qué se
está fallando, por eso este manifiesto se redacta desde el compromiso con la
vida, con la cultura caliente, más que con el frío mármol de las
conmemoraciones. Y con vocación de impacto, acicate e influencia. Para hoy
mismo, para mañana y así que pasen cinco años.
En la ciudad de Granada, a 25 de diciembre de 2017, día de la Natividad, septuagésimo quinto aniversario del nacimiento de Enrique Morente.
En la ciudad de Granada, a 25 de diciembre de 2017, día de la Natividad, septuagésimo quinto aniversario del nacimiento de Enrique Morente.
José Manuel Gamboa - José Javier León - Belén Maya
José Luis Ortiz Nuevo - Miguel Ángel Vargas
Gracias por mantenernos informados de lo que ocurre en el flamenco. Aficionados como tú es lo que creo personalmente que faltan ó que debería de haber bastantes más. "Sin ojana" como se dice por Sevilla .
ResponderEliminarAmigo Alejandro, anuqué quedan cinco años, tiempo suficiente, para ir conociendo y valorando los contenido y objetivos del manifiesto procurare tener informado.
ResponderEliminarPedro Sanz
Todo el contenido de este manifiesto me parece importante y bueno para el flamenco, aunque difiero del último párrafo del punto cuatro, sobre "el flamenco es solamente de quien lo trabaja, los artistas y sus artesanos, no de la afición" creo, es mi opinión y respeto este párrafo y la idea del que lo ha escrito. desde que se conoce el flamenco o cualquier arte, en general, si no existiera la afición el arte en si tan siquiera hubiera tenido historia, en este caso, si un cantaor,tocaor o bailaor, no tiene afición o público que le escuche y pague por ello el flamenco no hubiera podido subsistir,¿ de que hubieran vivido entonces los profesionales? el flamenco comenzó su andadura gracias a los cafés cantantes, que se nutrían de la afición, por ello pienso que el flamenco es tanto del artista como del que lo escucha como aficionado.
ResponderEliminarPor si no quedaba claro, es por comentarios como el de Luis Presa Cernuda por lo que los autores del manifiesto han escrito este párrafo en su punto cuarto: "El flamenco es de quien lo trabaja, de sus artistas o artesanos; no es de la afición, sino de la profesión; ellos conformarán el futuro... si saben llegar al público."
ResponderEliminar