viernes, 23 de julio de 2021

El futuro del flamenco está escrito (y publicado: Crimen y parranda, de Paco López)

(Hoy 21 de diciembre de 2021, se ha añadido a esta entrada un nuevo texto correspondiente a la presentación del libro de Paco López: Crimen y parranda. Fue el 25 de noviembre en el salón de actos de la Biblioteca Pública de Valladolid. En este añadido se recoge lo dicho por el autor respecto sobre su libro –pues hubo otros decires: agradecimientos, respuestas a comentarios y preguntas…).

Una de las preocupaciones cuestiones ¡problemáticas! ¡polarizantes! -por usar expresiones actuals- en el mundo flamenco es la de ¿qué será del flamenco? ¿cuál su futuro? ¿adónde irá? ¿hasta cuándo -¿su existencia?-? ¿cómo será, sonará? la raíz, la tradición, lo de siempre ¿seguirá, volverá, se volverá a imponer, retornará?
Este blog retorna una vez más, casi dos años después de la que iba a ser la última entrada, gracias al amigo Paco López, que nos brinda la oportunidad de decir adiós end fin koniec al blog y a sus cositas acompañantes -tuiter-. Cambiamos el misterioso origen, por el misterioso futuro del flamenco, espacio-tiempo al que nos lleva el amigo Paco al grito de: GRANDE CAMARÓN.
Y los detalles, ingredientes, dramatis personae, acaeceres... de ese espacio-tiempo por venir han sido puestos por escrito en este libro:


"Una fantasía flamenca", dice Paco al preguntarle sobre qué, cómo definir etiquetar su libro, su novela. Fantasía es la novedad que aporta el amigo Paco al flamenco, al mundo ¡al universo! flamenco (a partir de ahora, también: flam).

Su libro es como el flamenco -y como Camarón-: únicos, con, como se suele decir, personalidad propia; 

(como en el flam) es una mezcla; aquí, de géneros (realismo, costumbrismo, thriller, fantástico -sección distopía/utopía-, histórico...);

protagonismo fundamental del pueblo gitano en su creación y desarrollo -con otra importante gozosa novedad: escuchar cómo suena ahora, es decir, hoy el pueblo gitano, ¡glorioso! soniquete. 

Como Camarón y su cante, que suena a lo largo de Crimen y Parranda ("no estaba muerto, estaba de...", que es por donde va esta segunda parte del título, y además resalta la singularidad de la mezcla de géneros, en particular la tocante a lo fantástico; a los americanosyankys con ser tan suyos los zombies nunca se les ocurriría lo que Paco ha imaginado con este género). Lo popular y lo hondo, como el flamenco, en esta novela

irreverente, alegre siempre, de ensanchar el alma que decía aquel, y sabia, delicada cuando toca, creando imágenes de una belleza conmovedora y también -aquí se nota el lado geógrafo/historiador del autor- trastornante destrucción ¡cambios!, y otras tantas cosas más propias del hacer/ser de les payos y l@s gachés, que no podían faltar, como en el flamenco.

Y, para que no se diga que esto es cosa de amigos, publicada en la editorial de quien lanzó, produjo a Lole Manuel, Triana, María Jiménez, a buena parte del rock andaluz de los 70-80 del siglo pasado..., el también director de cine, Gonzalo García-Pelayo. Una pequeña editorial llamada como aquel glorioso sello discográfico: Serie Gong (en su cuenta de tuiter se dice de Crimen y Parranda: "Una inusual y trepidante novela urbana firmada por Paco López que atrapa al lector desde la primera línea con una prosa impredecible". ¿Dirán algo los suplementos, revistas de libros sobre esta novela única en el panorama literario español -sólo podría haberse escrito en este país, ¡va a tener salvación de la buena esta españa literaria con obras así! ¡sin falsificar!-? Achilipú).

 


 

Por terminar. En la sinopsis de la editorial sobre la novela aparece la palabra "ariquitáun" -"un escalofrío de naturaleza musical", se especifica-; es el poder que l@s -aunque no tod@s- flam resurrect@s de esta novela poseen, "es la energía que desprende el flamenco", escribirá Paco en su siguiente libro precuela secuela ¿?. Ariquitáun, que Antonio Manuel en su libro, 'Flamenco. Arqueología de lo jondo", va a describir (pues es otra de las presencias árabes que perviven en el flamenco, en nuestra lengua; y es que, sostiene AM, "en el origen de los nombres se halla el manantial de lo jondo"): 

"... ar-rizq, sustento divino de las personas y de todo lo creado, equivalente al maná de los judíos pero sin equivalente en la simbología católica. que careciera de traducción en castellano y de una palabra con una fonética similar donde cobijarse, la mantuvo intacta en el Corán y en las oraciones aljamiadas; aunque muy popular, solía aparecer declinado (ar-rizq-un), o en plegarias solicitando a Dios que les dieran alimento o la misma vida (ar-rizq a'a'tan)" (Desconoce Paco la existencia de AM y su libro).

Y este es el primer cante -escrito, escrito, a ver qué pasa con el audiolibro- que aparece de Camarón de la Isla en el libro de Paco López:

 



El amigo Paco es parte de este blog desde sus inicios; aquí ha dejado alguno de sus escritos; aquí ha contado su atracción por el flamenco (pinchen en la etiqueta).
Es una gran alegría haber esperado hasta la publicación de su libro, Crimen y parranda, antes de despedirnos de este mundo internet (seguiremos un rato más por las reacciones, recogerlas y transmitirlas, así como darle un tanto más de proyección a la novela ¡es tan gozoso descubrir, encontrarse con que sigue habiendo obras, autores que devuelven su poder al Arte!) Salud para tod@s.
 

 
 

El ANEXO (De lo dicho por Paco López en la presentación de 'Crimen y parranda', algo más que una novela): 

"Tenía pensado... me he pasado toda la noche sin dormir, y al final se me han ocurrido tres opciones (sobre cómo empezar su presentación ante l@s reunid@s):

1) el monólogo 2) el audio 3) Siri Hustvedt (muestra el libro, Los espejismos de la certeza)

¿Levantamos la mano? (entre risas del personal) 1 (muchas manos) 2 (menos manos) 3 (muchas manos). Igual empiezo por Siri, luego el audio y el monólogo, bueno, a lo mejor es diálogo... no sé...

Empiezo con el monólogo. A Siri Hustvedt yo la recomiendo, porque es una autora impresionante impresionante. 'Los espejismos de la certeza', cuidado, 'Los espejismos de la certeza'. Hace ahí una crítica de la mente y el cerebro... está increíble.

Vamos con el monólogo. Tengo aquí un par de cosas anotadas.

El libro este tiene que ver con los flamencos, tiene que ver con los gitanos, es un crimen y parranda; entre el crimen y la parranda está la resurrección, ¿de quién?: del muerto. Resucita de una manera mesiánica y, entonces, ese mesías inicia una expansión del flamenco a través de la energía vital que es el ariquitáun, es el achilipú. Esto va haciendo que los muertos resuciten, algunos, pero también los vivos. Porque a veces los vivos, igual estamos muertos. Igual, nosotros, somos los zombies; no lo sé; en todo este juego estamos.

El libro. Cojo el índice, que es lo mejor que hay para... había pensado que, a lo mejor, leyerais algo del libro... El índice. Son 11 capítulos.

Capítulo uno: Tintín. Tintín es el que muere; un chaval de instituto; se lo encuentran muerto con un teléfono móvil... móvil que pertenece a un gitano, y resulta que ahí tiene mucha música de flamenco y de Camarón; a partir de ahí, por las redes sociales, por el big data se va a extender y va a ser la energía vital que hace que... bueno, sigo.

Capítulo dos: El testimonio de Absalón Salazar; este es: el gitano, que está involucrado en la trama… El tercer capítulo es: El diario de House. House es una especie de villano, un capullo, un conserje un poco hijoputa. Tampoco le he querido tratar demasiado mal; este es el asesino, porque se le enciende la sangre. Todo esto pasa en un instituto de secundaria.

Estos tres primeros capítulos serían el crimen, que es como una novela negra; a partir de aquí, esto se convierte en una fiesta, en una parranda, en una fantasía flamenca.

Capítulo cuatro: Los apóstoles flamencos. Este mesías, los primeros que él besa –no les come el cerebro ni nada de eso, simplemente les toca, les abraza, les besa, y a partir de ahí notan la energía, el ariquitáun, que no se puede aguantar, es el (cantiñea) tiritirititi tando de de frío; y empieza el flamenco. El flamenco es subversivo.


 

Empieza a haber un combate entres esos flamencos, esos flams –no quería utilizar la palabra zombie, porque con las connotaciones que tiene, pero bueno, el golem de los judíos de Praga, esa resurrección-, entonces, ellos, los flams, con ese flamenco, de alguna manera, nos están invitando a otro mundo, a dejar el mundo en el que estamos, levantándonos a las seis de la mañana, el atasco -¿habéis estado alguna vez en un atasco?, yo, todos los días, a las siete y media             las luces de los semáforos         su interior. son como bombillitas, como insectos      rojo verde amarillo      y estoy como entusiasmado   y me pitan     y otro semáforo        Los atascos, si no estás chiflado como yo es una especie de tortura diaria        el ruido de la retroexcavadora que entra                  los autobuses, la bicicleta –que me da una envidia-, y los patinetes;       y he visto un peatón que se cruzaba toda la autovía, con una mochila anda la hostia: cosas impresionantes-, los apóstoles flamencos.

 Capítulo cinco: La resurrección de la carne; pues estamos ya en el fin del mundo, porque esto se extiende, los flams son imparables, son indestructibles. Van a acabar con ellos las fuerzas de seguridad, el ejército, la otan… son indestructibles, son flams, son flamencos; y al revés, son los flamencos que empiezan a aflamencar –me gusta esa palabra, ahora que veo a Julio-, al ejército, a la policía y se empiezan a formar los corros flamencos. Bombardean esto, Campolid, porque no hablo de Valladolid.

Capítulo seis: El labio tatuado de neón. Aquí ya la novela, no es lineal. Aquí seguimos a cada uno de los apóstoles –no son doce-, hay una jerarquía eclesiástica entre los flams: sacristanes… son distintos grados de aflamencamiento. Primero, los apóstoles con poderes para aflamencar (se produce una interrupción por parte de uno de los presentes; solventada, sigue)… empiezan a tatuarse el labio…

Capítulo siete: El planeta rojo. No digo nada de esto. Otro: La Villaescusa, que es la madre del Tintín. Ojo con la Villaescusa; luego, capítulo nueve: Sandra. Otro: Elmer, un apóstol, el jefe de estudios, otro capullete, más o menos.

Por último, el final: Fluorescencia, fulguraciones. Y epílogo.

¿Pasamos al audio? (Paco comparte con lxs allí presentas un audio de unos cinco minutos que le ha llegado por guasap, de un primo de su compañera tras leer el libro: desborda entusiasmo –y jolgoriosa sorpresa, que no se puede aguantar-. Una vez oído, Paco dice:) Yo creo que con esto, cualquier escritor ya se da por satisfecho completamente: de que hay alguien que se lo haya pasado en grande lo mismo que yo escribiéndolo.

Poco más que decir, que son 16 euros (empieza sonar Camarón –tiriti…-, al tiempo que los aplausos, hay preguntas), el siguiente libro está en este estilo que voy cogiendo (ahora unos y unas se van acercando para que Paco les eche una dedicatoria al ejemplar de Crimen y parranda; la despedida es con este achilipú peretiano).

 

 


martes, 23 de julio de 2019

En resumen, un origen de nuestro flamenco

"Revoluciones, guerras, cataclismos, ¿qué significa esa pequeña efervescencia en comparación con el fundamental horror de la existencia?", dice el artista -un escritor, ya me acordaré de su nombre-, sobre su cometido como tal. Si lo llevamos a la música, la primera parte de su frase haría referencia a la canción, la segunda, la de la interrogación, al cante. O en otras formas musicales (van a ser occidentales), el pop/rock (Beatles, podría decirse) y la música clásica (Bach); soul-funk y jazz.
El horror de la existencia. La creación del flamenco tiene que ver con esto. Y su esencia. (Tiempo atrás) Imaginemos a alguien que vive rodeado de la miseria (trabaja en el campo o en cualquier otro trabajo de explotación), a quien no le bastan las canciones porque no le llenan, sólo le acarician, le evaden. Quiere más, tanto que se convierte en una necesidad.
El misterio. Alguien, tal vez él mismo o ella misma, no tiene nada, ni pluma ni tintero, ni instrumento musical, sólo su voz, su cuerpo para cubrir esa necesidad, la que también ve en quienes le rodean (e incluso en algunos de quienes no son semejantes a su estatus social); tomará esas canciones que desde antiguo -en la  cultura a la que pertenece- se vienen cantando e irá a su esencia, a su pureza, a su origen. Y con lo que encuentre se quedará y partirá de ahí. Probablemente, se queje para empezar, se encomiende a... Empieza. Romperá las letras porque no es una canción (ni un poema, pero sí irá al origen pureza esencia de la poesía)... se adentra en el "horror de la existencia" y comparte, conecta, se 'mata' y se llena, y llena a quienes le rodean. Y desde el "horror" puro y duro, hondo: creará. Y estará(n) lleno(s) de un sonido que siempre le(s) acompañará.
El sonido se hará Forma, y con la suma de otros y otras, crecerá, se extenderá hasta parecer un universo, un mundo, que sigue creciendo, expandiéndose, con otros tipos de vida, que puede busquen otras Formas, imaginen sobre el "horror de la existencia", porque no han olvidado, "que continuamente bordeamos el infierno" (creo que esta y la cita de arriba es de Witold Gombrowicz).
"Estas duquelas", "las fatiguitas", palabritas que usaban en lugar del "horror de la existencia"; palabritas que suenan dulces y adquieren la profundidad de su significado cuando se ven los rostros  de quienes las dicen/decían (mirad esas fotos antiguas de flamencos y flamencas).
Aquella necesidad se convirtió en herramienta (los palos), para seguir enfrentando el "horror de la existencia", el que también sienten otros y otras, que rodean, conviven con ese/esa héroe, a quien llamamos artista para distinguir su heroica singularidad, la de atreverse a entrarle a esas duquelas, a ese horror, por nuestro bien. Por amor, también se puede decir, a los demás, sin los cuales no se crea, no hay héroes.
En resumen, es por esto que nos atrae el flamenco; es lo que llena ese vacío, esa impronta que deja el sentir el horror de la existencia, que alivia las duquelas, nos acompaña y abre...
Tenemos que dejar aquí este blog, que dejaremos abierto para lo que fuera necesario o a quien le fuera necesario. Porque siguen pasando haciéndose cosas; en esta ciudad nuestra, Valladolid, por ejemplo, nuevos actores se suman a mover las actuaciones de flamenco; se prepara un disco de Chocolate de una vez que estuvo aquí; espero se publique una novela escrita aquí, que no se parece a nada que hayáis leído ni en el flamenco ni fuera de él, ¡ánimo, Paco!. 
Y tal vez, si el tiempo que ahora no tenemos se pone a favor retomemos este blog que tanto nos ha dado en sus siete años de existencia. Gracias a quienes han decidido ser seguidores y seguidoras de este tiempoflamenco, y a quienes lo han visitado y comentado (también se nos han cruzado algunos miserables que pululan por este mundo del flamenco, pocos, los más repugnantes quienes se apropian de lo de los demás y lo hacen pasar por suyo).
Tienen otros blogs, otras web y esas redes sociales -puede que sigamos en tuiter-, para estar al tanto de los tiempos del flamenco.
Sólo decir, prestar atención, escuchar, ver lo que está sucediendo; lo que ha sucedido nadie lo va a cambiar. 
Está bien. 

miércoles, 3 de julio de 2019

Cristina Cruces y sus diversas orientaciones sobre el estudio del flamenco (y 3). "Neoflamenco" / Cine y flamenco

"¿Qué es?", se pregunta Cristina Cruces, el "neoflamenco". Título de otro de los capítulos de su libro 'Flamenco. Blanco sobre negro', y tercera y última parte, en este blog, de lo que comentó en 16 Jornadas Flamencas 'Ciudad de Valladolid' (10-16 junio), durante la presentación de "un libro de este peso y ¡este precio!, vale treinta euros, por cierto", señalaba con gracia Cruces, que también habló de cine y flamenco para concluir el repaso a los contenidos -1 y 2- de este su último trabajo publicado.

Cristina Cruces en 16 Jornadas Flamencas de Valladolid. Foto: Luis Matilla.

"Hay un tipo de flamenco que está anclado en una nueva manera de mirar; cuando hablo de neoflamenco no me refiero a aquel flamenco que en los años 80 despertó en otra línea -nuevos flamencos, aflamencamiento, flamenquito...-, sino, por ejemplo, ¿qué hacemos con esto? (muestra en pantalla imagen del espectáculo 'D. Quixote', de Andrés Marín).
Nos encontramos ante un panorama en el que se trata de que, ya no es que haya flamencos que utilizan el pop o viceversa, ahora los propios artistas flamencos, muchos de ellos herederos de genealogías flamencas, enculturados en el flamenco más clásico (Yerbabuena, Galván, Bayón...) despiertan una nueva forma de mirar el espectáculo y nos están ofreciendo un flamenco deconstruido, ajeno a las narrativas tradicionales, con otros tiempos, otras dinámicas, ajenos al concepto del palo y el repertorio, con otras texturas, indumentarias, con otra forma de comprender el mensaje y con otra pureza, que no es la de (Antonio) Mairena, sino una autenticidad blanca, sin olés, que muchas veces nos sorprende y descoloca, nos rompe los esquemas. Es un proceso que en otras artes también existe.


Reflexiono intentando situar este tipo de escenario, de propuestas en un nuevo contexto para el flamenco, en un nuevo contexto social, en un nuevo campo de artistas que están en el flamenco, son el género flamenco del siglo XXI.
¿Qué va a pasar? Pues, claro, estas cosas duelen, te hacen pensar...
Y finalmente hablo de cine y flamenco, que últimamente me está interesando muchísimo (hace referencia a sus investigaciones en el No-Do -tararea la sintonía- "desde 1943 a 1981 ¡tiene joyas! sobre flamenco").
Estoy trabajando en dos ámbitos. Por un lado, el cine primitivo; no os podéis hacer idea la cantidad de películas que hay en el principio de la historia del cine que incluye al flamenco o si no baile español, baile bolero" (Cruces ha estado investigando en archivos de todo el mundo, "fundamentalmente franceses", de los que salió un texto que se puede leer aquí, y encontrado 47 piezas fechadas entre 1894 y 1910).
"Estoy trabajando el baile porque en esa época no hay más que estos testimonios" (como ejemplo proyecta un vídeo de un cortometraje realizado por Alice Guy en 1905, y que no hemos podido encontrar; tal vez la vívida descripción de Cristina Cruces ayude a imaginar el contenido: "Es un tango más moderno de lo que se ejecuta ahora, un tango de los Merengazos... esa es La Chata de la Jampona, y ese otro -fíjate los recortes de baile que tiene que parece que está bailando Rafael el Negro o El Titi-, es Talones... la fuerza que tiene... ahí sacándose la chaqueta como El Güito; es la continuidad desde hace 115 años... y el de la guitarra es Juan Maya... Por dios, esto genera en mí pasión y deseo de escribir").
"También abordo (en el libro), y con esto termino y nos vamos a tomar una cerveza, 'el cine en la representación del ritual', donde hago una comparación entre la pieza de fiesta por bulerías de Jerez en la película Flamenco, de Carlos Saura, que sale La Paquera, adelante, con la boca aaaaaaaaahhh en un primer plano que parece que te va a dar un bocao...


... y otra, de la serie de televisión, El Ángel, dirigida por Ricardo Pachón, de un homenaje a Diego del Gastor en Morón de la Frontera. Comparo la fiesta fría de Saura y la caliente de Pachón -pone el vídeo-, donde la cámara se mete dentro de la fiesta y se deja ir cuando el éxtasis y el gozo se ha producido -Cruces señala a los flamencos que van apareciendo en el vídeo-: Aurora Vargas, Paco del Gastor, María la Burra, Changuito, Raimundo y Rafael Amador, Juana la del Revuelo, tristemente desparecidos muchos de los que están ahí, que esto es de 1984-85, Pepe Ríos, Andorrano, Paco Valdepeñas... es que me emociono y tó... se ve cómo la cámara no puede estar por encima de la fiesta, algo que se nos está olvidando, pero este es otro asunto del que vendré a hablar el año que viene cuando me invitéis otra vez (risas). Gracias por todo, de verdad".

lunes, 24 de junio de 2019

Cristina Cruces y sus diversas orientaciones sobre el estudio del flamenco (2). Expresiones musicales: ¿lo árabe? / lo religioso

Continúa Cristina Cruces comentando el contenido de su libro "Flamenco sobre negro" (Universidad de Sevilla. 2018). Si en la primera parte se refirió a la bibliografía flamenca en esta aborda la parte dedicada a las expresiones musicales, que divide en dos apartados: la música andalusí y el flamenco / el flamenco y la religiosidad popular.

Moriscos danzando, por Christoph Weiditz (Siclo XVI).
"En este primer apartado (la música andalusí y el flamenco) intento rescatar un debate que a mí me parece un poquito mitificado: el flamenco es una música oriental, suena a moro, a árabe, es una música árabe... Y es verdad que, a veces, empiezas a escuchar cantos almuedánicos y te acuerdas de las seguiriyas y de las tonás porque hay unos melismas y un fraseo determinado idéntico. No es casualidad"(Cruces realiza una larga historia sobre los moriscos, su expulsión, su pervivencia-superviviencia oculta en la península ibérica, citando documentos, autores -de Cervantes a Blas Infante o Juan de la Plata, quien se preguntaba, "¿cómo es posible que las gitanerías actuales de Jerez de la Frontera coinciden exactamente con los barrios moriscos que existieron antes y después de las expulsiones, y aparecen además con los mismos oficios de aquellos moriscos? ¿hubo una fusión cultural?").
"Yo creo", prosigue Cristina Cruces, "que hay herencias de las músicas árabes, norteafricanas, pero muchas otras son coincidencias rítmicas o de otra naturaleza" (pone dos ejemplos, la ilustración de arriba y vídeo de las pandas de verdiales de Málaga, y continúa aportando datos, como los que podéis encontrar en este enlace). Concluye este apartado: "La historia lo que nos enseña es que la música no puede tener ni tiene fronteras, la música va volando por otro sitio, y esto (la Historia) nos recuerda que alguna vez fuimos aquello, y esa es otra de las lecciones que nos da el flamenco, que no somos siempre lo mismo".


"El capítulo de flamenco y religiosidad popular lo centro en Sevilla, y hago un análisis musical, letrístico y sociológico de qué palos están vinculados a la religiosidad y de qué maneras a lo largo de la historia.
Comienzo con la saeta, que es un proceso precioso de cómo el pueblo es capaz de enmendarle la plana a la tristeza y a la religión. La saeta viene de sagita y comienza como una ráfaga, una frase que lanzaban los monjes en aquellas noches terribles de las auroras de los pueblos andaluces, donde iban inculpándose, fustigándose por los pecados de la humanidad. Esas frases, esas sagitas son retomadas por las órdenes religiosas, en las iglesias (¡y entona!), "adoremos al señor, sobre todas las cosas"; todavía existen las saetas marcheneras que se cantan así... pues esto el pueblo es capaz de cogerlo, sacarlo de ahí, en-gran-de-cer-lo, en-ri-que-cer-lo melismáticamente, armónicamente y convertirlo, los artistas, en un palo flamenco.
Y hablo de los artistas que hicieron este camino, entre otros, la Niña de los Peines, que la pongo siempre porque es devoción mía, aunque sea en una conferencia de química inorgánica.
Hablo de las letras de las saetas, cómo se van haciendo más emocionales y menos descriptivas; la forma de cantar, que decían los plumillas ('periodistas') de la época, "son cantaores del vino, no divinos". También hablo de villancicos, zambombas y campanilleros."


En esta charla presentación de su libro, realizada durante la celebración de 16 Jornadas Flamencas 'Ciudad de Valladolid', y por el tiempo disponible, Cristina Cruces sólo apuntará algunas de las diversas orientaciones de sus estudios sobre el flamenco, sin entrar en ellas, como las dedicadas a la historia del flamenco, la perspectiva patrimonial (aquí resalta la edición completa de la obra discográfica de Niña de los Peines, de sus 265 cantes, en 2005 por la Junta de Andalucía, "una edición inencontrable").
Sí se extendió sobre otros apartados: el neoflamenco y cine y flamenco. Para próximas entradas.