Una serie de reflexiones depara una nueva visita a la biblioteca pública, vital institución, que estos días ha puesto en marcha una 'marea amarilla', iniciativa para destacar el papel "clave" de las bibliotecas en la sociedad. El lema de la iniciativa es claro: "Las bibliotecas no son un gasto, son una inversión".
Un lema de plena actualidad porque las bibliotecas son uno de los objetivos de recortes, aunque aún no lo digan públicamente estos, -algunos de los suyos ya lo vienen practicando: en esta región, sin ir más lejos-, negando, reduciendo, eliminando recursos (la privatización planea sobre la biblioteca). Más ignorancia será el resultado, lo cual me recuerda lo dicho por alguien (¿Witold Gombrowicz?, genial escritor polaco): "Todo Estado en el que el Gobierno 'sabe más que usted', es un Estado que debe ser derribado. Ya sea una teocracia, un estado corporativo fascista o un capitalismo monopolista, o, incluso, un socialismo centralizante" (Y también me viene a la mente Jules Vallès, y sus irrefrenables "ansias revolucionarias").
Otras reflexiones tienen que ver con lo que nos ocupa en este blog, la música, el flamenco.
Reflexión suscitada al ver, un año más, que la biblioteca de Valladolid celebra el Día Internacional del Pueblo Gitano, al que ha dedicado toda esta semana con exposiciones, proyección de documentales, entre otros actos. De ahí sale esta observación, para la biblioteca, en particular, resto de la gente, en general.
Mirando en su discoteca de flamenco vemos que mezcla las grabaciones estrictamente flamencas con el pop-rock hecho por músicos gitanos, es decir, a Raimundo Amador-Pata Negra, Camela, José el Francés con Agujetas, Chocolate o Tío Gregorio el Borrico.
No es que tengan que ser unos expertos en música los responsables en catalogar, son expertos en lo suyo, como tiene que ser (y queremos reivindicar, pues no suele darse el valor que se merece al trabajo de l@s bibliotecari@s. No sólo están para prestar).
Sólo apuntar, a este respecto, una consideración para una mejor comprensión en la selección, presentación y distribución de los materiales puestos a disposición del usuario de la biblioteca.
Camela, Raimundo, Ketama, Aurora, Mártires del Compás y otros tendrían que estar en la sección de pop-rock, no en la de flamenco. Estar junto a los Beatles, Rolling o Alejandro Sanz, Coldplay, porque es en esa 'liga' donde han decidido jugar, no en la del flamenco.
Eso sí, el tener raíces flamencas hace que sus canciones tengan un plus de autenticidad que, salvo contadas excepciones (Extremoduro, Bebe, Albert Plá, Rosendo, Ciudad Jardín y poco más), no se encuentra en sus colegas musicales gachós o, si se entiende mejor, payos, que practican la copia sin alma, verdad, ni autenticidad cuando se enfrentan al pop, rock, canción melódica o estilos anglosajones, o latinos, similares.
Desde los años 80, sobre todo, la irrupción de los músicos gitanos en la escena pop-rock nacional ha sido de lo más gratificante (en las anteriores décadas también: Peret, Chichos, Grecas... Ampliaremos el tema en otro momento). Muchos de sus discos son clásicos de la historia musical de este país; clásicos, que aún se pueden escuchar porque vibran con autenticidad. ¿Acaso el disco de Ray Heredia, Quien no corre, vuela, no sigue sonando a verdadero pop, como si no hubieran pasado cerca de 30 años? Y luego dicen que Pablo Alborán o Vetusta Morla, molan (¿saben más que tú...?).
La etiqueta de 'nuevos flamencos' sólo fue eso, marketing. Efectivo porque los hizo visibles, contraproducente por la confusión que trajo. Han pasado los años, muchos, desde entonces y es hora de ir colocando a los músicos gitanos que hacen pop-rock y otros estilos -¿hay que poner a El Langui y su grupo La Excepción también en el flamenco, cuando son raperos de pura cepa?- en el lugar que musicalmente han elegido.
Fuera complejos. Que se enteren los payos (españoles) de cual es el camino para crear música pop(ular) con sello propio, con autenticidad. No es de extrañar que haya actualmente tanto grupo clónico. Y estamos esperando a los gitanos hacer música electrónica, con ese a compás suyo, propio. De raíces flamencas.
Cuando llegan los días señalaitos,
hay muchos gachoncitos que son gitanos,
visten gitano, fuman gitano,
y juran que su abuelo fue un buen gitano.
Cuando pasan los días señalaitos,
los mismos gachoncitos cazan gitano, muerden gitano,
no quieren en la consulta a los gitanos,
y juran que en el mundo sobran gitanos,
cazan gitano, muerden gitano,
y juran que su abuelo fue un buen gitano.
Y cuando vuelven los días señalaitos,
hay muchos gachoncitos que son gitanos,
hablan gitano, cantan casi gitano
y juran que su abuelo fue un buen gitano,
y juran que su abuelo ...
(Gitano de temporá. Raimundo Amador)
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