El Tac, la muestra de Teatro Internacional de Calle de Valladolid, que celebra su 13 edición del 23 al 27 de mayo, incluye dos obras o 'actos' con denominación flamenca dentro de su amplía oferta.
Uno es Solo, de Israel Galván, su personal homenaje a Vicente Escudero y aquel baile suyo que tituló Ritmos sin música, presentado en la Sala Pleyel, de París, allá por las entreguerras del siglo XX.
"Salí al escenario dispuesto a bailar lo primero que se me ocurriese en el momento, produciendo la música con mis pies, con las manos y hasta con las uñas. De cada uno de estos sonidos iban surgiendo los gestos, las actitudes y todas las evoluciones del baile", cuenta en su libro de memorias, Mi baile.
Así entendía el baile el maestro Escudero: "Porque debe siempre buscarse lo que está escondido, y sino se encuentra inventarlo y hacernos la ilusión de que lo hemos hallado, ya que si continuamos como hasta aquí, contando, preveyendo y esperando lo que va a venir, continuaremos estancados como las ranas, que, entre paréntesis, son los animales que bailan de una manera más monótona y limitada que he visto... Bailar dejando libre la imaginación sin el control de la inteligencia ¿Inconsciente? Más prefiero bailar inconsciente, que como un inteligente... ¡Baile de bronce! ¡Baile de hierro! ¡Así bailaría yo!". Israel Galván se apunta.
Bailaor flamenco de fantasía. Vicente Escudero. |
El otro espectáculo del Tac relacionado con el flamenco es Cabeza de pez, de la cantaora Rosa de Algeciras, un acto de seis minutos -cuyo 'argumento' pueden encontrar en la web del Tac- de una cantaora que ha participado en otros actos similares donde el flamenco se presenta de forma inusual, tipo performance como hiciera el año pasado dentro de la Muestra Internacional de Danza Contemporánea de Sevilla, en una montaje de Jorge Barroso.
Curiosidades de este Tac, que tanto fuelle ha perdido desde sus dos primeros años. Sólo permanece la cantidad, siempre muchas compañías, al tiempo que se ha ido rebajando, drásticamente, lo creativo, lo provocador, lo sugerente. Se busca lo agradable, lo que no moleste, y ¡guste a los niños! Tal y como entiende la infancia los que ocupan el Ayuntamiento de esta ciudad, unas cosas que deben ser adoctrinadas, domesticadas, sometidas, controladas. ¿Arte? ¡de Calle!. Para estos -la derecha, la llaman- es: "que te calles". ¿Arte?.
Una cosita, cosita más de niños, teatro y flamenco. Y es que, aunque sea parte y no todo, la compañía La Familia Telerín ha ideado una obra para público infantil, El tren de las luces y el remitente fantasma, en la que, en torno a la historia de un soldado desertor y su novia, propone un fondo musical a base de temas del folk castellano y leonés, cantos sefardís y palos flamencos. Lo presentan este jueves, 10 de mayo, en la Sala pequeña del Teatro Zorrilla. Ah, el Cirque Aligre, no te olvidamos.
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