jueves, 14 de junio de 2012

Encontrando el flamenco oculto de Canarias


Llegamos a Lanzarote con la única compañía de Camarón, en letra y fotos, las del libro de Carlos Lencero, La leyenda del cantaor solitario (Alba Editorial, 2004). Sin otra idea que la de 'aliviar' algún momento vacío (A diferencia de otras artes que toman como modelo la naturaleza, la música trabaja en y con el Vacío. En esta isla hay un silencio como dormido, a la espera, sólo el viento consigue hacer olvidar su imponente, sobrecogedora presencia. ¿Tal vez sea un entorno más para músicos que para artistas como César Manrique?).
Ningún otro pensamiento flamenco, en nuestros planes para con la isla. En Canarias tiran a la salsa, lo sudamericano, el timple en lugar de la guitarra (y en lo moderno, no estúpido que también se lleva como en todas partes, al hip-hop). Porque lo suyo, como para los sudamericanos, es más la resignación que la pena (Cuenta una leyenda que ante la llegada de los españoles los dioses del sur de América se reunieron para decidir que acción tomar. Unos, enfrentarse; otros, no hacer nada. Se eligió esta última opción).
En esa pretensión de conocer una isla más de las Canarias, un día, viajando por aquel árido paisaje, de tierra negra, roja, volcánica encontramos una mirada.

Y escuchamos palmas.


Y un cante -que a nosotros nos sonó- por soleá, y no se parecía a las casi 100 soleás registradas.


Así, bajo estas apariencias singulares, nos llegó el flamenco en aquella isla. Más adelante, descubrimos en nuestra guía de la isla la palabra seguidilla, y que allí también habían arraigado estos cantos del folklore peninsuiar. Y que el 8 de septiembre se celebraba en Yaiza el Festival de Seguidillas Víctor Fernández Gopar. Todo a su manera.
 

En Arrecife encontramos una calle llamada Triana, "es una calle, nada más", nos dijeron al preguntar por si tuviera que ver con el barrio flamenco de Sevilla. "Una calle, nada más" y silencio de las gentes de esas tierras al oír la palabra flamenco, que algo tendrá que haber, porque para los turistas tienen como de todo; pero habrá más garitos de, por ejemplo, comida india que de flamenco (tampoco hay toros, se prohibieron, incluso).
Con todo, tenemos la intuición de que allí en aquellas islas, el flamenco está. Oculto, esperando, como esta mesa de los cabales encontrada en una cueva.


¿Oyes los nudillos golpeando sobre la mesa?

(Resignación. Como homenaje a los canarios este vídeo del más grande de los cantantes latinos, el Elvis, el Sinatra de la salsa, por si hiciera falta alguna referencia para quienes desconozcan a: Héctor Lavoe).



(Todo lo singular nos interesa).

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