Premio de Honor a la Maestría para Manuel de los Santos 'Agujetas', por la Catedra de Flamencología de Jerez en una nueva edición, la 25, de sus reputados premios nacionales. El mismo premio que recibiera su padre, Agujetas el Viejo, en 1975. En 1978 Agujetas había recibido el del cante.
Fallecido Chocolate, ya sólo queda, "yo, Agujetas de Jerez", según ha mantenido durante años y años.
Si pensamos en el flamenco como un portal a otras dimensiones, universos, galaxias, cuyo mecanismo de lanzamiento, de teleportación es la voz del cantaor, el de Agujetas funcionaría de una manera inmediata, abrupta. Te lanzaría directamente allá donde hubiera que ir. De entrada, la negrura total, luego, si lo superas, podrás 'ver' algo muy parecido a lo que se contempla, de noche, al mirar hacia el cielo. Con Chocolate simplemente estás allí, tal era su calmado y profundo saber.
Otros, como la Paquera de Jerez, evitan el paso por la negrura deshaciendo primero tu cuerpo; notarás cada paso del proceso. Con Camarón también tu cuerpo se deshace, pero se nota, 'duele' menos, es más rápido; también te lanza de golpe, pero de la negrura sólo adviertes un parpadeo, e inmediatamente estás entre los planetas, los colores del universo que imagines.
Nunca es fácil el 'viaje', siempre recompensa. Las estrellas, nuestro destino. Felicidades, maestro Agujetas.
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