martes, 31 de julio de 2012

Una fiesta gitano-paya en Peñafiel (1990)

El recuerdo de Pablo de Alba en la anterior entrada de este blog, nos trae otro recuerdo del aficionado vallisoletano conocido por su apodo, ‘Besuguito’, y a su vez otros recuerdos de cómo eran las cosas no hace mucho por este Valladolid y alrededores (antes de 'Valladolor').
Sucedió en Peñafiel, un junio de 1990. En su célebre Plaza del Coso se celebraba un recital de cante y baile organizado por la Peña El Quejío, de la capital, y la Asociación Chaborros de Ondebel, de la localidad vallisoletana –fama de hacer buen lechazo-, con el fin de “mejorar la buena relación entre payos y gitanos, en este pueblo que es de todos y al que todos queremos”, dijo Luis Barrull, presidente de la Asociación gitana, tal y como informó el diario Alerta en su desaparecida edición vallisoletana.
 Los de la Peña el Quejío.
Estuvimos allí y recordamos la fantástica sangría ofrecida, y hecha, por las familias gitanas a l@s no much@s (por no decir poc@s) presentes. Primero salieron los payos, todos aficionados, miembros de la Peña, caracterizada por no encerrarse en un cuarto dándole vueltas al flamenco sino llevarlo a la calle, a los colegios o a lugares como este.
Bernardo Pérez, tremendo; Diego Pérez-Sanz, desgarrador; ‘Castañeta’, al máximo; Luis González, aumentando la alegría, y Manuel Panero, la pureza. Acompañados por tres artistas de la guitarra flamenca, Luis Lara, Miguel Uña y Rafael Feliz tomaron las seguiriyas, las malagueñas, los fandanguillos, el martinete, las soleás, los tientos y las bulerías para mirar al vacío y arrancar de allí la pena y la alegría del tener y el no tener”, relataba Benito C. Fields, firmante del reportaje.
“Para cerrar el recital subieron los gitanos”, proseguía el artículo. “Como muy bien dijo el flamencólogo Román: ‘Es patrimonio gitano la gracia, el salero y el compás’. Y eso demostraron, ratificaron el grupo de chiquillas que bailaron y cantaron haciendo que la fiesta comenzara a soltarse. Y Cuqui a la guitarra, al que en particular va dedicado este artículo, con Chicho cerraron apoteósicamente  el recital con un estllo más moderno. Fueron  presentados como los ‘nuevos Chichos’, pero eran mucho más. Sólo tenías que oír cómo de la garganta de Cuqui salían rugiendo historias de los que no tienen nada y son odiados por aquellos que no entienden que cuando no se tiene nada y encima te lo niegan todo, uno se vuelva loco o malo. Porque a todos nos gusta vivir y gozar y todos sentimos, que es en lo único que nos parecemos”.

Diego y Luis Lara.
El relato de C. Fields se vuelve más entusiasta al contar el bis tras el final de fiesta, con los músicos gitanos haciendo, “lo tradicional como antes habían hecho los payos. Las niñas bailando el cante de sus mayores, la subida de algún payo para unirse a la fiesta, que hubo de terminar por la cosa del horario, pero que no supuso ningún problema pues había sitio y ganas de continuar”.
Y entre aquellos aficionados estaba Pablo de Alba ‘Besuguito’, a quien los gitanos trataban con el respeto que sus años, de vida y afición al flamenco, se merecían. Aunque le invitaron a salir, Don Pablo se quedó al margen, pero detrás del escenario, su lugar, como lo era el estar en esta confraternización gitano-paya.

“… y más marcha flamenca, bien surtida de papeo y mol. Y siguió la fiesta por Camarón, Los Chichos, Chunguitos, y vuelta a la seguiriya, los fandanguillos, las bulerías, payos y gitanos alternándose en el cante, haciéndonos bailar y gritar porque al final sólo había personas, hombres y mujeres”. Fiesta non stop making sense flamenca, la que se montó en una casa del Coso; aún lo recordamos, como al llamado Niño de Cartagena, que apareció con el güiski y se lamentaba: “Si yo supiera llevar el compás sería el amo del mundo”; el resto ya lo tenía.


(Disculpas por la calidad de las fotos, era uno de los puntos flacos del periódico aquel. "La gran curva" suena mejor en el disco, Remain in light, pero nos recuerda el espíritu del final de fiesta en Peñafiel, y es que también se colaron los ritmos 'talking heads' en nuestros como flamencos pasos de baile; y a l@s gitan@s les gustó).

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