jueves, 11 de octubre de 2012

El Zapatero: los secretos de la soleá del Zurraque

En un espacio corto de tiempo Manuel Márquez “el Zapatero” (Villanueva del Ariscal, Sevilla 1930), ha estado dos veces en Valladolid, en las Jornadas Flamencas “Ciudad de Valladolid” y el pasado sábado 6 de Octubre en la Peña La Siguiriya, en ambas actuaciones ha dejado patente el por qué es quien alberga todos los secretos de la soleá del Zurraque.
Gracias a la gramola de un vecino comienza a escuchar los discos de pizarra de la Niña de los Peines, Manuel Vallejo, El Carbonerillo y Tomás Pavón. Mientras, se hace zapatero y monta su negocio en plena calle Pureza. Allí conoce al Niño Segundo, Manuel Oliver, Emilio Abadía, Domingo el Alfarero, Cinco Reales, Manolito el Pintor, a los hermanos Ballesteros, al Arenero y, sobre todo, a su gran fuente de inspiración, El Sordillo de Triana. Con ellos alterna y de ellos aprende los secretos del cante trianero. En 1982 participa en el disco, La Triana del Zurraque, junto a El Arenero y El Teta...
El Zapatero en las Jornadas (Foto: Gerardo Sanz).
El veterano cantaor, Márquez "el Zapatero", de 82 años y en activo desde 1950, venía de actuar el pasado 21 de septiembre en la Bienal de Sevilla, y con la misma responsabilidad llegó a la Peña La Siguiriya acompañado, excelentemente, por la guitarra de Eduardo Rebollar (espectacular él solo con la sonanta). Deseando buenas noches a los presentes, empieza por malagueñas, trayendo el recuerdo de todos los cantaores con los que ha actuado y cuyo legado ha ido recogiendo durante estos sesenta años: soleá apolá, fandangos, siguiriyas, tonás...
Manuel Márquez “el Zapatero” es sin duda ninguna quien, aún, alberga los secretos de la soleá del Zurraque, un secreto vedado a unos pocos y envidiado por los más grandes cantaores profesionales. Gracias a su zapatería de la calle Pureza, este cantaor vivió una de las etapas doradas del cante trianero, aquella en la que El Arenero, Oliver y compañía se congregaban en las tabernas para interpretar los cantes de los alfareros.
Terminada  la actuación y sin prisas por irse – Manuel se siente a gusto y querido por estas tierras-, departimos unos minutos de tertulia, una verdadera gozada oír a “el Zapatero” contar efemérides de una época que es historia. Una velada flamenca que, junto con la actuación de Miguel Laví, es de lo mejor que he oído en lo que va de año. Curioso, y ha sido en Valladolid. 

Pedro Sanz

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