Anunciaban grandes carteles: concierto de Dorantes, sábado 10 noviembre, Auditorio Miguel Delibes. Ahí quedarán, pegados en las paredes de las calles, hasta que sean tapados por otros carteles.
El lunes, los organizadores cancelaban el concierto ante la escasez de venta de entradas (12 euros, el precio de la entrada).
¿Reflexiones? En esta ciudad la celebración de conciertos de mediano, pequeño aforo vive en el alambre. Independiente del tipo de música. Y no es cosa de ahora.
Se cita a 300, en referencia al número de espartanos que impidieron el paso de los persas en el desfiladero de las Termópilas, como el número de fieles que acude a este tipo de conciertos (que no suelen llegar a 300 -véase esta crónica del recital de Capullo de Jerez-, es una cifra símbolo de quienes mantienen el que aún se sigan celebrando conciertos no patrocinados por entes oficiales. Un grupo de primera línea en el panorama pop internacional -no popular- como Animal Collective consiguió reunir esa cifra y era gratis, aquí, en Valladolid).
Otra vez será, esperemos, la actuación del pianista flamenco Dorantes. Dejamos enlace con crónica de su concierto, el pasado mes de octubre, en Francia.
Una próxima cita flamenca, la de Choni Compañía Flamenca, el 24 de noviembre, presentando, La gloria de mi mare, en el Lava Teatro (20.30 horas). Un espectáculo "inspirado en la cultura del café cantante de los años 30 y el teatro de variedades; mezclando el humor, el cante y baile flamenco más tradicional, la copla, la ironía y cómo no la improvisación", dice la nota de prensa.
Siendo los organizadores el Ayuntamiento no se suspenderá por la poca, nula o mediana asistencia, aunque deseamos sea mucha para ver esta historia de una madre que proyecta en su hija, bailaora de flamenco que comienza a despuntar, "todos sus sueños e ilusiones" frustrados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.