domingo, 4 de noviembre de 2012

Morente y Pasolini: poetas de lo distinto

Coinciden en estos momentos, a la vez, simultáneamente, dos lecturas: sobre Pier Paolo Pasolini y sobre Enrique Morente. Ninguna relación entre ambos con el flamenco; sólo tenían en común el ser artistas y una muerte imprevista, trágica y por un mismo motivo: ser distintos.
"El problema es el racismo como cáncer moral del hombre moderno, y que, igual que el cáncer, tiene infinitas formas. Es odio por todo lo que es distinto. Por todo lo que no entra en la norma, y que por eso turba el orden burgués. Este es el grito, la fórmula, el eslogan del mundo moderno ¡Peor para el que es distinto!", apuntaba, y acertaba, el poeta, escritor, cineasta italiano.
Fotograma de la película 'Accatone',de Pasolini.
Pero es al leer una frase de Pasolini que se alumbra una conexión con el flamenco: "La gente sencilla a través de su propio lenguaje, acaba por existir objetivamente". Y en esa luz aparecen imágenes de tantos y tantas cantaores y cantaoras, desde los orígenes del flamenco hasta casi nuestros días: El Planeta, La Piriñaca, Tío Borrico, Pencho Cros... gente sencilla (y por el arte al que se dedicaron llegan a adquirir rango de héroes, mitos, leyendas).
El Tío Mollino.
"Se dice que el flamenco es un arte de intérpretes, no de compositores. No hemos estudiado composición, pero hemos creado música. El cante no cayó del cielo. Lo que pasa es que siempre ha sido denigrado. El Mellizo creó su malagueña de la nada. Es un caso muy especial, que se despega del hilo conductor de la creación flamenca: es la obra de un músico enorme. No tiene antecedentes. Y como eso hay otras muchas cosas: la caña, por ejemplo, tan cuadrada, tan medida, alguien la debió componer: lleva una medida muy exacta, perfecta. Chacón, La Niña de los Peines eran creadores, y es seguro que muchísimos cantes son originales de ellos... Admiramos mucho al que ha estudiado la carrera de músico; a la inversa no. Por eso siempre hay un tono de superioridad del músico de carrera sobre el del flamenco. Quizá no saben que los códigos nuestros, para aprenderlos, requieren quince años de estudio en Viena, comerse dos o tres membrillos en el pueblo de Beethoven y aun con todo y con eso no lo aprendes. Hay 800 en Jerez que cantan muy bien por bulerías. Por soleá hay menos. Por siguiriyas menos. Y por fandangos naturales menos todavía" (Morente).
P. P. Pasolini.
A su forma, uno y otro crearon, hicieron una obra que provocó y provoca admiración y animadversión, controversia, como sus ideas: compromiso y militancia contra el estado de cosas y el estado político.
"Mi relación con el Estado es fecunda porque me obliga a ser protesta viviente y fuente de poesía, de pensamientos, de ideología, de vida. Hay muchos que jamás me han perdonado escribir sin estar sometido a ningún poder ni obligado por la ley de la supervivencia" (Pasolini).
"Flamencólicos: Dicen que yo inventé la palabra, pero también se me acusa de otras cosas. Viene de flamencólogo, claro, que es una palabra que inventó Anselmo González Climent, un argentino que era buen aficionado. La flamencología es un mundo de hombres apasionados que han hecho una labor por una parte buena, cuando los libros están bien hechos. Lo que ha sucedido es que algunos empezaron a representar la Real Academia del Cante Flamenco y a dirigir los sentimientos de la gente y de los artistas; a decir lo que se tenía que hacer y lo que no, y se perdieron en partidismos, y entonces muchos artistas se aprovecharon para conveniencia de sus carreras personales. Aunque siempre que un género musical tiene muchos libros escritos sobre él es porque merece la pena ¿no?" (Morente).
Merecería la pena detenerse en el pensamiento, y la obra, de Pasolini aún incisivo, sabio, vivo, bello, como, en parte, recoge Davide Toffolo en la novela gráfica Pasolini (451 Editores. 2012). Y puede ampliarse, por ejemplo, en esta web, sobre quien en su cine, decían, consiguió "una mezcla única de la consciencia histórica marxista y de la compasión cristiana" (A. Sarris). Para él todo se reducía a la realidad, que no realismo: "El cine es el lenguaje de la realidad, mi único ídolo. Es una especie de ideología personal, de vitalismo, de amor por vivir dentro de las cosas".
Como para el cantaor granadino, su 'ídolo', su filosofía, su todo era el flamenco: "He dado la impresión de ser más libre de lo que he sido. Los pasos que he dado han sido más por desesperación que por otra cosa, por no tener más remedio. Muchos han sido más largos de lo que deberían haber sido, huidas hacia adelante. Estás intentando encontrarte con el cante clásico, que es lo que más me ha gustado... Pero si me hubiera ceñido a eso, muchas cosas que están hechas no se habrían hecho, claro. También es cierto que me gusta la sorpresa, el riesgo, otras posibilidades. Pero siempre vuelvo. Se ha perdido el rito de la afición, ese respeto por los anteriores ya no está. Escuchar a los viejos es lo primero para poder caminar; los que has conocido, los que te han entusiasmado, los que no has podido oír porque no están grabados y has tenido que imaginártelos... Esos son siempre los más inspiradores".
Compartieron un mismo mar, el Mediterráneo, desde dos países, peninsular uno, casi el otro, con historia y puntos en común. Pasolini, de una Italia que no existe -"el conformismo consumista se ha tragado la realidad... las máscaras que se ponen los jóvenes en la cara son repugnantes"-; Morente, de un país...
"¡No ha tenido que sufrir nada el flamenco hasta que se le ha hecho caso España! Tuvieron que venir de fuera a convencerlos y aún así están dudosos, no le gusta a casi ningún burócrata. Y eso que parece que el flamenco es español. Resulta difícil decir que el flamenco es un arte de perseguidos, pero es verdad que procede de los barrios marginados... Parece claro que el cante surgió en diferentes ciudades, hace siglos, casi siempre en sitios de mal vivir. En Granada salió en las cuevas y las ventas... Pese a todo eso, el flamenco representa a la patria en todo el mundo desde hace muchísimos años. Se exporta mejor que los toros, claro. Ese éxito que tiene fuera a algunos les sigue pesando, cosa que entiendo. Como nunca han convivido en un entorno favorable hacia el flamenco, no se sienten representados".

Estas son las portada del cómic y el libro (Editorial Siruela. 2008), de los que han sido extraídos los textos que aquí aparecen. Recomendables los dos para comprender, seguir comprendiendo la realidad y el flamenco.
"El hombre tiende a dormirse, pierde la costumbre de juzgarse, ya no sabe preguntarse quién es... entonces se crea artificialmente el estado de alerta. Quien se encarga de crearlo somos los poetas, los siempre indignados, los campeones de la rabia intelectual, de la ira filosófica. Existe una infinidad de problemas que nadie es capaz de resolver. Y sin resolución, la paz, la verdadera paz del poeta, es irrealizable".
"Manuel Vallejo. Uno de los más geniales artistas de la historia del cante flamenco. Tuvo muy mala suerte. Víctima de los 'revertefascistas', lo metieron en la cárcel y lo sacó un militar amigo y aficionado al flamenco, pero ya estaba destrozado de las palizas que le dieron. Todo, por cantar los fandangos republicanos. Como cantaor ha sido de los más grandes, y hubiera dado dinero por conocerlo. Pero mucho dinero".

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