martes, 18 de diciembre de 2012

Flamenco en Navidad (Introducción)

El flamenco es tan generoso, tan auténtico, está tan “impregnado en la cultura del pueblo llano”, sabe tanto de cohabitar culturas, religiones, pensamientos, filosofías... en paz y armonía  que tiene cosas como estas: 
Hay dos etapas en el calendario flamenco que se celebran de manera especial, ambas tienes connotaciones religiosas, la Navidad y la Semana Santa; en las dos, se practica de manera distinta. Una de alegría; la otra, de solemnidad y respeto, y en ambas participan con la misma fuerza tanto creyentes como los que no lo son. 
Esta peculiar tradición de la Navidad flamenca se remonta al siglo XVIII, surge en los patios de vecinos de los barrios más humildes de Jerez,  de Santiago y San Miguel. En las viviendas jerezanas de entonces había poca intimidad y mucho contacto. En una misma casa vivían cinco o seis familias; algunas veces, sin ningún vínculo familiar, compartían el inodoro, la pila de lavar, la cocina con un gran fogón y la cena de Navidad la compartían en el lugar más espacioso del inmueble: el corral (para que aprendan del salvajismo tabernario de Eugenio Noel).
En este ambiente  familiar, festivo, de esta celebración tan religiosa como pagana se forma un caldo de cultivo perfecto para que se desencadene la faz más extrovertida del flamenco y, también,  más controvertida. El flamenco se ha encargado de pasar por su tamiz decenas de villancicos procedentes de la tradición popular castellana, no solo andaluza. 
Al  son de la tinaja y la típica “botella de Anís”, entonaban los villancicos religiosos o profanos, a veces hasta anticlericales o picantes. 
De estas citas de entonces queda la esencia. Ahora, las celebraciones son más colectivas, se organizan en asociaciones familiares, peñas, hermandades, en bares, en las plazas de las calles… 
Con el paso de los años esta fiestas también se han profesionalizado y exportado, se afirma que Parrilla de Jerez fue el primero que la llevó fuera como espectáculo y, luego, los demás han seguido sus pasos teniendo especial signifcancia la denominada ‘Zambomba’ Jerezana. 
La discografía flamenca guarda celosamente testimonio de estos villancicos jondos desde sus inicios. Existen grabaciones de pizarra, registradas entre los años treinta y cincuenta y vinilos posteriores de cantaores como El Niño Gloria -de quien se dice que debe su apodo, precisamente, a un villancico que cantaba-, Bernardo de los Lobitos, Manolo Caracol, Gracia de Triana, La Paquera de Jerez, Niña de la Puebla, Canalejas de Puerto Real, Lola Flores, Niño Marchena, Enrique Montoya, Niña de los Peines, Manuel Vallejo, Rafael Romero, Morente, Camarón,  José Menese Se puede afirma que todos y todas los cantaores y cantaoras han cantado y grabado villancicos. 



Pedro Sanz.
Diciembre 2012

(Vídeo perteneciente a la película Flamenco, de Carlos Saura, con La Macanita al cante, el coro de Tío José de Paula y las guitarras de Juan Parrilla y Niño Jero).

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