Miguel Poveda estuvo por esta ciudad para hacer lo que mejor sabe hacer, lo suyo, el flamenco. Llenó el Teatro Calderón de un público mayoritariamente no flamenco. Cabría hablar del 'fenómeno Miguel Poveda' si el mundo de la música viviera otros momentos, cuando de él se extraían, se lanzaban modelos, referentes ("mamá quiero ser cantante", o estrella del pop).
Lo de Miguel Poveda es un 'fenómeno', musical-social, silencioso (ahí están las ventas de sus discos; un número de conciertos de los más altos -igual o más que el de l@s superventas pop-, y más tratándose de un flamenco). Como discreto, silencioso es el hacer del cantaor fuera de los escenarios, que no publicita, pero tampoco esconde, como no oculta sus ideas, su toma de posiciones; de conducta y actitud claras, bien conocidas. Y en Valladolid ofreció muestras de ello, y de su generosidad, compromiso y calidez humana.
Resulta que el Colegio Público Antonio Machado de la capital vallisoletana, enterado de su concierto, le propuso participar en la fiesta navideña de sus alumnos. Y Poveda aceptó. Podéis ver lo que en dicho encuentro sucedió en este enlace (también colgado en el facebook y web oficial del cantaor).
El Colegio Público Antonio Machado está situado en uno de los barrios más populares de Valladolid, La Pilárica, en concreto en una nueva urbanización, Santos-Pilarica. La construcción del colegio tenía como fin hacer más atractivo -la compra de pisos de- tal urbanización, tras la que había un ppelotazo urbanístico de los amigos del actual gobierno municipal. Dicha urbanización roza lo fantasmal, por la escasa presencia de vecinos, y el Antonio Machado corre peligro de ser cerrado.
Por ahora sólo asisten a él unos 30 alumnos de etnia gitana, ante los que cantó y estuvo Miguel Poveda.
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