martes, 5 de marzo de 2013

Historia(s) del Festival del Cante de Las Minas (II)

Con la llegada de la democracia La Unión ejerce su derecho al voto y un alcalde socialista es elegido; y en el primer Festival que preside, un gitano, luego diputado del Parlamento nacional, Juan de Dios Ramírez Heredia presenta la gala flamenca (Camarón -la primera de sus tres visitas-, Chiquetete, El Lebrijano, Turronero) y una gitana del pueblo de La Unión, Encarnación Fernández, hija del tocaor Antonio Fernández, gana la Lámpara Minera.

Encarnación Fernández, ganadora de dos Lámparas.
Es el año 1979, inicio de la segunda etapa del certamen minero que abarca hasta 1993. En estos momentos, la duración del festival alcanza los siete días; se ha instalado definitivamente en el antiguo Mercado Público -que será conocido como 'La Catedral del Cante'-; el número de concursantes sobrepasa los 50; la presencia flamenca se hace fuerte, lo flamenco va a mandar alejando folklorismos pasados; la actividad cultural crece.
Un año después se crea el concurso de guitarra. El Bordón Minero dará a conocer nombres como los de Vicente Amigo, Rafael Cañizares, Niño de Pura, Carlos Piñana, Antonio Rey... Se potencia todo lo relacionado con los cantes mineros (estudios, publicación de discos...). El Concurso de Cante, en esta etapa, se pondrá muy serio y declara hasta en cuatro ocasiones desierto el premio de la Lámpara Minera. En 1987, otra cantaora obtiene el codiciado premio, Mayte Martín. Un aviso de la sangre nueva que está por venir.

Valderrama recibe el homenaje de 'su' Festival.
Ese mismo año, 1987, se rinde un homenaje al hombre que lo removió todo para que el Festival naciese: Juanito Valderrama. Su presencia en el escenario de la Catedral del Cante pone al público en pie. A sus setenta años, fiel a sus principios, canta por mineras, cartageneras y tarantas, más todo un muestrario de cantes jondos, para acabar ligando el polo con la soleá de Triana, cante grande primitivo y estremecedor.
En la 29 edición (1989) el Festival cuenta con el mayor presupuesto de su historia. Buena parte de él para pagar el caché de Camarón (dos millones de pesetas, una cantidad que no cobraba nadie). El cantaor no se había presentado en otra edición anterior (1985) y este año la organización no las tiene todas consigo. Sabe que a dos días de su presentación está ingresado en un hospital. Y todo el papel está vendido. ¿Vendrá? ¿no vendrá?

Apoteosis de Camarón en La Unión.
Con retraso comienza la gala: El Pele con Vicente Amigo, Fosforito, Marifé de Triana, Manolo Sanlucar... ¿dónde está Camarón? "¡Camarón ha llegado hace cnco minutos!", anuncian los presentadores. El Mercado tiembla. Así lo cuenta Asensio Sáez, cronista del Festival: "Tras unos minutos de espera, todavía, la presencia de Camarón, acompañado de Tomatito, su guitarrista. Al fin, su actuación, su entrega total al público, esto importa. Su voz se hace entonces quejido, treno, clavelón de sangre, lumbre de fragua, cal de fachada, paso de Semana Santa. 'Y el público lo escucha en pleno delirio -pluma de Álvarez Caballero en el País-, jaleándole clamorosamente, celebrando de manera estentórea cada ¡ay! suyo, casi en trance de histeria'. Es el enajenado éxtasis, la glorificación del cantaor. La apoteosis de Camarón".
Muchos momentos grandes se viven en el Festival, como el que reúne a Juana la del Revuelo, Fernanda de Utrera, Encarnación Fernández y Paquera de Jerez. o a Naranjito de Triana, Salmonete, Agujetas, El Torta o María Soleá. Tod@s l@s grandes de antes y de ahora pasan, y seguirán pasando, por el Festival, salvo Antonio Mairena, al que un accidente de coche privó de su presencia, pero se le rinde homenaje en el año de su fallecimiento. Incluso llega al certamen el 'nuevo flamenco' de la época: Pata Negra, Ketama, Lole y Manuel.

Paco de Lucía (en el centro).
Manuel Ávila obtiene por fin la Lámpara Minera; también, El Camionero, El Rampa, Ildefonso Pinto, Antonio Suárez, Curro Lucena, El Gaditano o Manolo Romero, entre otros.
Eleuterio Andreu y Antonio Piñana se van. El corazón de Pencho Cros resiste y en 1992 es el pregonero. Ese mismo año se celebra un homenaje a Camarón, que también se ha ido, y a Antonio Chacón. Enrique Morente, Mayte Martín, José Mercé, Chano Lobato, Milagros Mengíbar ofrecen su arte. El Festival del Cante de Las Minas entra en su época dorada.



(Imágenes tomadas del libro, Crónicas del Festival Internacional del Cante de Las Minas, de Asensio Sáez. Ayto. La Unión).

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