A finales del siglo XIX había más arte en las calles que en los museos. Y es que éstas se habían llenado de carteles. Los carteles publicitarios con su frescura expresiva, la libertad conceptual y plástica de la que hacían gala sus autores iba más alla de la información a la que estaban subordinados. La llegada del color al proceso litográfico y la incorporación de la pasta de madera a la fabricación de papel posbilitaría, además, la reproducción a gran tamaño y bajo coste. Jules Cheret, Toulose Lautrec, Alphonse Mucha figuran entre los destacados por méritos propios en el arte del cartelismo, que rápidamente se extendería por todo el mundo. Y a día de hoy el cartel sigue vivo, aliado con las nuevas herramientas informáticas, tecnológicas mostrando, con mayor o menor fortuna, su capacidad de síntesis y, según el deseo de anunciantes y cualidades de los artistas, su abstracción gráfica.
A lo largo de la historia, son muchos y variados los ejemplos de usos y formas del cartel aplicados al flamenco. Vayan aquí algunas muestras tomadas de recitales o festivales flamencos recientes o próximos a sucederse.
Entre los 'clásicos' (y con interesantes propuestas musicales, dicho sea de paso):
Diferentes, modernos; otras sugerencias, otras formas:
Atrevidos, al mezclar otros lenguajes; infográficos poéticos:
Unos ejemplos dentro de la cartelería flamenca, en la que suele abundar la imagen referente al baile o la foto de cantaores-cantaoras. Pero el campo es amplio, tanto como la imaginación de los artistas, su rasgo audaz* no cesa. Una muestra, esta imagen encontrada en un blog que anuncia el Festival 'In Raum Flamenco', de Viena (Austria), del 29 de julio al 8 de agosto, con Belen Maya, Tomás de Perrate o El Niño de Elche. ¿Posible cartel?
Gracias a todos los autores y las autoras anónim@s o poco conocid@s -aunque este país cuenta con artistas de la talla de Renau, Penagos...- por su trabajo en carteles que alegran la vista, despiertan el interés, activan la imaginación.
(*Bajo ese nombre, unos colegas del diseño gráfico).
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