martes, 26 de noviembre de 2013

3 años de la Tertulia Flamenca, en la Pública

Apenas han pasado tres años de la iniciativa tomada por varios aficionados al flamenco de nuestra ciudad -Quique, Román, Tato y otros-, en constituir la Tertulia Flamenca. Iniciativa que en su primera reunión fue secundada por numerosos y numerosas aficionadas y aficionados interesad@s en conocer las raíces musicales del flamenco.
Tres años después, el Salón de Actos de la Biblioteca Pública de Valladolid vuelve -este viernes desde las ocho de la tarde,- a convertirse en un “tabanco” con las técnicas mas modernas y cómodas, en un lugar de encuentro donde se reune un nutrido número de aficionadas y aficionados en armonía flamenca con un interés común, disfrutar y dejarnos seducir por la magia del arte flamenco.
Apoyado en soportes sonoros y visuales (videos, cds), documentación escrita -alguna de difícil acceso-, sumando alguna vivencia personal, se da rienda suelta a conocer la verdad, los misterios ocultos de lo jondo, de la historia del berrido ensordecedor de la tétrica siguiriya, de la majestad del baile por soleá o el toque parsimonioso de la taranta.


El rigor y la autenticidad que se da a los temas son la base fundamental y el sentido de la Tertulia Flamenca, descartando cualquier tipo de manifestación espuria que pueda perjudicar y confundir al aficionado y, lo más grave, perjudicar al flamenco. En el flamenco no cuela dar gato por liebre.
Si nos atenemos a lo concordado por investigadores y escritores, desde tiempos pretéritos el flamenco  vio la luz y dio sus primeros pasos en Andalucía, más concretamente en la Baja; de manera que Valladolid no fue lugar ni cuna del nacimiento de este arte, pero sí podemos afirmar con rotundidad que tuvo, y tiene, una afición que ha sorprendido a leyendas vivas de este arte. Artistas escritores, investigadores, flamencólogos  y aficionados han calificado la afición de Valladolid como una de las más serias y entendidas, y aprovechando este punto ahí va una reflexión del Tio Chano (un abrazo allá donde estés de la afición de Valladolid), en este sentido: “¿Sobrino, cómo es la afición? ¿de atarse los machos?, madre, madre, a ver cómo salgo de esta”.
La crisis, los recortes, la subida del IVA están dificultando el acceso a la Cultura, privando del disfrute de muchos espectáculos por sus elevados  costes y, en el peor de los casos, llegando a su desaparición. El flamenco tampoco se salva de esta situación. La supresión del Aula Flamenca de Caja Duero y algún otro evento que se realizaban a precios asequibles permitía “combatir el mono”; de ahí que numerosos son las aficionadas y los aficionados que demandan espectáculos flamencos de cante, baile y toque a precios “populares”.
Espero y deseo que pronto esta demanda popular de un arte popular como es el flamenco, y así fue expresada en las últimas Jornadas Flamencas Ciudad de Valladolid, tenga una respuesta satisfactoria para la afición al flamenco de Valladolid.

Un saludo flamenco.
Pedro Sanz

Pedro, a la izquierda, junto a Gallo y Castañeta.


Amig@s y aficionad@s en la despedida del segundo año del Club Flamenco en la Biblioteca.

El también llamado Club Flamenco de la Biblioteca reducirá este año sus citas, será más o menos una al mes, a cambio prepara algunas novedades (presentación de libros, recitales...), en la medida que su presupuesto cero lo permita. Este viernes, 29 de noviembre, a las ocho de la tarde, comienza la tercera temporada dedicada al cante y el baile de las localidades de Lebrija y Utrera. Allí nos vemos.

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