viernes, 12 de diciembre de 2014

¿Flamenco clásico? ¿por qué?

De un tiempo a esta parte leo, oigo esta expresión: "Flamenco clásico". O tradicional, también, para expresar lo mismo, que hay un clasicismo en el flamenco. Por tanto hay una modernidad o contemporaneidad. Quienes lo dicen suelen ser flamenc@s de nueva generación, y es su manera de referirse a un flamenco de décadas anteriores a su tiempo actual. Ese que puede ser el de Manuel Torre, La Niña de los Peines, Caracol, Chocolate, El Gallina, Agujetas y tantos otros y otras, principalmente del siglo XX.
También es la forma de señalar, por parte de quienes dicen "clásico", que ahora se hace un flamenco con otras formas -la que ell@s suelen hacer-, que ni tan siquiera es mezcla o fusión...; puede ser una manera de hacerse entender para un público no flamenco; puede ser...
Me gusta más, en el caso de utilizar una expresión en el sentido que vengo citando, la de "el flamenco de los viejos". Suena a tiempo atrás, pero vivo. Al menos para mí tod@s l@s flamenc@s que a lo largo del tiempo ha habido están viv@s. Unos con mayor presencia que otros, por su singularidad; el paso del tiempo ha colocado a cada un@ en su lugar, artista, aficionado, profesional: hay niveles. Aunque se pueda querer, apreciar por igual tanto al grande como al chico. Lo que sí es que cada uno suena a su tiempo. Así como que ahora suenen actuales, gracias a este tiempo que vivimos ahora de una horizontalidad temporal.
Pienso esto el día en que la Tertulia Flamenca, de la Biblioteca Pública de Valladolid, dedica su reunión a Agujetas y El Torta. Puede que 'asusten', les 'sea difícil', a quienes siguen el flamenco ahora. Y sin embargo, el flamenco es eso, el suyo, el que estos dos cantaores hacen.
Tal vez uno de los discos que mejor reflejan esto del flamenco de ahora, de antes, de... sea El Niño, de Rocío Márquez. Un disco de flamenco, sin más. Que señala su tiempo en dos o tres temas donde la cantaora introduce instrumentos, o más bien una sonoridad que sólo se podría haber conseguido en este tiempo. Camarón tuvo el acierto o la virtud de hacer un cante que sonaba a su tiempo haciendo sólo flamenco, y se diferenciaba de lo escuchado anteriormente. Pero eran tiempos de verticalidad temporal, donde lo moderno o actual era un valor, una referencia, un escalón más por el que ascendía el arte. Ahora no es así, aunque también lo es. Ahora cada artista flamenco se hace valer por su arte, cariños al margen. El artista está solo con su arte y mostrar que es artista y tiene, hace arte. Como siempre ha sido.

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