A finales de julio Pedro Sanz nos informaba que había sido elegido jurado del Concurso del Cante de las Minas, motivo de alegría que fundía la suya personal con la nuestra, de sus amigos, y también con la afición flamenca de esta su ciudad, Valladolid.
Durante la celebración del Concurso, 12-15 agosto, tuvimos un par de conversaciones breves, sobre cómo estaba viviendo la experiencia, "positiva, única", y quedamos para después del veraneo en hablar extensamente sobre uno de los puntos culminante en su relación con el Festival de La Unión.
Relación que ya contó en este blog sobre el certamen flamenco minero y que supuso la realización del sueño, largamente anhelado, de un aficionado. Un sueño que impulsó a otros y hacerlos realidad, esta vez no por un hecho casual de la vida, sino conseguido con trabajo, y con tenacidad: la creación de las Jornadas Flamencas 'Ciudad de Valladolid', que este año cumplió su doce edición.
Aún se guardaba más sueños Pedro; y uno de ellos se materializó el día que le comunicaron ser jurado del Concurso del Cante de las Minas.
"Sí, estaba entre mis sueños. Hombre, la ilusión de
un aficionado de ser miembro del jurado del
Festival de Las Minas es lo máximo. Creo que con esto se cubren todos los
objetivos y reconocimientos que me hayan hecho. Es mucho.
"Al principio cuando me lo comunicaron creía que me
estaban vacilando, no creía que era verdad hasta que a últimos de julio me
volvieron a llamar y me dijeron que tenía que dar la contestación. Y cuando ya
me lo dijeron tan en serio, lo pensé. Internamente hubiera dicho sí, si pensarlo,
rápidamente, pero es una responsabilidad muy muy fuerte porque ahí… Lo primero,
es no tener fallos y si lo tienes, que sea mínimo, que no incida en la
actuación de los concursantes. Y sí puedo decir una cosa, que he sido muy
honesto y he salido contento, muy contento, porque he recibido felicitaciones
de personas del mundo del flamenco, a nivel no sólo nacional, también de otros
países, de Japón o de Montpellier, una persona que llevaba muchos años asistiendo
y le había gustado cómo se había desarrollado este año el concurso".
La conversación con Pedro fue larga de ahí que se divida en dos entregas. Esta primera para hablar sobre su papel como jurado, el funcionamiento de este; la segunda, sobre los concursantes.
"Yo tenía una idea de que la honestidad, el rigor, la
seriedad forman parte de ser jurado. 24 horas antes nos reunieron a los cinco
miembros y entre las cosas que se dijeron estaban el no dejarte influir por
nadie, evitar cualquier tipo de contacto con los concursantes, dejar a un lado
preferencias personales que pueda tenerse por un determinado palo flamenco. Cosas que están dentro de la lógica. La independencia, también la forma de ser
uno, es fundamental. Y ser riguroso dentro de los conocimientos que cada uno
tenemos del flamenco. Y, de verdad, para llegar a ser miembro de un jurado como
este hay que tener muchos conocimientos de las tres disciplinas, cante, baile y
toque. Otra cosa, también, es que huyas de comentarios, de provocaciones de
‘flamenquitos’ o flamencoecológicos, que dicen que si el palo este era de
fulano y no de mengano.
"La discreción y lealtad entre los miembros del jurado es muy importante; hablamos de que si se diera
algún problemilla abortarle entre nosotros. Afortunadamente este año no ha
habido necesidad de ello, porque todos hemos puntuado con diferencias muy
pequeñas, de centésimas te podría decir. Se puede hablar de unanimidad en el fallo. Y es
que habíamos establecido un criterio, que cuando hubiera una diferencia
superior a dos puntos entre un miembro y otro se explicaran los motivos de tal
diferencia. Para ello habría que desmenuzar el cante, el baile o el toque.
Por ejemplo, que este cante se ha cuadrado bien, ha entrado dentro del compás a su
debido tiempo, se ha estructurado bien el palo siguiendo la línea de su mentor,
sea la soleá de Triana, la de Alcalá, de los Puertos, etcétera, etcétera.
Pero no ha habido necesidad de llegar a esto.
Blanca del Rey. |
"Y era un jurado donde yo me consideraba un pardillo,
flamencamente hablando, porque estamos
hablando de Blanca del Rey, Juan Verdú, Paco Paredes, que es un gran conocedor
de los cantes de la minas como Paco Severo. Un jurado muy potente. Y así se ha
reconocido en diversos medios de difusión.
"Sobre la configuración del jurado, de cómo se elige
su presidente, su secretario, dos miembros querían que Pedro Sanz lo fuera y
otros dos, Blanca del Rey. Y la última decisión la tenía yo, y me incliné por
Blanca del Rey, una persona que ha sido reconocida en el mundo de la danza, una
persona que sabemos cómo siente, como vive el flamenco. Tanto es así que, en
alguna ocasión sentados a la mesa, lloraba porque se ha tocado o se ha cantado
piezas que a ella la traían recuerdos. Blanca del Rey, muy a regañadientes,
aceptó la responsabilidad.".
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