(Traemos otro texto procedente de un disco, el incluido en Mi retoque al cante jerezano, de David Lagos. Escrito por Carlos Martín Ballester, aficionado, estudioso del flamenco y coleccionista de discos, especializado en las grabaciones a 78rpm y cilindros de fonógrafo -para lo que creó esta web-, responsable también del blog El Arqueólogo Musical. En el texto Martín Ballester cuenta los inicios de la grabación y comenta los diversos cantes incluidos en el disco del cantaor).
"Hará dos o tres años cuando David me comentó en Madrid que estaba considerando la posibilidad de sacar un segundo disco tras El espejo en que miro, editado en 2009. La conversación pasó de ser un mero intercambio de ideas, a una sugerencia envenenada por mi parte: ¿y por qué no haces un recorrido por el cante jerezano del último siglo? Motivos había: no era normal que un corpus flamenco tan rico y extenso en variantes como el jerezano se fuera reduciendo con el transcurso de las décadas a un puñado de cantes y estilos.
La aventura no consistía en adoptar formas flamencas alejadas del acervo jerezano: sólo se grabarían estilos intrínsicamente locales y aquellos foráneos que contaran con el aporte fundamental de un artista de la tierra. El proceso de creación no pudo ser más sencillo y relajado (ventajas de la autoproducción): seleccione los cantes y estilos, elegí y grabé las versiones más adecuadas, y se las mandé a David. A él le correspondió escucharlos con detenimiento, asimilarlos, y lo más importante, imprimirles su propio carácter. La aportación de su hermano Alfredo y la imprescindible labor de Santiago Lara como productor musical y guitarra protagonista, contribuyeron a cerrar el círculo.
El disco se abre con uno de los cantes bandera de Jerez: la bulería por soleá. Entre otras fuentes de inspiración, las obras de Juanito Mojama e Isabelita de Jerez han sido obras de referencias ineludibles. Los tangos comienzan con un sentido ayeo de preparación, para recordar seguidamente la memoria de El Garrido de Jerez (sigue esperando que su tierra le reivindique como merece), Antonio Chacón, El Niño Medina y Juanito Mojama. Cuando este disco no pasaba de ser una mera posibilidad, estaba convencido de que la petenera y la guajira eran dos de los cantes que debían de incluirse. Resulta extraño tener que explicar las razones, dado que nos encontramos ante dos cantes de una belleza extraordinaria. Aunque nos centramos en la obra de El Niño Medina, hay que recordar la enorme labor realizada por otros jerezanos ilustres como Manuel Torres, Antonio Chacón, Isabelita de Jerez, El Garrido de Jerez, etc.
En el instante de afrontar la soleá, la figura de Frijones surge de una manera sobresaliente. La versión personalísima de David es rematada por un recuerdo a Agujetas el Viejo a través del estilo de Carapiera. Era inevitable recurrir a la magna obra de Antonio Chacón cuando se trataba de encarar la malagueña. Entre todas sus obras, la elección estaba clara: según Fernando de Triana, la favorita del genio de la calle Sol era la conocida como A dar gritos me ponía. Una vez elegida la obra, parecía acertado acercarse a la misma a través de la personal mirada de Luisa Requejo, otra jerezana que espera, y que legó una versión extraordinaria.
La seguiriya recoge influencias de Manuel Torre y Juanito Mojama primero, y de Rafael Ramos Antúnes el Gloria, en el cierre de El Marruro. A modo de coda final, homenaje a otro de los más grandes seguiriyeros jerezanos, Antonio Chacón, a través de su versión de Curro Dulce. Como soporte guitarrístico, que no acompañamiento, se percibe la sonanta de Perico del Lunar. Los fandangos, basados en formas de El Chocolate y El Sordera, brotan renovados gracias a la creatividad de David.
En las bulerías se recogieron ecos de Santiago y la Plazuela a través de las voces de Isabelita de Jerez, Juanito Mojama y el Sernita, entre otros.
El último tema representa la creatividad, en estado puro, de David Lagos y Santiago Lara".
Carlos Martín Ballester. Madrid, diciembre de 2013.
También David Lagos escribía un texto sobre el por qué de esta elección para su disco:
"(...) Al principio me asaltaban muchas dudas sobre el proyecto, ¿no son ya lo bastante buenas esas obras como para dejarlas tal cual? ¿quién soy yo para poner, quitar o modificar el más insignificante detalle a semejantes obras de arte?.
Pero luego me paré a analizar mi punto de vista ante el flamenco, ante el arte, ante la vida: Me niego a ver el cante como un museo de obras muertas, cerradas o intocables. ¿No resucita un cuadro cada vez que alguien lo mira, o un libro cada vez que alguien lo lee, o una copla cada vez que alguien la escucha y/o la canta? Creo que el cante renace cada vez que se interpreta, o quizás sea mejor decir, que el cante nace cada vez que se reinterpreta.
Vaya por delante mi admiración y respeto a todos los homenajeados en este disco. Salvando infinitas distancias, esta obra huye de cualquier imitación, pues hubiera sido torpe por mi parte la más mínima comparación. Sólo he tratado de plasmar mi manera de ver el cante, adaptándolo a los medios de los que dispongo. Aportando mi granito, sin pretensiones, pero sin miedo, pues está hecho con todo el amor del mundo. Ese, para mí, es el camino de la evolución. De mi evolución".
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