sábado, 16 de abril de 2016

Enrique Lozano el Pescao, cantaor: "Soy de tierra adentro, soy del trigo"

"El barrio más castizo de Jerez, el barrio Santiago, ahí un día me he topado con una serie de gente que estaban en un portalín escuchando discos, que eran de la peña no se qué de los amigos, que no podían estar en la peña porque la estaban arreglando. Al final, la señorita que venía conmigo les dijo a los tíos, 'no, si este canta'. 'Y usté, qué hace usté' y esto y lo otro. Y cuando les hice cuatro cantecitos..., hablando en plata, por cojones tenía que ser yo de Jerez de la Fontaneira".
El que habla es Enrique Lozano el Pescao, en una entrevista concedida a nuestro contacto en los medios y que traemos aquí en su versión larga (la corta salió publicada ayer). Hoy sábado el cantaor ofrecerá su segundo recital y que también será grabado para la publicación de su próximo disco. A las diez de la noche en el Teatro Zorrilla, de Valladolid (al igual que el viernes, hoy también: entradas agotadas).

-¿Cómo surge el grabar un nuevo disco, después de tanto tiempo?
-Fue idea de Santi (Santiago Serna, responsable del Café del Teatro Zorrilla), que me conoce desde hace un montón de tiempo y creo que es el único que me ha llevado a Valladolid. Porque le gusta la música, en general. Es un hombre amante de las buenas maneras. Y pensó, ‘este hombre está en su mejor momento y quiero que grabe’, antes de que yo me niegue a grabar de todo. Y es eso, para que quede constancia de mi música, lo cual se lo agradezco, como a la gente de Valladolid por su respuesta ante este evento, porque casi todo el papel está vendido. En Valladolid ocurre lo que no pasa en Palencia, donde cada vez que yo he intentado trabajar, era como que iba a pedir limosna, te lo juro. Y como yo ando mejor de rodillas que de pelas, pues me la suda. Y desde hace tiempo que dije que no, que se acabó, yo en Palencia no canto. Y si canto es donde algún amigo mío como el de la sala Universonoro. Y eso, dejar algo mío en los años que tengo, que ya soy como el Tutankamon (risas).
-¿Cómo plantea, afronta esta grabación?
-(Jocoso) ¿Cómo la voy a afrontar? Como se afronta el flamenco de verdad. Si yo destaco en ese sentido es porque no creí en las grabaciones de estudio. El flamenco no es una canción, es el momento. Y es lo que voy a grabar, el momento. Si te digo que no tengo santísima idea de lo que voy a cantar, ese es el flamenco. Todo lo que no sea así, es mentira. La gente que se compre el disco va a escuchar a un gitano cantar como cantan los gitanos. Y encima, voy a estar acompañado por un iraní (El Persa, su guitarrista). Entonces, en ese momento, tanto él como yo vamos a dejar el corazón. Y eso es pureza.
-Su primer disco se llamaba Gitano de tierra adentro (1994). El ser de esta tierra, ¿implica alguna diferencia a la hora de hacer flamenco?
-Soy de tierra adentro, soy del trigo. Y mira, aquí, en esta tierra, los guitarristas brillan por su ausencia. Me han tocado la guitarra gente que no tiene nada que ver con los buenos guitarristas. Dicho esto, en todas partes cuecen habas. El que es gitano y tiene ganas de gritar las cosas que le están pasando o ganas de meterse en el pellejo de alguien que está pasando fatigas, lo hace, tiene la gracia de hacer eso. Y da igual que sea de Jerez de la Fontaneira (sic suyo), de Barcelona, que de Castilla la Vieja. El flamenco no tiene fronteras.

-¿Por qué no se oye más su nombre dentro del mundo del flamenco?
-Porque aquí, en mi tierra, donde me podían echar una mano, el único cuartel que me dan, si me descuido, es el de la Guardia Civil. Por ejemplo, en este evento, quien lo está moviendo no es de Palencia, es de Valladolid. Anteriormente no he grabado nada porque estoy muy a gusto en mi cacho huerta, tirado a mi bola. Estoy viendo que en el mundo del flamenco como no seas un gran a-po-ya-do, y muy bien apoyado no sales. Hoy, con el rollo de los apoyados y las apoyadas subir en el mundo del flamenco y ser famosillo, es mejor que eches a la lotería, que te toca antes. Y de la manera que soy yo, como castellano y gitano y, supuestamente, creo que de ley… Yo no soy un tirachaquetas, no voy a ningún sitio haciendo mercadillo, diciendo (imita) ‘que me des, que soy un monstruito, que me viene de familia’. Pues no, que les den tila.  Yo creo que la gente que vaya (a sus dos recitales) se va a divertir y van a ver un concierto, van a escuchar a Enrique Lozano y no van a hablar de bobadas (imita) 'es que yo estuve el otro viendo esto'. Como cuando va algún famosillo del flamenco y hay gente que va, eh, y es que no sabe ni lo que canta, lo único es para contar al amigo, y si al amigo se le ocurre preguntar, 'bueno ¿y qué palos hizo de flamenco?', el otro se queda así, agilipollao, ni santísima idea. Hay que gente que juega a ser flamenco, como yo de niño jugaba a ser el Capitán Trueno, no, a ser Crispín, que estaba muy delgado. Los que van a escuchar a El Pescao van a escuchar flamenco.
-También ha practicado la fusión (algunos datos, aquí).
-Sí, me encanta, me gusta. Pero sin salirme de lo que es el flamenco. Me gusta hacer unos compases ‘ablusaos’. Cantando como se tiene que cantar. No hacer ruido, sino cantar. Es como todos los que imitan al monstruito de todos los tiempos: Camarón de la Isla, Ca-ma-rón de la Is-la. Cuando Camarón tiraba para arriba, zumbaba, Camarón no chillaba. La diferencia entre gritar y chillar es abismal. Lo que hacía Camarón es muy sencillo: dar un grito de dolor, de rabia, de coraje, de gusto, de placer, de impotencia. En general, en la música, ya no te hablo del flamenco, Camarón y Paco de Lucía fueron un regalo de las estrellas. Eso es lo que hemos tenido la suerte de disfrutar. El resto, por ahora, son simples, y más si intentan imitarles.


Otros fragmentos de la entrevista (el resto se incluyó en la anterior entrada de este blog ¡hemos llegado a las 100.000 viviendas!): "La gente que está moviendo el flamenco, que yo digo, ¿y esta gente por qué no me toca a mí, si yo estoy considerado en Madrid? En las peñas flamencas de Madrid yo estoy consederado como un bichito, como un monstruito... Lo único que sé yo hacer es cantar, y después, es un modo de vida; y encantado, aunque no gane un duro... A veces he estado muy lejos del flamenco y otrs veces más cerca... Me he rozado con buenos cantaores y con muy buenas anécdotas... Yo soy cantaor porque me gusta la música desde niño...".



(Las fotos que acompañan este texto son de Fernando Fuentes. Relacionado con Efímeras Producciones y, entre otros asuntos culturales, con la actividad musical que desarrolló el Café España de Valladolid durante muchos años, donde fotograf a todos los músicos que por allí pasaron del tipo de música que fuera, principalmente jazz, una debilidad de los dueños. Pero también mucho flamenco. Fernando será el responsable de las fotos del nuevo disco de El Pescao y para ello se trasladó a la casa de éste, "el chabolo", como le llama el cantaor, y esto nos dice Fernando de sus fotos: "Los fogonazos blancos de techos y de ventana son muy muy voluntarios... el contraluz de Enrique –con otra luz difusa que entra por la ventana de la derecha, fuera de plano- me pedía incluir en cuadro la ventana, para que el rojo no fuera excesivo... a mí la que más me gusta es la de cuando miró directo a la cámara...").

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