viernes, 30 de junio de 2017

Camarón de la Isla en el 25 aniversario de su fallecimiento: siempre vivo en nuestro blog (1)


Desde el principio de este blog Camarón de la Isla ha estado presente; y aprovechando que este 2 de julio se cumplirán 25 años de su fallecimiento vamos a recordar algunas de las entradas que le hemos dedicado.
La primera entrada del blog, hace cinco años, ya contenía una referencia a Camarón al dar cuenta de lo acontecido en la recién iniciada Tertulia Flamenca -en aquel entonces llamada Club Flamenco-, de la Biblioteca Pública de Valladolid.
Se había regalado un disco orientativo de por dónde iba a caminar, sonar la Tertulia, los palos, los artistas. Se echaban en falta ciertos nombres, y así lo expuso con serenidad y contundencia flamenca el compañero Bernardo en un momento dado: "Falta José Monge Cruz". No volvería a pasar.
Un mes después el blog recogía una conversación entre dos de los que hacemos este tiempoflamenco sobre la difusión del flamenco y en concreto por la radio:
-Y en la emisora de clásica de Radio Nacional para escuchar flamenco tienes que esperar a la noche y un par de horitas a la semana o así.
-Tendrían que poner a Camarón de 8 a 12 de la mañana todos los días. El resto, flamenco, flamenco y flamenco.

En un bar de Cádiz.

Cualquier momento era bueno para citar a Camarón. Un día me entero que se celebra el Día de Bob Marley y recuerdo que le preguntaron al genio de la Isla que le parecía el otro genio de la isla de Jamaica: "Es como nosotros".
O entraba la primavera y:

La primavera
va llenando de rosas
los corazones que sueñan.
La primavera
con sus bellos colores
el alma triste alegra.

Quiero el sabor de tus besos
de tus besos tan ardientes
y que me miren tus ojos
tus bonitos ojos verdes,
que me están diciendo te quiero.
Yo te quiero hasta la muerte,
vente conmigo gitana
nos guiará la buena suerte.

(La primavera. Rumba)

O entre los recuerdos viajeros de Carmen, este relacionado con Portugal:
De vuelta a Espanha y carretera Mérida, meditabunda. Experimentando la sensación de  abandono del país, en el que no te sientes extranjera, nos vamos aproximando a un trailer hasta que le damos alcance, ¿pero… qué es lo que se ve?
Las puertas traseras del camión se visten con el rostro barbado de Camarón. Un enorme retrato pintado en negro.
La reacción es inmediata: un alegre subidón de adrenalina que nos hace aumentar la velocidad para adelantar al camión, al tiempo que le pitamos y le  jaleamos.
¡¡¡eeehhh!!!! ¡¡¡aúpa Camarón!!!
El camionero se une a  la jarana y su claxon solfea una entonada pitada en tono grave.
Qué mejor ventura que entrar en España de la mano del Rey gitano.

En Valladolid. 1990. Foto de Luis Laforga.

Otras reacciones que provocaba su cante:
Se me abren las carnes.  Y cuando oigo sus últimos discos, que los oigo poco... no sé expresar lo que siento, dolor, tristeza, alegría, termino con los ojos nublados. Es que este hombre... hay una carga en su cante que sé lo que es pero no me alcanzan las palabras. En fin, agraciados somos los que le hemos visto en vida y podemos seguir oyéndole con los discos. Influyó bastante en mi etapa de entrar más en el flamenco.
Contaba Pedro Sanz, director de las Jornadas Flamencas 'Ciudad de Valladolid', quien recordaba tiempo después hablando de El Torta: El Torta produce cante viejo, de arcón antiguo, con sabor, da escalofríos, es dureza, quemazón. Si encima esa noche a Juan se le aparece el “duende”, puede ocurrir de todo, emociones incontroladas, llantos, roturas de camisas (como la que tiene de Camarón, quien una noche le oyó cantar en Chiclana y el de San Fernando hizo trizas su camisa y se la entregó al Torta).


También recogíamos otras opiniones como las de José Manuel Gamboa y Miguel Mora: Durante el siglo XIX, las voces flamencas que constituían la pureza eran líricas, limpias (...) Cantaban con sentimiento y jipío (cantar sin respirar, cantar largo, ligando unas palabras con otras, respirando lo menos posible). Así fue el primer cante flamenco, hasta Antonio Chacón, último miembro de esa escuela primera, cuyos patriarcas fueron El Planeta y Silverio Franconetti (seguida después por otr@s como Pepe Marchena, La Niña de la Puebla, Juan Valderrama... Mayte Martín, Estrella Morente). Sería el jerezano Manuel Torre, el revolucionario que trajo el flamenco moderno. Su voz natural, que se asoció al metal de voz flamenco puro se convirtió en el nuevo modelo. Se pusieron de moda las voces rotas, apedruscadas, aguardentosas (Paquera de Jerez, Agujetas, Chocolate, Terremoto, El Gallina...). Pero también se hacía difícil distinguir el quejío del gallo, la expresión del zurriagazo. Camarón trae una nueva forma de cantar (...). Empleándose hasta el límite de facultades en las tesituras agudas, y elevando la afinación y el compás a niveles nunca oídos antes, lleva el cante a una nueva dimensión sonora tan inconfundible como imitada (imitadores que toman más sus defectos que sus virtudes). Con su hermano Paco (de Lucía), su gemelo a la guitarra, la sonoridad del flamenco se mete en la modernidad.
Texto incluido en el disco, editado por un periódico del país, La Leyenda del tiempo; disco que en 2014 cumplía 35 años y con tal motivo se reeditaría, remasterizado; así como también se publicaría, Tiempo de leyenda, dvd documental sobre el proceso de grabación de un álbum histórico y del que la rapera Mala Rodríguez citaba como una de sus principales influencias: Este disco es, sin duda, algo único... Los versos que contiene, en su voz, suenan aún mejor si cabe... Desprende belleza por todos lados.

(Continuará)

Arte: Chema López.
 

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