lunes, 18 de septiembre de 2017

'Rodolfo Otero: Amor por la danza', en versión original (20 de julio del 2016 - I)

-He pedido a la biblioteca (Pública  de Valladolid) que me consigan el libro de Gyenes sobre Antonioel Bailarín de España’.
-Le he conocido. A él. Era húngaro, y judío.
-El libro es el resultado de seguir durante doce o trece años al ballet.
-Qué pena no tenerle (sí que lo tiene, en el estudio de danza).
-Se publicó en el 1963/1964. Seguro que sales.
-No sé. Se supone.



-¿Qué tal eras tú como maestro de baile?
-¿A dónde?
-Enseñando a los demás a bailar.
-Te metía una hostia. Maricón. Si tengo la maestra, que la he hecho yo maestra. ¿Qué tal soy? Si es una excepción, Ana, una excepción. Baila como los ángeles. ¡Qué tal soy como maestro! ¡Vete a ver a Ana, coño! Se me cae la baba a mí de ver a Ana, Ana Montero.
-Sí, la conozco, ¿se dedica sólo a dar clases de baile o trabaja en algo, aparte?
-Que yo sepa, no sé si ahora sube a un… sanatorio de ancianos o algo así.
-¿Ella no ha hecho carrera en el baile?
-No, no, solamente ha dado clases y sigue dando clases, en el estudio. Y es algo fabuloso. Te digo que se me cae la baba a mí, de verla.  Desde los pies, lo que nadie hace, claro. Por eso, porque la he enseñado, ¿qué tal soy de maestro?, pues, la hostia, ¿qué te parece, guapín? Vete a preguntárselo a ella o vete a verla.
-¿Eres un maestro duro o...?
-Yo soy Rodolfo. Como amo el baile no transijo que puedan hacer una cosa mala, y si hace una cosa mala la tienen que mejorar hasta que la hagan buena. Ese es el maestro que soy.
-Los alumnos que has tenido, ¿estaban preparados para el esfuerzo…?
-Al contrario, no estaban preparados, pero se les ha educado para tener ese esfuerzo.
-¿Las generaciones actuales tienen más predisposición al sacrificio, el  esfuerzo que la de tu tiempo u otras anteriores?
-Hombre, para quedar bien y políticamente correcto diría lo que acabas de decir tú…  Ahora no se esfuerzan como antes, la gente no quiere las cosas como antes, salvo excepciones. Pero en términos generales, no (no se entiende bien lo siguiente que dice, algo sobre una alumna suya que enseña baile flamenco y a la vez pilates, y es que Rodolfo tiene un día cansado) Estoy hecho polvo.
Ana Montero y su maestro (en el homenajea Rodolfo en 14 Jornadas Flamencas de Valladolid, junio 2017). Fotofrafía: Pablo Gestoso.
-Hoy hace bueno.
-Sí, pero esos cambios. Ha bajado la temperatura y vienen corrientes de aire fresco. Y eso no es lo mismo a tu edad, que yo también he tenido, que a la mía. Porque parece que estamos en el mismo tiempo, pues no, yo estoy ya en tiempo de irme a tomar por culo. 
-¿Piensas en la muerte?
-Cómo no voy a pensar. El que no piensa en la muerte es gilipollas. Claro.
-¿Qué sientes? ¿miedo?
-Pues más miedo que alegría. Alegría, ninguna. No te jodes, contigo, eres un cachondo tú. ¿Estás grabando? (asiento) ¿no decías que se te había acabado?
-Tenía demasiados archivos, así que he borrado unos cuantos y ya tengo espacio.
-Joder, lo que sabes. Bueno, pues de la muerte no quiero saber nada (risas). Ya me vendrá. Pero no te creas tú que es agradable, poner cara de idiota.
-¿Se tiene algún tipo de idea de cómo a uno le gustaría morir?
-A mí no me gusta morirme, ni riéndome siquiera. A mí me gusta vivir, me gusta la vida, ¿me entiendes? Me gustan las flores, los olores, los follajes, en todo el aspecto de la expresión (me hace reír). ¿A ti no? Porque eres turco y los turcos  cogen a la turca y se quedan dormidos.

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