El segundo volumen dedicado a 'El cante mujer' contaba también con un texto de Ángel Álvarez Caballero. Si en el anterior relataba la presencia de la mujer en el cante desde sus inicios más o menos conocidos, en este nuevo continúa la historia hasta el cercano, más o menos, presente de la edición del disco (1994). El texto del añorado escritor, crítico, investigador flamenco comienza así:
En Jerez de la Frontera nació, vivió, cantó y murió Tía Anica la Periñaca, quien fue un portento. Ella fue quien acuñó una frase que ha quedado ya para siempre como principio y fin de una cierta estética cantaora: “Cuando canto a gusto, me sabe la boca a sangre”. En la historia del cante no ha habido una voz de mujer que mejor haya sabido expresar y transmitir la siguiriya gitana. Acerca de ella ha escrito Caballero Bonald: “Todo el humano chorro de pasión de esta anciana excepcional emerge como una flor terrible de cada una de sus llameantes lamentaciones. Para nosotros, la intocable raíz del flamenco está representada exactamente en esas entrañables, humildes, sobrecogedoras quejumbres, extraídas de la más oscura memoria racial. No hay huella de artificio ni deformaciones ornamentales: es el registro angustioso de la historia del pueblo gitano-andaluz, el puro borbotón de su dolorosa experiencia humana”. Jerez ha dado otros importantes nombres de mujer al cante: María Soleá, la hermana de Terremoto y, como él, poseedora de un quejío lastimero y estremecedor; o María la Burra, hija de Tío Gregorio y heredera de su rajo y su desamparo cantaor; o la Paquera, cuyo grito pelao solivianta al más tranquilo.
En Jerez de la Frontera nació, vivió, cantó y murió Tía Anica la Periñaca, quien fue un portento. Ella fue quien acuñó una frase que ha quedado ya para siempre como principio y fin de una cierta estética cantaora: “Cuando canto a gusto, me sabe la boca a sangre”. En la historia del cante no ha habido una voz de mujer que mejor haya sabido expresar y transmitir la siguiriya gitana. Acerca de ella ha escrito Caballero Bonald: “Todo el humano chorro de pasión de esta anciana excepcional emerge como una flor terrible de cada una de sus llameantes lamentaciones. Para nosotros, la intocable raíz del flamenco está representada exactamente en esas entrañables, humildes, sobrecogedoras quejumbres, extraídas de la más oscura memoria racial. No hay huella de artificio ni deformaciones ornamentales: es el registro angustioso de la historia del pueblo gitano-andaluz, el puro borbotón de su dolorosa experiencia humana”. Jerez ha dado otros importantes nombres de mujer al cante: María Soleá, la hermana de Terremoto y, como él, poseedora de un quejío lastimero y estremecedor; o María la Burra, hija de Tío Gregorio y heredera de su rajo y su desamparo cantaor; o la Paquera, cuyo grito pelao solivianta al más tranquilo.
Cádiz
nos dejó el eco emocionante y entrañable de La Perla, cantaora prematuramente
desaparecida pero que a medida que pasa el tiempo gana en valoración de los
aficionados. Como el mismo Camarón declaraba, que bebió mucho de ella,
dejándose influir conscientemente por una expresión cantaora que le llenaba
plenamente. Caracol se emborrachaba con su cante. Había aprendido de su madre,
otra interesante cantaora conocida como Rosa la Papera.
En
Utrera, la Fernanda y la Bernarda. Se hallan ya en el declive pero han llenado
una parcela importante del cante de mujer en las últimas décadas. Si Bernarda
es –ha sido- una festera de excepción, Fernanda es –ha sido- probablemente la
mejor solearera de todos los tiempos. Cada vez que Fernanda se enfrenta al
cante por soleá estamos seguros de que se libra, allí en los oscuros rincones
de donde nace el manantial gitano de su cante, una dramática batalla. Porque
Fernanda, con una voz opaca y rota, casi siempre insuficiente, arriesga todo en
cada cante, pelea los tercios hasta agotar sus posibilidades, rebusca,
pellizca, persigue los duendes desesperadamente, angustiosamente… Arriesga
tanto que la cantaora se queda como desamparada en la copla, y si no llega al
logro perseguido la vemos como quebrarse, vencida en la pelea, pero si el logro
llega habremos tenido el privilegio –raro aún entre los cabales frecuentadores
del cante- de asistir al milagro que siempre es una soleá dicha con rajo.
La
más veterana de todas las que siguen en activo es Dolores Jiménez Alcántara la
Niña de la Puebla (nacida en 1908), musa ciega de los campanilleros, el género
al que debe su máxima popularidad desde 1932 en que lo grabó por primera vez.
El público identifica de tal manera a la cantaora con ese cante que
difícilmente puede darse una actuación suya en que no lo haga. Los fandangos,
los estilos de ida y vuelta los ha frecuentado también mucho, y en ellos afirmó
su popularidad en los tiempos de la ópera flamenca. Pero ella cultiva
igualmente los estilos de mayor dificultad –soleares, siguiriyas, granaínas…-,
e incluso, en sus años de madurez, muestra más dedicación a ellos, como si
quisiera dejar patente que es cantaora capacitada para los cantes de más
enjundia flamenca.
Por
supuesto que no podemos agotar aquí un repertorio siquiera elemental de todas
las mujeres que en la historia del cante pusieron en su quehacer un acento
personal que dejó huella perdurable. Rosalía de Triana, Pepa de Oro, Teresita
Mazzantini, Perla de Triana, Paca Aguilera, la Pirula, la Repompa, la Repompilla,
María Vargas, la Susi, Encarnación Fernández… Son muchas cantaoras, artífices
de un cante rico y valioso, del que en esta breve antología ofrecemos sólo una
pequeña muestra.
En
la actualidad debemos reconocer que el cante de mujer no tiene demasiadas
ejecutantes de gran valor. Algunas las hemos citado ya anteriormente, y desde
luego no podemos silenciar a quien nos parece la mejor voz femenina de esta
época: Carmen Linares (n. 1951). Formada en la infantería del cante, esos sufridos peones que valen para todo en
el cuadro de un tablao flamenco, en los últimos años se ha decantado con rigor extremo
hacia un cante profundo y trascendente, interpretado en una tesitura de gran
dramatismo y enorme jondura.
Cantaoras: PERLA
DE CÁDIZ(2) – GLORIA ROMERO – DOLORES DE CÓRDOBA(2) – MARÍA ‘LA TALEGONA’ –
FERNANDA DE UTRERA – NIÑA DE LA PUEBLA(2) – CARMEN LINARES(2) – LOLA FLORES(2)
– AMINA(2) – RAFAELA REYES ‘LA REPOMPILLA’(2) – ADELFA SOTO(2) – GRACIA DE
TRIANA – DOLORES ‘LA DEL CEPILLO’ – CARMEN AMAYA(2) – HERMANAS GARRIDO ‘LAS
CARTAGENERAS’ – ANGELITA DE CÓRDOBA ‘LA CACHARRERA’ – ANA MARÍA ‘LA JEREZANA’(2)
– BERNARDA DE UTRERA(2) – NIÑA DE LOS PEINES
- MARÍA ‘LA CANASTERA’ – ENCARNACIÓN FERNÁNDEZ – PEPITA SEVILLA – LUISA
ORTEGA – LA INÉS – DOLORES AMAYA VARGAS – FERNANDA, BERNARDA y PEPA DE UTRERA
con Perrate.
Guitarras:
Manuel Morao –Juanito Riera –Félix de Utrera – Antonio Dueñas –Andrés Batista
–Juan Maya Marote –Manolo de Badajoz –Pepe Habichuela- Juan Carmona –Melchor de
Marchena –Paco Aguilera –Enrique Abadía –Antonio Vargas –Pepe Martínez
–Remolino (hijo) –Luis Verdú – Luis González –Andrés Heredia –Antonio Fernández
–Manolo Bulería –Juan Habichuela –Enrique Escudero –Antonio Arenas…
Cantes:
Soleares /Malagueña /Fandangos / Media granaína / Bulerías por soleá /Bamberas
/Sevillanas /Taranto por rumba / Bulerías de la Repompa / Campanilleros
/Corrido o romance gitano /Zambra /Rumba flamenca /Tientos-Tangos /Siguiriyas
/Tangos del Perchel /Bulería por Soleá de María Peña / Lorqueñas / Cantiñas /
Villancico gitano / Minera / Rumba de Navidad /Alegrías / Alboreá /Saeta
/Jaleo…
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