viernes, 21 de septiembre de 2018

Éxitos del flamenco en aquellas máquinas de discos (jukebox): Rumbas, cante & gipsy rock (y 2ª parte)

"Yo tengo del Bizco de Amate un dramático recuerdo sublimado desde el día en que vi, con otros niños del barrio, cómo dos funcionarios del Ayuntamiento, lo sacaban muerto de debajo del puente de arroyo Tamarguillo, donde vivía", cuenta Salvador Távora en la biografía escrita por Marta Carrasco y Eva Díez: Salvador Távora. El sentimiento trágico de Andalucía, (Andalucía Abierta. 2005).
El barrio al que hace referencia es el Cerro del Águila, de la capital sevillana -colindante con el Cerro el barrio de Amate, de ahí el apodo del cantaor a quien el dramaturgo flamenco señala, en el libro, como "mi maestro en el cante"-, barrio el del Cerro de donde es también nuestro primo Nono, en cuya casa de la sierra de Huelva estuvimos felizmente alojados hace unas semanas, tal y como contamos en la anterior entrada del blog y donde descubrí, aparte del mencionado libro, antiguos discos singles -de los 70 del siglo pasado- relacionados con el flamenco.
Y que compartían éxito, popularidad con los temas superventas de la época (de ello daban testimonio las máquinas de discos/jukebox). Paco de Lucía se convirtió en uno de ellos con su álbum Fuente y caudal y sobretodo con su rumba "Entre dos aguas". La rumba, fuera catalana, madrileña o flamenca, era uno de los géneros más populares y exitosos de la época -desde los 60- y en la colección de nuestro primo había abundantes muestras: Peret, El Noi, Rumba Tres, Los Amaya, Los Chichos, María Jiménez -contó con las guitarras de Paco Cepero y Enrique de Melchor en algunos de sus discos-, Bambino... Mucho de Bambino en su colección.


Aflamencar canciones de otros géneros -como boleros (por farruca)- o hacer canciones de los cantes -¡antes que Rosalía!- era el modus operandi del genial Bambino, que contó con tocaores flamencos como Juan y Paco del Gastor o el propio Paco de Lucía, un gran fan de la rumba.


La popularidad de Paco de Lucía en aquellos años alcanzaba también a la su compañero, "hermano" del cante, el Camarón de la Isla, y a los frutos que su colaboración daba.





He ahí una muestra, y del poco cante que alcanzaba popularidad (En la colección de singles de nuestro primo sólo otros dos cantaores: Juan Peña el Lebrijano -tonás, bulerías, cabales, con las guitarras de Juan Peña y Manolo Sanlúcar y la colaboración de La Perrata- y Pansequito).


El mundo de la pop/ularidad es más de canciones. Canciones que comenzaban a cambiar de sonido en aquella década de los 70 y tiene, en el ámbito patrio-español-nacional, a Las Grecas como ineludible referente de dicho cambio. Y ellas también entraron en las jukebox -y listas de superventas-. Me parece conveniente traer aquí parte de un texto publicado en su disco de debut (de los pocos, pero selectos Lps -ahí están Lole y Manuel, Triana...- de nuestro primo), escrito por su productor José Luis de Carlos en 1974, y que puede tener una lectura actual, por lo que está sucediendo también en la relación flamenco/canciones/popularidad:
"Gipsy rock no es la sofistificación gratuita de una idea con mayor o menor gancho comercial. Se trata simplemente del nombre dado a la realización de una idea basada en la fusión de elementos originalmente dispares en lo cultural, pero compatibles y curiosamente coincidentes en muchos aspectos.
Estos elementos eran, de un lado, la asombrosa fuerza expresiva de unas originales voces gitanas muy jóvenes, y de otro el electrizante poder de penetración y arrastre de la 'actitud' sonora más joven e internacional que conocemos: el rock.
Es decir, no era tanto la unión del flamenco y los ritmos modernos (pop). Flamenco, como tal, no aparece sino en el origen: algunas cadencias melódicas y armónicas (de no todas las canciones), así como en la estructura rítmica (tangos, originariamente). La unión se realiza sobre todo en el aspecto expresivo".
Con esto damos por concluido este 'viaje' sonoro surgido sin buscarlo dentro de otro viaje (un beso a nuestr@s prim@s sevillan@s, que son l@s de Carmen, mi encanto; y un fuerte abrazo a  las gentes de la sierra de Huelva y en especial a la de Cortelazor).
Y nos vamos con las cantes de El Bizco de Amate:


(Sobre éxitos, 'hits', superventas este artículo de José Manuel Gamboa, en el que da un extenso repaso -histórico, desde los años 30 del siglo XX- a los "Discos de oro del flamenco").

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