jueves, 17 de enero de 2019

La natural grandeza de Carmen Linares (Remembranzas)

Ya sólo quedan las mujeres como fuerza de cambio hacia adelante en esta Andalucía que ha echado a andar para atrás, es un pensar que me viene al ver que le llega el turno a Carmen Linares, dentro de la serie 'textos de libretos de discos tomados de la colección de flamenco de la Biblioteca Pública de Valladolid', que venimos trayendo a este blog.
De entre la media docena de discos de la cantaora que figuran en el catálogo no es fácil decidirse por cual libreto escoger, hay textos de Félix Grande (disco de Juan Ramón Jiménez), Álvarez Caballero (Antología de la mujer en el cante), Frédéric Deval -editó discos suyos en Francia-..., pero nos quedamos con Remembranzas porque viene a resumir buena parte de su trayectoria vital y artística.


Fue publicado en 2011 por Salobre y distribuido por Karonte, el mismo año en el que fue grabado y en el que también, Carmen Linares recibe de la Academia de las Artes y las Ciencias de la Música el Premio a toda una vida; un galardón que reconoce, "su maestría, su valentía profesional y su calidad de referente en la positiva evolución de  la condición femenina en el arte flamenco a lo largo de los años", como se lee al inicio del texto escrito por Miguel Espín García, Pablo Martínez Samper y Miguel Espín Pacheco, donde relatan cómo fue el concierto que da título al disco, de esta manera:

Remembranzas es el testimonio de más de cuarenta años de carrera profesional, de pasión y aprendizaje del cante flamenco. Este proyecto también es la forma de agradecer a sus compañeros músicos y al público este reconocimiento. Un ofrecimiento musical donde Carmen recorre, acompañada de un plantel impresionante de músicos, los temas más emblemáticos de su trayectoria.
El recital se abre con "Romance  Pascual de los Peregrinitos", unos versos del poeta que luchó por engrandecer el arte flamenco, Federico García Lorca. Artistas como Camarón, Enrique Morente, Manolo Sanlúcar o Paco de Lucía han trabajado a partir de los poemas del poeta granadino y Carmen en 1993 actualizó en el disco 'Canciones Populares Antiguas de Lorca' el cancionero que el poeta grabó a piano junto a La Argentinita en 1931. Este número narra una tierna historia de amor entre primos que van a Roma a lograr la dispensa del Papa para poder casarse. Siguiendo el espíritu del relato, asistimos a una reiteración obsesiva de la melodía cuyo tratamiento musical parte de una melodía medieval -con pasajes de percusión, contrabajo, violín y flauta- que luego se traspone al ritmo de una bulería con carácter de guajira.
La Taranta es uno de los cantes que en Linares ha alcanzado su máxima perfección y variedad. La taranta es un género que lleva en sus raíces. Nacida y criada en Linares, cuna de cantes mineros, escuchó estos cantes desde chica acompañada por la guitarra de su padre, a quien homenajea en este recital al elegir una música bellísima que expresa sin adornos especulativos la quintaesencia del estilo minero. Con calidez y pasión finaliza por Cartagenera grande -con letra del sevillano García Barbello-, rememorando al gran maestro Antonio Chacón. Al toque Miguel Ángel Cortés quien ha crecido profesionalmente junto a la cantaora y en este número aporta una intensidad musical extraordinaria.


Admiradora de las formas tradicionales, Carmen Linares nos hace llegar el desgarramiento y la esencia del arte jondo a través de dos cantes por Seguiriya. El primero como recuerdo a la gran cantaora Pastora Pavón 'Niña de los Peines'. El segundo, más personal, con música y letra referidas al barrio de Triana, cuna de grandes seguiriyeros. Precisamente este cante encabeza su poderosa 'Antología de la Mujer en el Cabnte' (1996), que en su estreno en el Teatro Monumental de Madrid junto a Moraíto fue el número más aplaudido. En esta ocasión le acompaña el guitarrista Paco Cortés, con el que ha interpretado estos cantes antológicos durante más de veinte años. Aquí vuelven a sonar con todo el esplendor en el toque que acompaña  la emoción del quejío con el que ella recuerda esta noche a su madre recientemente fallecida.
Remembranzas continúa desgranando 'Antología de la Mujer en el Cante', el proyecto discográfico donde recrea los estilos más importantes del arte flamenco creados por cantaoras antiguas y en el que participaron los mejores guitarristas del momento. Se escucha el recitado por alegrías de José Luis Ortiz Nuevo, llega el ritmo y la gracia de Cádiz en forma de Cantiñas. Carmen canta para escuchar y para bailar. En la primera faceta recrea y completa el cante de la Mejorana ("Toma este puñal dorado") para dar paso a la cantiña del contrabandista ("Las caenas del amor") y la romera -"No me hagas señas"- que baila espléndidamente Javier Barón.
Llegamos al ecuador del recital y nos vienen a la memoria aires de Huelva. Las mágicas palabras de Juan Ramón Jiménez, la hondísima vibración de la guitarra de Juan Carlos Romero y la herida luminosa de la voz de Carmen Linares constituyen "Raíces y alas", trabajo que recibió el Premio de la Música como Mejor Álbum Flamenco 2009. Abre "Remembranzas" por alegrías recordando la infancia del poeta y lo siguen los fandangos "Moguer, Auroras de Moguer" que nos incitan a recorrer las huellas que la música nos deja y que las notas dejan en los músicos.


Carmen contempla el tendido, agradece a músicos y asistentes y, haciendo una pausa mira a su izquierda en invita a sumarse a Miguel Poveda. Con la introducción de los versos de Ortiz Nuevo arropados por la música de Juan Carlos Romero ambos interpretan la canción "La luz que a mí me alumbraba", que nos trae el esperado encuentro entre dos voces únicas en el arte flamenco contemporáneo. La Maestranza de Sevilla se hace silencio, la toná mide la fuerza del quejío flamenco, Miguel y Carmen dan un paso al frente. Suena el "Canto de la resignación".
Es el momento de seguir recordando. Carmen se emociona, su voz y su memoria vuelan por el Albaicín. "Asesinado por el cielo" es una obra con letra de Lorca que interpretó por primera vez en "Poeta en Nueva York", un espectáculo que Blanca Li coreografió y bailó en los Jardines del Generalife en la Alhambra de Granada en agosto de 2007. La composición del guitarrista Salvador Gutiérrez así como la adaptación para el cante por granaína y rondeña de la difícil letra lorquiana, constituyen una de  las aportaciones más interesantes en la carrera de Carmen Linares. Hoy la canta en memoria de su compadre Enrique Morente con el que tantas 'medias sonrisas' compartió en el flamenco.
Del cielo poblado de imágenes hirientes llegamos a los versos de sabor a tierra de Miguel Hernández. Estamos en 2009. "Oasis abierto. Miguel Hernández flamenco" es un espectáculo cocinado a fuego lento por Carmen. Ella misma ha cuidado cada pequeño detalle, desde la selección de versos inéditos en el flamenco, las composiciones de Luis Pastor hasta la dirección escénica de Emilio Hernández. En la crónica del estreno en Madrid comenta Alfredo Grimaldos que, "el poeta del pueblo encuentra su acomodo en el flamenco". Lo que sin duda permanecerá como un hallazgo es el diálogo entre la sonoridad del piano de Pablo Suárez a la voz jonda de Carmen. En este concierto nos ofrecen "Mis ojos sin tus ojos" -entre copla y tango argentino- y "Casida del sediento", dos temas donde Carmen consigue alcanzar quiebros y registros de voz que renuevan la raíz trágica del flamenco. Un sentido homenaje al gran amigo oriolano José Antonio Martínez Bernicola con el que inició el proyecto escénico en torno al poeta.
Como despedida y gratitud hacia el público Carmen canta acompañada de todos los artistas de Remembranzas unas arcaicas seguidillas sevillanas con letras de Federico. Estas Sevillanas de Lorca son para escuchar, con unas dificultades de tono, extensión y cuadratura absolutamente superiores. Con todo, hay algo más importante, el respeto y la inconfundible gracia sevillana con que la cantaora interpreta estas coplas mientras las bailan Miguel Poveda, Ana María González, Javier Barón y Rosario Amador como en su día lo hicieron Imperio Argentina y Pilar López durante una actuación suya en la casa natal del poeta en Fuentevaqueros.
¡Ahí queda eso! Ochenta minutos de concierto. Llega el soniquete de los camerinos. La Maestranza se vacía. Los artistas se recogen.
Nada se ha perdido, hemos conquistado un estrato más de memoria. La memoria que nos une es el sonido de las remembranzas de Carmen.


Además de los músicos citados en el texto también participaron Rafael Villanueva (violín); Pedro Esparza (flauta); Julio Blasco (contrabajo); Antonio Coronel (percusión); Javier González (coros y palmas junto a Ana María y Rosario), y las guitarras de Paco Cruzado y Eduardo Pacheco. El libreto también incluye fotos de la cantaora, de cuando era niña, de pie, cantando o, sentada, de adolescente, ambas pisando escenario; y de ella como la hemos ido conociendo todo@s, y la seguiremos, pues ahí está, con su voz, la que "aquella tarde del último invierno (...) fue y vino, se alzó y alcanzó cimas de brillos y bajó a simas de lo hondo más profundo, se acordó de fundamentales piezas de su repertorio, evocó a maestras y maestros yendo de la alegría a la pena, del dolor al júbilo; dando en todo momento clara lección de sencillez y de natural grandeza", escribió, en otro de los textos incluidos en Remembranzas, José Luis Ortiz Nuevo, instigador que investiga y viceversa el flamenco, poetactor surgido del mismo tiempo que la cantaora. Ese tiempo de gigantes -años 70-80 siglo XX- con quienes Carmen Linares caminaba a la misma altura, al mismo paso. 
"De ahí que ya ni siquiera se necesiten más palabras, pues estas no tienen más sentido que incitar al disfrute y que sea cuanto antes, ahorita mismo, sin más dilación, para que suene de nuevo -humilde y poderosa- la razón del cante, en remembranzas dobles." (Ortiz Nuevo).


Con su disco Antología de la Mujer en el Cante, Carmen Linares hizo entrar a muchas mujeres en el flamenco y a las que ya estaban les ofreció orgullo, historia, reconocimiento, el valor que por derecho tenían a estar donde estaban: el flamenco.

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