viernes, 8 de febrero de 2019

Con el alma de La Macanita, con el alma de Jerez

A escasos días del comienzo del 23 Festival de Jerez, "una cantaora de las que no se dejan fácilmente amansar": La Macanita. Son palabras de Frédéric Deval  para el libreto que acompañaba el disco de la jerezana, Con el alma. Disco incluido en la colección Flamenco Vivo, que dirigiera Deval y fuera publicado en Francia en 1995 por audivis, en 2003 por naïve (luego en España y otros países, de ahí que los textos aparecieran en francés, español e inglés, y un pequeño léxico de términos flamencos).

En el libreto, la información referente al disco se ofrece de una manera personal. Así en las escuetas biografías de los músicos que acompañaban a la jerezana escribía Deval:
Moraíto, "uno de los músicos clave del flamenco actual" (autor de la mayor parte de la música, mientra otra compartida con o de):
Manuel Fernández Molina, Parrilla de Jerez (1954-), "nunca ha dejado de estar en primer plano en la valoración de la cultura flamenca de Jerez" (toca la guitarra sólo o con Moraíto en algunos cantes y es autor de todas las letras de los cantes, excepto la de una bulería escrita por Rafael Fernández el Nene).
Chicharito (1956) "uno de los mayores expertos del compás de Jerez, así como de las sutilidades rítmicas", al que acompañan Rafael Moreno Junquera y Gregorio Fernández Junquera a las palmas y jaleo.

La escritura personal de Deval no oculta su profundo conocimiento técnico e histórico del flamenco, como queda reflejado en los comentarios a cada uno de los once cantes que hace La Macanita, con sus correspondientes letras; el autor y director de la colección prefiere dejarse llevar, inspirarse por el flamenco, meterse dentro de él. Por ejemplo, al hablar de la Bulería a palo seco, primer cante del disco, "hay que oír el jaleo, ya que sólo a eso, para empezar, se le puede llamar música. Todos los 'vamo', 'anda', 'ole', 'ven', 'ea', 'arsa', 'ala', son el verdadero tejido musical y humano sobre el que se lanza la Macanita. Seguramente que no hay nada mejor que el jaleo para darse cuenta que en Jerez hay algo que es único: una forma de estar juntos desde hace mucho tiempo, una forma de llevar el compás que hace que el cante nunca sea el mismo. Jerez no sabe bañarse dos veces en el mismo río".
El resto de cantes del disco: Canción por bulería; Cantiñas; Bulerías de Cai; Siguiriya; Soleá por Bulería; Tangos de Pastora; Trilla; Taranto; Bulería; Malagueña.
Y llegamos al texto principal, donde Deval deja volar su escritura, sobre Jerez y una de sus grandes artistas: 

Existe una especie de elemento insumergible en la cultura de Jerez.
Las épocas se suceden, el flamenco cambia, el interés de los auditorios se internacionaliza, de París a Tokio y de Madrid a Nueva York. Jerez lo sabe bien, pues son sus cantaores, sus bailaores y sus guitarristas que andan por los Estados Unidos o el Japón, o los que se fotografían bajo la Torre Eiffel.
Pero Jerez sigue siendo Jerez. Jerez vuelve a sí mismo, a sus barrios, a Santiago, a la Plazuela. Vuelve a la ciudad entera, cuyas calles y plazas son la referencia de toda una vida: San Miguel, Arenal, Porvera, Nueva,  Cantarería, Lealas, letanía peatonal que bien saben entonar las cofradías de Semana Santa, y que mejor que cualquier agencia de urbanismo imprimen en la mente de las gentes de Jerez el nombre de las calles al patearlas juntos cada año durante las procesiones.

Jerez vuelve a encontrarse en sus once peñas flamencas. A menudo viene gente del mundo entero a respirar su ambiente, el de un 'mundo' que por cierto comienza en alguna parte a veinte kilómetros al norte, en el pueblo de El Cuervo, donde convergen todas las fatalidades. Una de ellas es estar al norte (no hay que olvidar que la provincia de Cádiz se inicia en el límite sur de este pueblo y más allá empieza la de Sevilla, que se apodera de él en las tinieblas exteriores). Otra fatalidad es la de estar cortado en dos por la carretera nacional. Y la última, su nombre (el cuervo), que es signo infalible de todas las desgracias que, cuando se es jerezano, fundamentan la incomprensión del 'mundo' para Jerez y para su alma.
El alma del Jerez flamenco, todo aquello en lo que el 'mundo' encuentra una dificultad de captación casi ontológica, al llegar aquí uno se da cuenta de qué se trata ("ver", dice Deval en una nota a pie de página, y señala una serie de discos: 'Jerez. Fiesta y Cante Jondo'; 'Morao y oro', de Moraíto; 'Colores morenos', de El Torta; 'De Santiago a Triana', de Fernando de la Morena y Moraíto; 'Cantos de la Semana Santa').


Tomasa la Macanita quiere cantar, Moraíto la lleva con su guitarra. También está Parrilla, quien desde los catorce años la ha inducido a trabajar tanto las bulerías como los villancicos, esos cantes de Navidad que adquieren en Jerez una especie de alegría explosiva. Tiene a Chicharito. Chicharito que la provoca, la acorrala, la aguijonea, la asesina cariñosamente con algunos dardos colocados como banderillas. Rafael y Gregorio también están ahí. Macanita sonríe a través de su relevante boca de gitana casi africana, suspira mirándose la punta de los zapatos. Cantar, ¿y si no me sale?
Ya no hay más guitarra. Las palmas de Chicharito, Rafael, Gregorio, Moraíto se entrecruzan en los silencios intermitentes de una bulería despojada de cualquier otro sonido que el de la voz desnuda. El jaleo, esas voces lanzadas rítmicamente hacia la cantaora se cargan de una fuerza musical y de un humor a los cuales es difícil de resisitir.
Tomasa la Macanita no se aguanta más, ella canta. Tan lejos de Jerez, en Sevilla, tras los cristales de una sala abarrotada de aparatos que su mirada atraviesa sin ver, conducida, transportada, salida de sus adentros, sin pertenecerse más que a ella misma. La Macanita canta, le sale.
¿El qué?
El alma de Jerez. 


Un último apunte sobre el libreto del disco de La Macanita. Frédéric Deval expresa su agradecimiento "más ferviente a la Asociación Cultural Los Juncales, de Jerez, y a su presidente Luis el Zambo, por la inestimable ayuda prestada para hacer posible esta grabación. Y felicitar a Los Juncales por su labor en favor de la cultura gitana del barrio de Santiago de Jerez."
Por nuestra parte, desear que soplen buenos vientos para el 23 Festival de Jerez. Jerez, allí donde empezó el cante de La Macanita.



Y apúntense estas fechas si van para el norte o están ya allí porque la cantaora actuará los días: 
-21 febrero (20.30 horas) Teatro Bretón de Logroño 
-22 febrero (20.30h) Teatro Barakaldo de Barakaldo (Bizkaia)
-23 febrero (20.30h) Centro Cívico Hegoalde (Vitoria-Gasteiz);
acompañada de Manuel Valencia, guitarrista; Chicharo de Jerez y Macano,  compás.

(Esta entrada sigue formando parte de nuestra serie -recuperadora de algunos- 'textos de los libretos que acompañan a los discos tomados', de la colección de flamenco de la discoteca de la Biblioteca Pública de Valladolid. Y que seguimos por orden alfabético y estando en la M, la próxima entrada nos lleva a Antonio Mairena, el mairenismo... ineludible).

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