sábado, 28 de julio de 2018

Diego Clavel: "A golpes de corazón" (lecturas del disco 'A mis hermanos')

Proseguimos con textos que aparecen en algunos discos de flamenco, y siguiendo el orden alfabético de la discoteca de flamenco de la Biblioteca Pública de Valladolid llegamos a Diego Clavel, bien representado discográficamente en la Biblioteca: Por derecho. 25 años de compromiso con el flamenco. 1970-1995 / La malagueña a través de los tiempos / Por Levante / Por siguiriyas, y este A mis hermanos, que hemos elegido. Es su última grabación en solitario, aunque posteriormente participó en el disco Quejíos republicanos, junto a otros cantaores; y vuelve a contar como en los anteriores discos monográficos de palos flamencos un texto introductorio del estudioso del flamenco, Antonio Reina. Para a continuación unas palabras del cantaor sevillano aportando una serie de datos sobre un doble cd con 24 cantes: Jaleos extremeños; fandango de Huelva de Antonio Toscano; aires de Alosno; villancico por cantiñas; liviana, serrana y seguirilla de María Borrico; martinetes y deblas; fandangos de Niño de León; bulerías; tangos del Chaqueta; abandolao; fandangos del Gloria; alegrías; bulerías por soleá; fandangos del Peluso; fandango valiente de Huelva; tientos; deblas y tonás.
El álbum fue publicado en 2014 por Karonte/Cambayá. 


Nuevamente mi entrañable y admirado amigo Diego Clavel nos ha sorprendido con esta importante y enciclopédica grabación de cante flamenco. Yo creía que Diego no iba a realizar más grabaciones de nuestro arte, dadas las circunstancias en las que se encuentra y donde sólo se impone lo vulgar, lo comercial, lo adulterado y, sobre todo, el olvido y la postergación para todo aquel que haya sido santo y seña de nuestro arte flamenco. Algo muy importante ha tenido que ocurrir para que Diego rompa su silencio y saque a relucir todo lo que lleva dentro y poderlo ofrecer asía los pocos aficionados que todavía quedan.
Para mí, que el título de la obra lo dice todo: ‘A mis hermanos’. Los sentimientos de Diego hacia ellos fueron intensísimos. Para él lo significaban todo: ‘Lolo' fue su padre, su hermano, su consejero y su amigo, y a José María ‘El Chico’ lo quería entrañablemente. Estas han sido las razones por las que Diego se ha volcado en este proyecto y poderlo ofrecer así a ellos. Y si analizamos detenidamente la obra, vemos cómo en todos los cantes se imponen el sentimiento, el dolor y la pena que Diego llevaba y lleva dentro.
Juan Talega decía que para cantar bien había que doler, y que no se explicaba cómo las gentes iban al cante a divertirse, con lo que el cante dolía. Este dolor y sentimiento son los que nos ha ofrecido Diego en esta importante grabación, ya que él, como todos sabemos, funciona a golpes de corazón, y saber transmitir lo que siente y lo que lleva en su interior.
En un extenso recorrido –alboreá, peteneras, bamberas, guajiras, romances y un largo etcétera-, Diego ha puesto todo su corazón y su alma en la realización de la obra. Es encomiable también su labor de rescate de los ‘cantes de trilla’, como homenaje al carácter agrícola y ganadero de nuestro pueblo, y a los que interpreta con sello propio y gran flamenquería. Como siempre, hasta las letras, en su desmedido afán por no dejar nada al azar, son frutos de su propia cosecha.
Para completar la obra le acompañan a la guitarra Antonio Carrión y Manolo Herrero, figuras portentosas en este arte e incomparables en el acompañamiento al cante y en el toque para cantar.
Todos estos artistas y circunstancias han sabido dar vida a la realización de este gran trabajo, para sorpresa y disfrute de los amantes de nuestro arte. Así que, Diego, nuevamente mi felicitación y mi más profundo agradecimiento por tan importante labor y gran legado artístico.
Un fuerte abrazo de tu amigo
Antonio Reina Gómez
Enero 2014

(Participan también en el disco, Francisco el Fósil y Raúl el Rata: palmas; Mari Carmen Andrade: palillos).

Siempre se ha dicho que no hay mal que por bien no venga.
A mí me ha pasado en esta grabación. Este trabajo está terminado por mí parte desde antes de comienzos de verano del 2012, pero por circunstancias ajenas a mí no ha podido salir hasta estas fechas. Ese paréntesis de tiempo me ha venido bien porque he podido grabar esta Malagueña del Caribe, que por no conocerla cuando hice la grabación de las 47 Malagueñas, no pude incluirla en ese trabajo, pero gracias a un buen amigo y colosal aficionado como es Luis Soler Guevara que me la facilitó y además me animó a grabarla, hoy me alegro de ese retraso.
La malagueña en cuestión fue grabada en 1898 por el Niño de Cabra, en el 1899 por la Señora García, en el 1908 por el Señor Revuelta y en el 1912 por Paca Aguilera y, según tengo entendido, no se ha vuelto a grabar hasta ahora.
DiegoClavel.




domingo, 22 de julio de 2018

"Yo soy una realidad del flamenco": Paco de Lucía (entrevista, 1971)



"Nacido en Algeciras hace veintitrés años, Paco de Lucía es un adelantado del flamenco. Está llevando más lejos que nadie hasta el momento las posibilidades expresivas del arte de la guitarra. Su presentación en el teatro de la Zarzuela el pasado 24 de marzo se puede definir, en términos del ‘show-business’, con una sola palabra: éxito. Pero las ovaciones concedidas a su madrileño bautismo de fuego no pueden medir, como él dice, el esfuerzo de cinco horas de diarias de estudio. Sólo para sacar al flamenco de su inhóspita capilla, para demostrar lo que es una guitarra, Paco de Lucía lo ha dado todo. Como corresponde a un auténtico maestro."

Entradilla del periodista José Luis Rubio para la entrevista que realizó en abril de 1971 al tocaor y fuera publicada en la revista Triunfo. De nuevo, y no nos cansamos, agradecer al amigo Carlos Rayaces el Byron la consecución de este texto, como tantos otros que nos ha aportado procedentes de su archivo periodístico. La entrevista de Paco de Lucía nos sirve como epílogo a la serie de textos que hemos traído al blog sobre Los Chiquitos de Algeciras, escritos por José Manuel Gamboa para el disco que recogía las grabaciones que realizaran Pepe y Paco de Lucía en su infancia-adolescencia, en los primeros pasos de su trayectoria artística, la cual está presente en la entrevista, que refleja las ideas, actitud de un Paco de Lucía veinteañero, que vuela en solitario "como un maestro", en unos tiempos 'nuevos' para el flamenco, como bien refleja el titular de la entrevista: "En el flamenco hay mucho camelo":

-En realidad yo no esperaba tantos aplausos, porque el público español no está preparado para la guitarra. El flamenco no tiene ninguna aceptación, y la gente desdeña todo lo que se haga con una guitarra fuera del dominio del clásico, fuera de todas las expresiones que halagan a la alta burguesía. Por ejemplo, cuando toqué en el Palacio de la Música de Barcelona, el público se escandalizó de que mi nombre pudiera ir junto a los de Rubinstein o Watts. Es duro comprobarlo, pero es en España donde hay más discriminación hacia el flamenco. 
-¿Cuál es el motivo para tal actitud?
-Creo, simplemente, que es un problema de tradición. La tradición hace mitos, y anular con una realidad un mito es muy difícil. Al contrario, cada día surgen nuevos mitos que ensombrecen más las realidades. En el flamenco este problema es doblemente agudo, porque no es una música hecha para una sala de conciertos; es para un cuarto con los amigos. En un escenario no hay la misma comunicación, siempre se corre el riesgo de compararlo con la música culta. Y el flamenco es todo lo contrario, es algo completamente salvaje, todo inspiración. No tiene las matemáticas de la música, en las que se opera y se obtiene un resultado; el flamenco no tiene una lógica. Por otra parte, están esos flamencólogos que sólo ven la fantasía de la Luna, del gitano, de la piel de aceituna; en una palabra, García Lorca, Eso no es la realidad del flamenco. Yo soy una realidad del flamenco, y con esa realidad me siento mucho mejor que todos esos señores con toda su poesía.


-¿Cómo se podría remediar esa situación?
-Es que el flamenco está en un período de transición. Sólo dos o tres personas pueden hacer algo. Porque hay mucho camelo, mucha mentira. Hasta dentro de lo que se llama flamenco puro.
-Usted habla de transición, ¿no ocurre realmente que el flamenco se encuentra estancado y que los actuales intérpretes sólo pretenden imitar lo mejor posible a los viejos maestros?
-Sí, sólo se preocupan de recrearse en lo que otros ya han hecho. Y es que, como he dicho, parece que lo que manda es la tradición. Los gitanos son muy buenos intérpretes, muy artistas, pero crean muy pocas cosas nuevas, porque tienen miedo a la realidad. Mejoran en técnica, pero no en invención. Además, los viejos, los patriarcas del flamenco no abren paso, no quieren que evolucione. Y los jóvenes no se atreven a contradecirles. Desde hace cuarenta años, o sea, desde Ramón Montoya, que fue el precursor de lo que se hace hoy en guitarra flamenca, no ha salido nadie. Han salido un Sabicas y un Mario Escudero, que han perfeccionado lo que Montoya quería hacer. Lo han hecho mejor en técnica y tal vez en sentimiento, pero no han dado un nuevo paso, no le han dado una nueva forma a la guitarra.
-¿Cree usted que ha encontrado esa nueva forma?
-Al menos lo estoy intentando. Yo tuve la suerte de nacer en un ambiente flamenco y empecé a tocar a los ocho años. En aquellos tiempos, mi monstruo sagrado era el Niño Ricardo. Cuando tenía quince años me fui a América, y allí oí a Sabicas y a Mario Escudero, y me di cuenta de que existía otra manera de tocar. Al principio no la podía comprender, y mi propia tradición me impedía aceptarla. Fue como un ‘shock’. Pero gracias a los consejos de Sabicas volvía a empezar por el principio y a crear cosas nuevas. Esto fue la piedra de toque para que yo hiciera mi escuela y llegara a ser lo que soy hoy. Y quiero mucho al flamenco y creo que estoy capacitado para hacerle evolucionar.

Fotografía tomada de la web de Paco de Lucía.

-Hablemos ahora del cante. ¿Tiene los mismos problemas con la tradición que la guitarra?
-Sí, es igual. Hay cantaores muy famosos, considerados como maestros, y que a mí no me gustan. Han hecho mucho por el flamenco, están enseñando a la juventud a cantar, pero no se expresan a sí mismos; han oído todo lo viejo y lo han repetido todo, pero sin la menor creación original. Parecen magnetofones del flamenco. Sin embargo, hay un cantaor nuevo que, para mi gusto, es de lo mejor que ha salido en todas las épocas. Se llama el Camarón de la Isla. Puede que él no sepa cien cantes como saben los puristas, que presumen de saber cine cantes distintos. Yo me conformo con que él sepa dos, pero con esos dos yo me siento mejor que con  los cien cantes de los otros. Porque aunque te haga sólo dos cantes y te los cante todos los días, cada día oyes un cante diferente. Es de los hacen flamenco sin camelo. Y además, tiene una afinación perfecta de la voz, tiene todas las condiciones que se puedan tener para cantar flamenco y… bueno, lo tiene todo, ya está.
Sí, ya está. Paco de Lucía es lo suficientemente explícito. Ha adoptado el puesto más arriesgado en la vanguardia del flamenco, el de dar la cara. Tiene una docena de Lps bajo su nombre y varios más como acompañante (entre ellos, los tres volúmenes del 'Jazz Flamenco’, de Pedro Iturralde). Su próximo concierto será el día 14 en el teatro Español. Es la otra oportunidad para los que desconfían de las apariencias."


lunes, 16 de julio de 2018

La historia de Los Chiquitos de Algeciras (Pepe y Paco de Lucía), por José Manuel Gamboa (y 4)

En capítulos anteriores: 1)... una familia buscando sus 'habichuelas' en el flamenco... un concurso que casi no ganan... 2)... en Madrid empieza todo... sigue en Estados Unidos... primeras grabaciones... y Paquito se llamó Paco... 3)... descubrir otra forma de tocar (Sabicas y Mario Escudero)... otros compañeros (Ricardo Modrego)... fin y principio...
Ha sido contada la historia artísitica, y vital, de Los Chiquitos de Algeciras, de Pepe y Paco de Lucía en el tránsito de su infancia a la adolescencia; ahora José Manuel Gamboa nos lleva a conocer la historia de su música -que a su vez es una del flamenco-, la que dejaron grabada y luego recuperada en el doble cd publicado en 2016, de donde proceden estos textos. 
Toca escuchar: 
Anotaciones al repertorio (Guía de escucha)




Antes de nada reseñar que, en el plano técnico, partiendo de las cintas originales hemos intentado mejorar al máximo la sonoridad, cerrando panorámicos, eliminando defectos, restaurando, reforzando y, en cierta dosis, modernizando la resonancia pero sin restarle la verosimilitud del tiempo en que se hicieron las tomas. La excepción, en cuanto a la disposición de panorámicos, la marca esa “Bulería rociera”, donde asumen el protagonismo los pies del inolvidable bailaor trianero Rafael García Rodríguez, El  Negro (Sevilla, 22/IV/1935-17/III/2010), y para él se dispuso una microfonía que pretende reproducir sus evoluciones por el espacio del tablao, y no cabe, nunca mejor dicho, pararle los pies.
Con respecto a la guitarra en todo este periodo que transitamos de Los Chiquitos de Algeciras, hay que dejar negro sobre blanco que todo el toque que escuchamos en manos de Paco tiene un único e inconfundible origen: Niño Ricardo. Todos los guitarristas de ínfulas en la que fue España de posguerra y hasta el desarrollismo, siguieron a pies juntillas los pasos del sensacional guitarrista sevillano. Cuando en Nueva York se topó Paco con Sabicas, descubrió el Nuevo Mundo de la guitarra e inventó, junto a Víctor Monge, Serranito –ya en la brecha-, y Manolo Sanlúcar, el porvenir.
A la par, dejemos constancia de la pasmosa capacidad que tenía un niño como era Paquito para remedar las dificultosas falsetas de Niño Ricardo, y, más allá, la soltura y acierto en los adornos acompañando el cante que mostraba, inconcebibles en alguien tan chico. Y a esto hay que unirle la circunstancia de que al secundar la aguda voz de un Chiquito, se veía obligado a colocar la cejilla en la parte baja del diapasón quedando muy limitado en su trastear. Pues ahí lo tienen, hecho un león; el leoncillo Mambrú, según el apelativo de su camarilla.
De forma general el repertorio cantaor que ofrecen Los Chiquitos de Algeciras pertenece al tradicional arte jondo, con cierta inclinación -sobre todo en su segunda etapa, estrechado en Madrid su contacto con José Núñez Meléndez, Pepe el de la Matrona (Sevilla, 4/VII/1887-Madrid, 10/VIII/1980)-, hacia el estilo clásico, de enorme dificultad, que representó don Antonio Chacón (Jerez, 16/V/1829- Madrid, 21/I/1929) y que, injustamente tratado, estaba en horas bajas. Matrona fue, nos revela Pepe de Lucía, quien insistió en ponerle cantes como la serrana, que hará el discípulo según las lecciones del maestro, con la liviana por delante y remachada por el macho, salvo que le falta rematarla con la seguiriya de María Borrico; por serranas cantó en el Concurso de Córdoba y las grabará en el elepé. Igualmente le enseñó Matrona las añejas soleares trianeras de aire apolao que proceden del tiempo de Silverio Franconetti (Sevilla, 6/X/1823-30/V/1889), el referente de Chacón; tal las grabó el veterano cantaor en la primera ‘Antología del cante flamenco', publicada por Hispavox en 1955 y un año antes licenciada a Francia, las expone Pepe de Algeciras, salvo que con coplas diferentes. De la mano de el de la Matrona, Los Chiquitos conocieron a la sin par malagueña Victorilla, cocinera excepcional que abrirá su cenáculo gastronómico-flamenco de toda la Villa conocido, el Figón de Santiago, y ella estuvo en las grabaciones, compartiendo jaleos y palmas con don Antonio Sánchez y los propios hijos de éste, que en cuando podían les gustaba ejercer también de palmeros (Haciendo compás con un almirez Victorilla hacía sus cantecitos, y llegó en 1972 a hacer un disco navideño acompañada por Manuel Cano e hijo. Ella cocinaba en el restaurante y su marido, el cordobés Manuel el Fotógrafo o el Magnesio, hacía las veces de maître. A los 85 años María Victoria Santaolalla Sánchez, hecha una excelentísima señora, falleció en su Madrid de adopción el 21 de octubre de 2000).


Sobre el asunto de las coplas, es menester destacar que varias de las interpretaciones en estos trabajos fueron escritas por Domingo Gómez Sodi, Dominguillo (La Línea de la Concepción ¿?- Galicia, 20/XI/1989), que infinidad escribió para el popular cantaor Juanito Maravillas. Gran aficionado, Dominguillo actuaba por el entorno del Campo de Gibraltar desde los primeros años 30 –así lo informa Luis Soler Guevara en ‘Flamencos del Campo de Gibraltar' (Editorial Acento. 2000)- haciendo los cantes de su admirado Manuel Vallejo, y en 1960 llegó a compartir escenario algecireño con Los Chiquitos ayudándoles después a concebir un repertorio particular.
La obra presentada por Pepe y Paco se inició con una versión por bulerías de la ‘Baladilla de los ríos’, que tenía como referencia cercana los ‘Tientos de los tres ríos’, de Enrique Montoya, una de las primeras piezas flamencas construidas sobre versos del poeta granadino Federico García Lorca, grabada en Nueva York en 1958, con las guitarras de Sabicas, su hermano Diego Castellón –‘Sabicas. Serenata andaluza. With Enrique Montoya’ (Montilla FMS-2017)-; antes, mediada la década, en España, en clave de milonga la intuyó el médico Fernando Lastra Sánchez, tocaor y cantaor aficionado, divulgando la pieza el profesional Pepe Albaicín, que con la guitarra de Miguel el Santo deja su grabación igualmente en 1958 (disco RCA 3-24067). Lo cierto es que estaba de moda, y la presente sin duda es la más jovial-juvenil entrada en las listas flamencas de aquellos versos: “El río Guadalquivir va entre naranjos y olivos…”
Le sigue por peteneras el ‘Romance a Mari Paz’, con sus recitados intercalados herencia flamenca de posguerra, una creación que a día de hoy Pepe no escuchará si no es bajo la protección debida, tocando madera, por el supuesto mal fario del estilo, extendido desde que la bailaora Mari Paz falleciese tras acabar de encarnar a una tal Dolores la Petenera… Eso sucedió en 1946 y el cante, de procedencia americana, aflamencado hacía furor desde los años 20, del siglo anterior… ¿Cómo lo ven?
La anunciada Soleá de Alcalá contiene en realidad unas variantes trianeras de La Andonda con una bulería por soleá antes del juguetillo de remate. Los ‘Tanguillos de Málaga’, son aires por tangos de Enriqueta Reyes Porras, La Repompa, cantaora malagueña fallecida en 1959 a los 21 años, cuando estaba en pleno auge. Lo demuestran las ‘Bulerías por soleá’ que poco más allá escuchamos, de igual procedencia.
Pepe entona con propiedad el cante de ‘La caña’ completándolo con su macho correspondiente, siguiendo el modelo implantado por Perico el del Lunar a través de la voz de Rafael Romero el Gallina en la ‘Antología’ de Hispavox, en tanto Paco realiza un toque conforme los cánones tradicionales del estilo, sin rasguear, y doctamente ajustado; para valorarlo ha de tenerse en consideración que muchos profesionales avezados desconocían y aún desconocen estas maneras.


En los ‘Fandangos de Huelva’ se recurre a cantes propios de la capital onubense antes de concluir con el local de Valverde –que poco antes plasmó Marisol. La ‘fiesta gitana’ por bulerías aporta el tema “Soy grande por ser gitano”, que cantará Camarón en su segundo elepé ‘El Camarón de la Isla con la colaboración especial de Paco de Lucía’ [Cada vez que nos miramos] (Philips. 1970), primera de las cruciales aportaciones que nos encontramos del dúo a la obra del genio isleño. Le siguen una clásicas 'Alegrías de Cádiz’ en la línea que pitaba, de Antonio Fernández Díaz, Fosforito (Puente Genil, Córdoba, 3/VIII/1932), actual Llave de Oro del Cante, por entonces el artista puntero y otras de las guías del equipo e íntimo amigo de la familia Sánchez.
‘Tientos de Cádiz’ es un estreno discográfico absoluto, pues quedaron relegados en su momento por falta de espacio en los discos. Pepe hace los cantes de Enrique el Mellizo y Paco le secunda con la enjundia del toque correspondiente que aportó Niño Ricardo. Contiene la copla “Anda y vete, fea”, a nuestro parecer fachosa –eso va a gusto del consumidor-, que Camarón registrará en su primer elepé (1969). También entonó Camarón el cante que remata las calificadas ‘Siguiriyas gitanas’, estilo portuense que con la firma de Fosforito se integró en “A los santos del cielo”, de su segundo Lp, siendo el primero que hace Pepe original de Joaquín la Cherna. En la línea de Fosforito siguen los tangos gaditanos titulados ‘Tanguillos de Cádiz’.
En la película de su hermana Lola, “La estrella de Sierra Morena” (Ramón Torrado, 1952), cantaba Carmen Flores las ‘Bulerías de José María’. Sin embargo, allí el personaje cantado es Juan María –no José María-, y, figurando como populares, no constan a nombre del maestro Monreal, compositor de la banda sonora. Pepe les añade un cierre de categórico sello fosforero.
El segundo de los inéditos es el ‘Romance de La Argentinita’, pieza alternativa a los mencionados ‘Tientos de Cádiz’, ahora con una copla alusiva a la inmortal figura de nuestra danza y cultura en general. Encarnación López Júlvez, La Argentinita, nacida hija de emigrantes españoles en Buenos Aires allá por 1898 y en España desde 1902. A los 47 años falleció prematuramente en Nueva York, lugar en el que descubrió a su partenaire José Greco (Italia, 1919-EEUU, 2000), que lo será de su hermana Pilar López, como él, a escala internacional, descubrirá a Los Chiquitos. Se completa el primer CD con las ya comentadas ‘Bulerías rocieras’ del disco de Greco pero que baila Rafael el Negro y concluye Pepe con “Duérmete Curro mío”, una de  las más conocidas recreaciones de la Perla de Cádiz.



Antes de cumplir los dos años de su debut, regresaron Los Chiquitos de Algeciras a los estudios para cuajar un elepé chaconiano al 100%, bajo la batuta se diría de Pepe el de la Matrona. Con Morente era Pepe de Algeciras el único representante de  la nueva generación que defiende esa línea. Sin duda su productiva estancia en Madrid contribuyó a ello, al coincidir con todas las viejas glorias, guardianes de la gran tradición, y convertido en Pepe de Lucía, ayudará a evolucionar cual lo hizo su amigo Morente, pues tal vez sean estos dos los mayores creadores que el cante contemporáneo ha conocido.
Siguiendo la estela de Tomás Pavón abre el disco con las soleares de Enrique el Mellizo, ‘Hasta la fe de bautismo’. Y sin dejar la Tacita de Plata nos trae Pepe con el justo toque de Paco los tientos ‘Llorando gotas de sangre’, tientos de Cádiz, que remata, tomándolo de Matrona, ¿echando un Sanpedro?. Continúan Los Chiquitos con ‘Mira lo que te comprao’, una tanda de cantes mineros en aire de tarantos. En ‘Qué grande el castigo’ se anuncian unas seguiriyas de Manuel Torre; con un cante de Torre comienzan, para seguir con otro de Paco la Luz y el de cierre de Manuel Molina. Siguen unas soleares de Alcalá, ‘Yo no le temo a la muerte’, que añaden los ecos refundidos por la Perla de Triana en la copla “Dicen los sabios doctores”. Excelentes malagueñas del Mellizo interpreta Pepe en ‘Qué blancas canas te peinas”, que nos recuerda la versión indeleble que dejó poco antes grabada Sernita de Jerez. Por la tesitura, acompaña Paco empleando el acorde de taranta, una práctica común en Niño Ricardo.
Dejamos referido que en las primitivas soleares de Triana, ‘Si ahora tú te has arrepentío’, se ajustaba Pepe de Algeciras al esquema que dejó Matrona en la colección antológica de Hispavox, con unas mismas variantes expuestas en exacto orden: de José Lorente, de Paquirri Guanter y de Silverio Franconetti. También la guía es el de la Matrona, como se comentó, en las serranas ‘Un pastor en la sierra’, lo mismo que en los tientos chaconianos –‘Le estoy pidiendo a la Virgen’- y las soberbias malagueñas de Chacón –‘A buscar la flor’- donde interpreta dos variantes, la hoy llamada “De la muerte”, y la primitiva de don Antonio, “Qué tienes por mi persona”.
En solitario vuelve a recordar Pepe a Tomás Pavón cuando afronta la tanda por debla, martinete y tonás, ‘Tú no debes tener celos’, y consuma la pareja con una seguiriyas de Manuel Molina y Curro Dulce versión Chacón, ‘A clavito y a canela’, que desde la salida quitan el hipo. Este es el broche de oro a la carrera de Los Chiquitos de Algeciras, que seguirán compartiendo escenarios por el mundo año tras año, cuando Pepe de Lucía se incorpore al fantástico Sextet de Paco de Lucía. Allí a veces hacían alguna que otra ‘Chalaura’ de categoría, cual la que cierra, en dos versiones, y anticipa pegadizos estribillos que entrarán a formar parte de los éxitos de la música popular de nuestro tiempo: 
A mía, mía, mía, mía mama
Ay chíribi, chíribi, chiribamba 
O ese: 
Buana Buana King Kong, en que Pepe de Lucía se autocita al reciclar aquel Ay Juana, Juana, King Kong de su obra para los Hermanos Reyes, 'Castillos en el aire”, antes de desembocar en el ‘Sextet. Live in América’ (1993) de su hermano Paco.


Hasta aquí la historia de Los Chiquitos de Algeciras. Pero añadiremos un bonus o epílogo a ella con otra recuperación, una entrevista a Paco de Lucía, de 1971.

martes, 10 de julio de 2018

La historia de Los Chiquitos de Algeciras (Pepe y Paco de Lucía), por José Manuel Gamboa (3)

En capítulos anteriores: 1)... una familia buscando sus 'habichuelas' en el flamenco... un concurso que casi no ganan... 2)... en Madrid empieza todo... sigue en Estados Unidos... primeras grabaciones... y Paquito se llamó Paco...


Antes de marchar Pepito integrado en las filas de Greco, los Chiquitos habían confeccionado un segundo trabajo discográfico, su puesta de largo, el disco grande titulado ‘Los Chiquitos de Algeciras. Cante Flamenco tradicional’, registrado como el de Greco en los estudios Hispavox de la calle Torrelaguna (Madrid). Se puso a la venta el 10 de agosto de 1963, apareciendo en la contra referidos como Pepe de Algeciras y Paco de Lucía. Si este trabajo hasta 1995 estuvo pendiente de reedición, el previo y más sabroso por la frescura, de 1961, jamás volvió a recuperarse hasta hoy. A partir del 2000 y en un par de ocasiones solicitamos a los entonces responsables del catálogo Hispavox el uso de este material con fines comerciales, jurando y perjurando las gentes responsables de la herencia, que aquellos primeros discos chicos no eran suyos, negando la evidencia de unas portadas con la firma Hispavox. Afortunadamente estamos en otras manos, que sí parecen interesarse por lo que es bueno. Aún así les preguntaríamos a aquellos trabajadores con perrera para meterse en los archivos, qué psicótica pluma dio a informar en el subsiguiente trabajo de la parejita flamenca: “Hace ya dos años que lanzó Hispavox al mercado los primeros discos de LOS CHIQUITOS DE ALGECIRAS”. Los lanzaría, pero ellos, no se enteraron… Ahora, Javier Bilbao mediante, Warner ha dado con las cintas originales y hasta con los dos temas descartados entonces que constituyen para la afición una novedad absoluta, y nos permiten elaborar hoy estas que diríamos obras completas de Los Chiquitos de Algeciras, cuyo epílogo es el elepé del 63, del que repicamos su comentario de contraportada:
“Hace ya dos años que lanzó Hispavox al mercado los primeros discos de LOS CHIQUITOS DE ALGECIRAS. Eran estos entonces dos hermanos de 12 y 14 años que, educados bajo la vigilancia de su padre, Antonio Sánchez Pecino, de Algeciras (Cádiz) mostraban ser –uno en el cante y otro en la guitarra- dos cumplidas promesas de grandes artistas flamencos.
Los dos años pasados nos han dado la razón. Aquellos niños que empezaban a bullir en el arte flamenco son hoy dos artistas excepcionales. El éxito alcanzado por ellos en el transcurso del último Festival de Arte Flamenco de Jerez, mostró a dos artistas que arrebataba al público haciendo ‘lo difícil’. Sin alardes de galería y sin falseamientos para ‘turistas’; es decir, cantando y tocando por derecho lo que hay que cantar y tocar, sabiamente, hondamente. Con resonancias de Chacón y todos los cantaores grandes que ha dado la historia del cante. Mostrando a los entendidos que, por fortuna, la buena solera del cante nos e ha terminado aún y que siempre pueden surgir allá por la soleada Andalucía, artistas flamencos que renuevan su corazón en el cante grande, serio y puro.
Con ese orgullo lanzamos ahora al mercado esta última producción de PEPE DE ALGECIRAS Y PACO DE LUCÍA. Una producción que continúa la línea de exaltación de los valores puros del cante, trazada desde el principio por Hispavox. Una producción de la que uno de los mayores entendidos del flamenco ha dicho: “nadie escuche este disco, si no entiende de cante”. 


OK, salvo el The End. Por qué nos empeñamos siempre en ser unos entendidos listísimos tocados por una varita que nos permite acceder a un mundo imposible para los demás ¿Y si son los demás los que se enteran? Por ejemplo, en EE UU habitaba la mejor crítica y la crema de la guitarra del futuro; en la Costa Oeste andaba entonces Mario Escudero y en Nueva York el simpar Sabicas; allí le encontró Paco de Lucía. Lo que es bueno para subir a la luna e iluminarnos… Porque al final, sobre la marcha, Paco de Lucía se integró en el equipo de José Greco.
Pepe de Algeciras salió rumbo a América junto al ballet de Greco, y con este aparece en el estelar Ed Sullivan Show, de New York, el programa de televisión de mayor alcance en Norteamérica, pero faltaba Paco, como nos relata Ricardo Modrego Vigaray (Madrid, 19/10/1934- Pozuelo de Alarcón, Madrid, 17/I/2017)), que será el primer compañero de las seis cuerdas que tenga el algecireño, y con quien debutará como concertista:
“José Greco contrató de guitarristas a Manolo Barón –tío de Manolo Franco- y a mí; de cantaor venía Pepe. Empezamos la gira en Nueva York. Paco se nos unió en Chicago. Se conoce que el padre forzó las cosas para que Greco también le incluyera. No sé si le ‘amenazó’ con traerse a Pepe para acá si no iba Paco. No sé, podría haber sido una cosa de esas porque con las dos guitarras que iban para un espectáculo es suficiente. Total, que Greco aceptó y Paco se unió a nosotros en Chicago, ya al cabo de mes y medio o dos meses”. 
Esta es la fraternal versión de Pepe de Lucía:
“A quien contrató José Greco fue a mí. Cuando llegué a Nueva York no te puedes imaginar lo que supuso, el impacto, ¡esos edificios interminables! No me lo creía. Luego lo del Show de Sullivan… Yo quería que mi hermano estuviese conmigo y no paraba de pedírselo a Greco, pero me decía que ya tenía a Modrego y Manolo Barón y no le hacían falta más guitarristas, hasta que empecé a amenazarle con volverme pa España si no lo traía ¡Pero en serio! Una noche, en Denver, estaba con él ya rebelado, y me dijo de repente: “Mañana domingo llega tu hermano”. Imagínate la sorpresa y la alegría. Y Paco se incorporó a la compañía en Chicago”.
Cumplida la campaña 1962/63, en septiembre de este último año desembarca en Gibraltar la compañía de Greco. Don Antonio se acercó a recoger a sus pequeños y tras parada y fonda en Algeciras, los llevó a su nuevo domicilio madrileño. Paco regresaba con ideas frescas animado por las enseñanzas de Mario Escudero y Sabicas, y un repertorio solista creado a dúo con Ricardo Modrego listo para ser grabado. Don Roberto Pla, el director artístico de Hispavox le dio nones… Y así sucedió que fue en Fonogram donde atenderán a los concertistas noveles, a Pepe de Lucía y a Don Antonio Sánchez Pecino, quien se ganara el respeto de una discográfica que le confiere las facultades de asesor flamenco de la casa. Hispavox acababa de perder el tren. Comienzan ahora las carreras en solitario de Pepe y Paco de Lucía, que se volverán a encontrar en el impecable Sextet de Paco, donde  también figuraba Ramón de Algeciras, y haciendo chalauras


(continuará)

viernes, 6 de julio de 2018

La historia de Los Chiquitos de Algeciras (Pepe y Paco de Lucía), por José Manuel Gamboa (2)


(En el capítulo anterior: una familia buscando sus 'habichuelas' en el flamenco... un concurso que casi no ganan...)

El mundillo flamenco empezó a hacerse lenguas del portentoso cantaor que era Pepito. Causaba asombro en un tiempo en que los Joselitos y las Marisoles se llevaban la palma en el gusto del radioyente. Los concursos radiofónicos descubridores de estrellas en formación eran la panacea, y había que llegarse hasta las ondas madrileñas para ser atendido a lo grande. Sin embargo, parece que el aliciente primero fue la promesa de una grabación. Así lo da a entender el comentario del EP que Barclay Disques distribuyó en Francia de Los Chiquitos:

"Los dos nuevos fichajes de la marca Hispavox fueron 'descubiertos' en la terraza de un café de Algeciras, durante un recorrido de los directores artísticos por el sur de España. PEPITO, cantaor (catorce), y PAQUITO (doce años), guitarrista, ponen tanta pasión en la interpretación que Hispavox les hizo ir inmediatamente a Madrid, en abril pasado, para una sesión de grabación. Esta presentación es el resultado de esta reunión; no nos cabe duda de que el extraordinario talento de “CHIQUITOS DE ALGECIRAS” levantará también su entusiasmo’.
El texto del disco francés nos da pormenores, como que la grabación original se hizo en abril del 61. Sabiendo que este, el vinilo transpirenaico, se puso a la venta el 10 de junio de 1961, comprobamos que la discográfica Hispavox se esforzó en editar inmediatamente los registros, algo más que lógico tratándose de niños, cuya imagen y facultades van cambiando de un día para otro. Sin embargo, ninguna de esa prisa se dio a la hora de concretar la fecha de grabación. O, por lo menos, ese es el recuerdo de Pepe, quien, como Chiquito, impaciente, agitado y con la ilusión puesta, cada día, nada más divisar al cartero corriendo le salía al paso en busca de la anhelada correspondencia de Madrid. Aunque el mozuelo  no esperaba sobre perfumado alguno, sino una carta de Manuel Cano, el acreditado concertista de guitarra flamenca que grababa en Hispavox e hizo las veces de mediador para que él y su hermano Paquito acudiesen a la capital ¡a grabar un disco!

Y llegó el requerimiento y allá que se fueron a la capital, echándole horas de tren expreso para parar un AVE, los Chiquitos y el padre de las criaturas, don Antonio con sus exiguos ahorros. El patriarca e instructor primero tenía en mente instalarse en Madrid, centro de gravedad del negocio flamenco, sabedor de que sólo en la metrópoli podrían los mozuelos completar su formación como es debido, y sólo en la capital encontrar trabajo…
Animosos llegaron, hicieron los registros y se emplearon en emplearse (sic), pero en la Corte los requisitos legales se imponen, y, dada la corta edad de los artistas, nadie se atrevía a ofrecerles un trabajo que sería ilegal. Sólo consiguieron algunas actuaciones en fiestas privadas, y lucirse brevemente en TVE o en concursos radiofónicos donde coincidirían con duros oponentes como Ana Belén o Rocío Durcal. Pasaron por ‘Ruede la bola’, el afamado programa de Ángel de Echenique en Radio Intercontinental. Iban en pos de la bolsa, que era lo que necesitaban para mantenerse en Madrid, pero les premiaban con juguetes que para su precoz madurez eran un lastre. Dicen que en ‘Ruede la bola’ a Pepe le regalaron un tren eléctrico que acabó en manos de los hijos del guitarrista José María Pardo, compañero de Ramón de Algeciras, el hermano mayor, en la compañía de Juanito Valderrama. Se apañaron este plazo durmiendo en una misma cama de una habitación doble que alquiló don Antonio en una pensión de la calle Santa Isabel, mas a pesar de los ajustes la cartera empezó a mostrar telarañas y hubieron de regresar a Algeciras.
Tras sumar hasta catorce piezas en un pis-pas, la ansiada grabación del debut quedó resuelta con los tres eps de rigor, pues por entonces –recuerden a los Beatles- se estilaba dicho procedimiento: hacer estos discos chicos de cuatro canciones para conformar después, si procedía, un elepé de doce temas, que en este caso no cuajó. Las tomas se hicieron, ya en estéreo, en el puntero estudio Cinearte, de la plaza de Conde de Barajas, a la vera de la Plaza Mayor (Madrid), las imágenes del dúo se encomendaron al prestigioso fotógrafo Ibáñez, y de avalar con su firma la categoría artística de los muchachos se hizo cargo el concertista de guitarra granadino Manuel Cano, que esto firmaba:
"Forman esta agrupación Pepito y Paquito Sánchez, hijos del gran artista del género flamenco, el guitarrista Antonio Sánchez Pecino, de Algeciras (Cádiz), cuna de estos artistas.
Con el presente disco Hispavox S.A., lanza al mundo artístico dos artistas que por su edad -12 años el guitarrista y 14 años el cantaor- no podemos considerar como niños prodigio, sino simplemente como los continuadores de un arte, de un estilo y una fiel adaptación, a pesar de su corta edad, a las más puras esencias del cante flamenco.
Aún no se han presentado al público de una forma oficial ‘Los Chiquitos de Algeciras’, pero han sido escuchados por relevantes personalidades del arte, que les han dedicado efusivos elogios, realizando inmediatamente actuaciones en Televisión Española y en distintas sesiones de carácter particular y benéfico, cosechando siempre el éxito que era de esperar tan pequeños, y al mismo tiempo grandes artistas.”

Con la vista siempre puesta en Madrid, manteniendo la ilusión y mejorando la formación en tanto iban creciendo, fue que acudieron al Concurso Internacional de Jerez, y con lo allí obtenido, más un pertinente finiquito al hermano Antonio del hotel de su localidad donde trabajaba, y la incalculable aportación de Ramón de Algeciras, ya todo un curtido profesional del toque y la existencia, quien puso todo su esfuerzo, físico, psíquico y económico, para el logro, la familia casi al completo se trasladaría en otoño de 1962 a un piso que Ramón acertó a localizar, a la vera de la Estación del Norte de Renfe, en el número 17 de la calle Ilustración y en cuya fachada, sobre la puerta de entrada al inmueble, hoy figura una placa colocada por el Ayuntamiento de Madrid, que así hace constar:
“Aquí vivió desde chiquillo PACO DE LUCÍA (1947-2014) genio entre los genios de la música y gran revolucionario del flamenco”.
Al tremendo esfuerzo familiar esta vez sí respondió la fortuna, y los Chiquitos se pusieron en danza, porque fue el baile flamenco el género que primero los reclamó y contrató. Para abrir boca, ni más ni menos que el llamado Bailarín de España, Antonio Ruiz Soler, Antonio, para el que además Paco de Lucía, tras dejarlo asombrado con su dominio inaudito, compone la música del espectáculo que ofrecerá en las Cuevas de Nerja, de Málaga, dando lugar al cortometraje ‘Antonio en la Cueva de Nerja’. Y luego, tras verlos en la película, les reclama el bailaor más conocido de Estados Unidos, José Greco, el llamado por su fama ‘Mr. Cocacola’. Ante los Chiquitos adolescentes se abre el mundo entero. Mejor dicho, es a Pepito de Algeciras a quien le permiten la salida internacional. Ya sumaba 16 años y era un mocito serio y avispado con el que se podía contar. A Paquito de Algeciras tan sólo le ofrecen intervenir en el elepé que se está preparando de cara a la gira de 9 meses por EE. UU. Y México, titulado ‘José Greco. Ritmos Flamencos’ (Hispavox. 1963) (La versión neoyorquina será ‘José Greco. Tres guitarras’. Columbia. 1963). Allí figuran como guitarristas, Ricardo Modrego, Andrés Heredia y Paco de Algeciras; de cantaor, Pepe de Algeciras y al baile, amén de Greco, Nana Lorca, Lydia Torea y Rafael el Negro. Empero, Modrego, guitarrista principal del ballet, asegura que Paco no participó, y es que tanto Andrés Heredia como los hermanos Sánchez Gómez debieron de incorporarse al final y en una sesión independiente, acompañando ni más ni menos que la elegancia bulearera de Rafael el Negro. En la contra, Ramón Bayod y Serrat nada aclara:
“En esta grabación de José Greco asistimos a una apoteosis de la danza genuina española, explayada con una parquedad de medios casi inexplicable. Una guitarra y el bailarín sobrio, cálido, ensimismado en su arte; como elemento sonoro sólo cuenta con el sonar de los pies, las palmas o los pitos. José Greco, en arranque genial ha planteado así, el esquema, o mejor dicho, la esencia, de una fiesta flamenca honda y racial”.

Uno de los epés que se extrajeron del Lp va a ser histórico, y no por el ejercicio musical que contiene, sino porque bautiza de por vida al genial guitarrista algecireño. En él aparece anunciado por vez primera el guitarrista tal cual hoy le conocemos. Se señala ahí que los guitarristas que intervienen en la cara A, ‘Bulerías rocieras’, son: Andrés Heredia y Paco de Lucía, mientras que al cantaor se le sigue nominando, Pepe de Algeciras. Aquel apelativo, Paco de Lucía, por mucho tiempo despistó a la afición, pues triunfaba entonces un bailaor conocido por Paco de Lucio a la par que el reputado director cinematográfico Luis Lucía, nadie acertaba a pronunciar el apelativo, dudando al colocar el acento: ¿Lucia o Lucía? Ahora bien, si quedan patentes las intervenciones de Pepe y Andrés Heredia secundando el baile de Rafael el Negro, otra cuestión es el papel que ejerce Paco de Lucía, al que no conseguimos distinguir ni acudiendo al máster original, lo que nos obliga a pensar que en las mezclas originales se lo ‘cargaron’, pues sin duda intervino y lo constata su hermano Pepe.

(continuará)