viernes, 28 de junio de 2013

En los medios (Gitaneidad, Escudero, Poveda, Rocío Molina...)

Una reciente fotografía publicada en la portada del diario El País (21-06-2013) volvía a poner en evidencia los ancestrales prejuicios sobre los gitanos en esta sociedad nuestra de España -y por Europa tres cuartos de lo mismo-. La fotografía mostraba al expresidente de Caja Madrid, Miguel Blesa, saliendo de la cárcel y dando la mano a un gitano. Si se quería llamar ladrón a Blesa podría haberse buscado otra manera en lugar de establecer este tipo de relaciones: los gitanos son unos ladrones y son saludados por, tratan con otros ladrones.
A la molestia por tal prejuiciosa asociación se añade el venir de un periódico, el primero de información general de este país, que suele hacer gala de conciencia social (los otros diarios no sacarían la foto porque aparecería uno de los suyos, el payo se entiende).
También provocó polémica el 'docushow' (así lo llaman) televisivo Palabra de gitano. La Federación Andaluza de Mujeres Gitanas, el Consejo Estatal del Pueblo Gitano y otros organismos expresaron sus quejas sobre un programa que, entendían, fomentaba el estereotipo del gitano o no profundizaba en los temas. Aún así la productora anunció una segunda temporada, a la vista de que la primera fue seguida por más de dos millones de personas -entre ellas, nosotros- cada domingo.


Por gitano se hacía pasar Vicente Escudero. "Un 'gitano' pura sangre", como escribió el crítico de danza del New York Times, John Martin, en su primera crónica  sobre el bailarín cuando este debutó en Estados Unidos (28-07-1929).
De 'la aventura americana' de Escudero trató la conferencia del escritor y flamencólogo José Luis Navarro, ofrecida en las pasadas X Jornadas Flamencas 'Ciudad de Valladolid'. Charla que ha colgado en su blog su mujer Eulalia Pablo y a la que os remitimos, y os animamos a leer, por su indudable interés (pinchar aquí) y de paso recomendar el seguir El Eco de la Memoria, donde también participan otros reputados flamencólogos.
Otra referencia a las Jornadas, aunque no las citen, encontramos en la web jerezjondo.com al hablar de Jesús Méndez: " Tras los éxitos obtenidos hace una semana en Valladolid...". Y es que el recital del cantaor en esta ciudad fue uno de los que más público atrajo, manteniendo alto el listón de artistas que este año han pasado por las Jornadas, pues todos estuvieron a un gran nivel y muy del gusto de la afición de esta ciudad.


Todos los medios (periódicos, blogs, webs, televisiones...) se han hecho eco del recital de Miguel Poveda el pasado 21 en la Plaza de Toros de Las Ventas. De entre tanto comentario, crítica donde escoger -elogiosos todos los que hemos podido ver-, nos quedamos con esta entrevista al cantaor.
También nos ha parecido interesante un artículo sobre la bailaora Rocío Molina, en el que habla de su nuevo proyecto, Danza impulsiva. Un estudio sobre la improvisación.
No querríamos irnos sin volver a recordar, en especial a nuestros más cercanos paisanos, que este sábado a partir de las diez y media de la noche se celebra el 43 Festival Flamenco de Zamora con un cartel que da gusto leerlo: Dolores Agujetas, Remedios Amaya, José Menese y Vicente Soto 'Sordera'. En la Plaza de la Catedral; entrada libre.
  
Y terminamos, por hoy, con Los Calis. Grupo gitano surgido a mediados de los 80 en la línea de Chichos, Chunguitos, pero con una temática urbana actualizada, a sú época. Uno de sus grandes éxitos fue la canción "Heroína". El fundador y líder de la formación José Hernández ha vuelto a grabar el tema, que formará parte de un nuevo disco con el que Los Calis vuelven a la escena musical. De todo ello tenéis más información aquí, un interesante reportaje que incluye un enlace al video clip de la nueva versión de "Heroína", con la colaboración de El Langui, uno de los grandes y auténticos raperos de este país (Hablamos de los gitanos porque este blog habla de flamenco. Y si no, también).

martes, 25 de junio de 2013

¿Cómo escuchar (el) flamenco?

Llevábamos tres días de obras por restauración en unos locales del edificio. Los martillazos, la radial, el taladro... mañana y tarde. Un día me harté. Abrí las ventanas que daban al patio y puse la soleá del Tío Pacote en la voz de Manuel Moneo. A todo volumen. Seis minutos y diecisiete segundos de duración.
Se hizo el silencio en la casa. Rematé con un martinete de Nano de Jerez, dos minutos y treinta y dos segundos (los dos cerraban el cd del Club Flamenco de la Biblioteca Pública de Valladolid, dedicado a Jerez).
Cuando terminó el martinete, un breve silencio y las máquinas se pusieron en marcha. Volvíamos a convivir, los albañiles y los residentes (¿qué pensarían aquellos trabajadores sudamericanos -¿ecuatorianos, peruanos?- que pararon su ruidoso trabajo ante el cante que hace Moneo con el sólo acompañamiento de sus nudillos golpeando en una mesa? Si hubiera puesto otro tipo de música -metal, hardcore, techno- creo que la reacción habría sido muy diferente, 'normal', nada se habría parado durante tanto tiempo).
No se suele, o al menos yo no suelo escuchar flamenco saliendo de los coches que circulan cerca de mi entorno. Camarón como mucho, y por lo general suena a bastante volumen (el conductor se siente orgulloso de hacer saber, al exterior, que suena el de la Isla, de compartirlo; y a mí de escucharlo).
Yo también pongo flamenco en el coche, y tengo la impresión que se hace un silencio 'tenso' cuando el cante llega a los oídos de la gente; a veces, incluso con Camarón.
¿A qué volumen escuchar los discos de flamenco? A un volumen normal o tirando a bajo es como se suele escuchar; aún así, he comprobado, pone 'nervioso' a la gente. Es como si sólo tuviera que escucharlo el interesado o interesados. Debe ser por esa costumbre de oír música que agrada; de esa falta de costumbre de una música que se dirige a tratar con tu vacío. De la primera se dice que levanta el ánimo, hace compañía, emociona, te evade. Sobre la segunda, que, en el mejor de los casos y "no siendo flamenco", es como de sentarse a escuchar, y hay que tener tiempo para eso (y lo del vacío, ¿qué es eso? Pues con lo que tabaja la música).
Pasando unos días por la provincia de Cádiz, sólo poníamos la tele para escuchar flamencoradio. Y qué bien sonaba. Y me llevaba a preguntar por qué no hay una emisora de radio a nivel nacional -no por internet- que ponga flamenco las 24 horas del día, que se pueda sintonizar como se hace con cualquier otra emisora de las que cubren todo el país. Sí surgen emisoras de jazz en ese sentido -un jazz de corte agradable (big bands, standards)-, o ahí está la de 'clásica', que en un momento de, digamos, hartura de la oferta radiofónica, musical y de la otra, se puede pinchar. El flamenco no tiene mayor secreto para los que se resisten o para quienes lo aprecian que escucharlo. Y saber, propios y ajenos, que está ahí al alcance de un cambio en el dial lo haría aún más cercano, menos extraño (¡olvidarse de entender!).
Suena bien Agujetas, y Chocolate, y el Gallina y la Paquera y cualquiera de est@s cantaores y cantaoras a un volumen alto, además.

domingo, 23 de junio de 2013

Afición flamenca en las tabernas del viejo Valladolid

"Había cante grande hasta las tantas", en las antiguas tabernas de este Valladolid, recuerda José Miguel Ortega Bariego en su libro, Historia de 100 tabernas vallisoletanas (Editado por Caja Duero en 2006; reeditado por Librería Maxtor en 2012).
Un libro donde el escritor y periodista vallisoletano realiza un recorrido por las tabernas, cantinas, tascas (luego bares, cafés) de su ciudad, "para dar una idea global de lo que significaron en la vida cotidiana de los vallisoletanos en los siglos XIX y XX".
Y en particular, y lo que a nosotros nos interesa -por eso nos pasó este libro el amigo Carlos 'Byron'-, la presencia del flamenco en esa vida cotidiana. Cuando el flamenco era la música predominante en esta ciudad, y resto del país, hasta mediados del siglo pasado, más o menos. 
Y por incluir unas fotos poco vistas, testimonio de la afición al flamenco en esta ciudad, no en vano cuna de Vicente Escudero, quien se dejaba caer por El Candorro, y otros lugares de la zona de San Miguel, "cuando sus exitosas giras se lo permitían".


En esta instantánea aparecen dos aficionados notables, cuya zona de acción fue el barrio de San Andrés. Esto cuenta de ellos, Ortega Bariego, al hablar de la taberna Las Pequeñas. "En casa de Antonio había zambra casi todos los días, especialmente cuando parecía el señor Celes - a la izquierda en la foto- dispuesto a agotar la última tira de cupones para poder cantar a gusto. Celedonio de Vega era mutilado de guerra, ciego... y vendedor del cupón para poder salir adelante en tiempos difíciles. Un personaje que vivía en las cantinas del barrio porque en ellas acababa todos los números y no pasaba frío, como los (vendedores de cupones) que se ponían en las esquinas. Además le gustaba la priva y el cante y allí estaba en su ambiente... Cantaba por Pepe Pinto y siempre tenía un corro de gente dispuesto a escucharle, lo mismo que Pablo de Alba, pescadero de la plaza del Campillo, a quien por ello apodaron Besuguito... Pablo había querido ser torero pero tenía poco valor para hacerse un hueco en ese mundo, así que aunque tampoco andaba sobrado de voz, al menos sí tenía gusto para dar a su cante el aire de Marchena".
Celes, Celedonio de la Vega, tenía dos hijos, que solían hacerle de lazarillos, Pepe y Manolo, este último alcanzaría fama como humorista, y también haciendo cantes, que aprendiera acompañando a su padre. El libro de Ortega Bariego nos regala otra foto impagable:


De derecha a izquierda, Paco de Lucía, Manolo de Vega, Enrique de Melchor, Pepe de Vega y Ramón de Algeciras. No era extraño encontrarse en alguna de estas tabernas con figuras flamencas del momento (Gades, Lola Flores, cita el libro) tras actuar en algunos de los teatros de la ciudad.
Otras citas flamencas en el libro tienen por escenario el barrio de Santa Clara, en tascas como El Compadre, propiedad de Luis, "un andaluz que invirtió lo ahorrado en su anterior vida de marino mercante en este pequeño local", parada obligada para trasnochadores -nunca han faltado en esta ciudad- que se acercaban a escuchar las voces que salían de su gramola, de "Pepe Pinto, Caracol, Valderrama, Pepe Blanco y Carmen Morel".

Otra taberna singular era la del Payo Julián, "así bautizada por los gitanos, que abundaban entre su clientela"; o El Pinacho, donde se podía ver a Rafael Ponce el Gitano Señorito, "que vivía al lado", otro de los aficionados vallisoletanos al que se podía ver, y escuchar, en otras tabernas (La Fé, La Torera, La Ferroviaria -bar este que mantiene un rincón flamenco con fotos de Chacón, Torre, Vallejo, Niña de los Peines...-).
Al hablar de La Cigaleña vuelven a aparecer los nombres de Celes y Besuguito junto a los de Amador el Ciego o Eugenio el Manazas, -"apodo chocante para un guitarrista que en sus buenos tiempos anduvo tocando en la compañía de Lola Flores y Manolo Caracol"- como integrantes de la Peña Fosforito, cuya sede estaba en aquella cantina situada en la Calle Asunción, del Barrio de San Andrés. Años más tarde, en los 80, el nieto del propietario de La Cigaleña, Vicente Simón, "muy aficionado al cante", fundaría junto con otros afcionados la Peña El Quejío. 
En la zona de San Martín se movían los dos personajes retratados en la foto de aquí lado, Pío Lázaro, "guitarrista muy popular de aquellos años que tocaba por el placer de hacerlo y transmitir su sentimiento a quienes quisieran escucharle, que eran muchos", e Hilario Jaspe el Niño de Salamanca, "que dominaba muchos palos y bordaba las coplas de Pepe Pinto, Mairena y todos los grandes de la época". A ellos se sumaba, "a veces, Juanita, una gitana de tez morena y ojos profundos que bailaba con ese duende mágico que se tiene o no se tiene, pero nunca se aprende". Cuando estos aficionados aparecían, por ejemplo, por la taberna Solera Pérez, "la gente se olvidaba de irse a dormir, esperando la amanecida entre fandangos, bulerías y verdiales".
La noche alargada hasta la madrugada, el flamenco y las tabernas formaban una alianza natural, necesaria, tal vez simbiótica en unos tiempos donde la alegrías eran pocas y las libertades menos. Locales que ayudaban a "afrontar la soledad del amanecer", del día a día, tal y como glosa José Miguel Ortega Bariego en su Historia de 100 tabernas vallisoletanas, y en algunas de ellas se citaban, además de  aficionados al cante, artistas y bohemios, "maricas y meretrices, a hacerse los reyes de una fiesta improvisada con vino, fandangos y guitarras".

miércoles, 19 de junio de 2013

Flamenco y anarquía

"Lo más seguro es que la utopía sólo sea posible en el individuo. Y al único sistema político que se le podría aplicar es la anarquía” (Alan Moore, creador de cómics).

Se habla del cante anárquico de Agujetas; se señala a El Cabrero de anarquista; el escritor Caballero Bonald define el arte flamenco como “cartesiana anarquía” (“organizada gracias a las leyes del compás, a las que insoslayablemente se ha de ajustar”); el primer flamencólogo, Anselmo González Climent, se refería a la juerga flamenca -la verdadera, no la económica- como espacio de acontecimientos donde surge, “la fecundidad del desorden, el despilfarro flamenco y la anarquía de la plasticidad psicológica y artística del flamenquismo”.
El tocaor Tomatito en unas declaraciones decía que, “al flamenco le va la anarquía, nunca las dictaduras. Huyo de aquellos que nos quieren encasillar en un círculo del que no quieren que nos movamos. Nadie te puede mandar. A mí no me manda nadie”.

Ascaso, Durruti, Jover, anarquistas españoles.
Flamenco y anarquía, dos gritos sociales que, en primera instancia, han sido atribuidos como propios de l@s marginad@s, l@s desposeíd@s, l@s desahuciad@s, l@s hambrient@s, l@s humillad@s, l@s inadaptad@s a la circunstancia civil.
Un sistema político y un arte bien definidos, hechos (“el flamenco está hecho”, se dice y se acepta), pero como dijo Enrique Morente, “para aprender nuestros códigos se requieren quince años de estudio en Viena, comerse dos o tres membrillos en el pueblo de Beethoven y aun con todo y con eso no lo aprendes”. O como decía Manolo Caracol, “no se hace el cante –se hacen los zapatos-, el cante se va haciendo”.
El anarquismo se hace fuerte en España, como en ningún otro país, a principios del siglo XX, al tiempo que el cante jondo completa su larga etapa de destilación. El caldero en el que se han vertido siglos y siglos de historia musical, vital ha dado su último hervor, el manjar, el flamenco, está listo y se reparte a los comensales. Con tres ingredientes principales: “la desesperación filosófica del Islam, la desesperación religiosa del hebreo y la desesperación social del gitano”.
Los dos tienen un territorio principal, Andalucía. Y “España es Andalucía”, sostienen Carlos y Pedro Caba Landa, autores del libro, Andalucía, su comunismo y su cante jondo (como explican en el interior de su ensayo ese comunismo es el comunismo libertario).
El libro publicado en 1933, y reeditado en 1988 por la Universidad de Cádiz, acarreó múltiples discriminaciones políticas, laborales a sus autores durante los años de la tiranía de Franco, ignorante, maliciosa, pues tal era su naturaleza, de valorar la labor de quienes con espíritu y mente abierta habían ofrecido, con profundidad, sin alarde erudito, con espíritu libre, una interpretación del cante jondo, al cual admiraban intelectual y emocionalmente.
El Chozas y El Cabrero.
Los hermanos Caba inician su estudio del cante jondo, primero situándole en la época en que más o menos se fecha su ‘nacimiento’, mediados del siglo XIX –por las mismas fechas en que el anarquismo se introduce en este país- y la malentendida, reaccionaria postura de la intelectualidad del momento (generación del 98) hacia lo que significaba este arte popular lírico.
De ahí pasan a los antecedentes, las influencias reconocibles del flamenco, cuyos orígenes se remontan más allá de la invasión árabe, para adentrarse definitivamente en el pathos andaluz, el estilo de su cultura, en la que el cante jondo representa “el gesto más significativo de su espíritu”.
“Hay en la pena andaluza un sentimiento de solidaridad universal por dolor de todos los que sufren. Y aunque el cantaor alude con frecuencia a sus penas personales, canta seguro de la comunión laica en ellas de todos los que escuchan. El dolor se hace social (…) y entra un nuevo ingrediente de máxima significación: la rebeldía; que si rumiada se vierte hacia dentro y se sublima después en cante jondo, cuando se proyecta hacia fuera, en mecanismo de desahogo, produce el anarquismo andaluz”.

Sucesos de Casas Viejas.
Un anarquismo individualista, un comunismo libertario. Mientras, la música anglosajona suma instrumentos –y hace de la voz uno más- para expresar su angustia; el flamenco se basta con la voz, derriba y construye como dice el viejo dicho anarquista, y alcanza los mismos fines artísticos. Sin poner reparos a la suma de otros (guitarra, cajón, flauta, piano…), ni a la independencia de estos. Ni tan siquiera necesita el cante de una letra que cantar, tal es su expresividad (¿quiénes son los autores de las letras? Anónimos, en su mayoría. De todos). 

No le temo a la justicia

Ni a trabucos ni a puñales.

Ni a hombres de vara y media

Ni de dos varas cabales.

(Soleá)

El último capítulo del libro de Carlos y Pedro Caba Landa está dedicado a las letras del cante jondo, agrupados en tres grandes temas: Lo filosófico-religioso (Le preguntaron a Camarón si era religioso, respondió: “Creo en Dios porque es lo que nos tienen metío en la cabeza, ¿no? Creo en algo, pero más en la tierra que en lo de ahí arriba”), lo social y el amor (“Gracias al amor en todas sus formas, un pulso vigoroso de fe, de ternura y de apetito de vida, hidrata el panorama enervante y desolado de la psicología andaluza”, y para los hermanos Caba, “Andalucía es España”).


(Este texto apareció publicado en el nº 266 -marzo del 2013- en el suplemento cultural del periódico editado por el sindicato CGT. Fue una petición de un amigo sobre ese tema. En nuestro atrevimiento mandamos lo que aquí, ahora, traemos).

domingo, 16 de junio de 2013

En los medios (Paco de Lucía, Diego Clavel, Capullo, Jorge Pardo, Buika...)

Traemos una nueva tanda de noticias, comentarios del mundo flamenco. Empezamos con la lista española de los cien discos más vendidos. Sólo una presencia puramente flamenca, la de Tomatito con su nuevo disco, Soy flamenco. Aguanta el tocaor, tras seis semanas, en el puesto 93. Sabemos de su flamencura, pero en los últimos tiempos ésta se ha puesto al servicio de otros 'cantes' (de origen latinoamericano), y en ellos sigue Diego el Cigala con su último disco, Romance de la luna tucumana, que ha entrado esta semana en el nº 60 (si les apetece un comentario sobre el álbum, pueden asomarse al blog de Juan Vergillos).
Concha Buika es, como diría Camarón, "de nosotros". Ella no canta canciones, pero hace el cante; aunque no suenen a flamenco, su expresividad, su sentir no suena a otra cosa (sí ha mantenido, y mantiene relaciones con músicos flamencos, como Niño Josele o el productor Javier Limón). Nos gusta, desde siempre, esta mujer, que acaba de publicar, La noche más larga (nº 29).
Los Premios Guille, otorgados por unos 50 locales de Madrid que programan conciertos, reconocen a los músicos que más han destacado en directoa lo largo del año. En su sexta edición han premiado a Jorge Pardo como mejor artista de jazz y en la gala de entrega de premios -dedicados principalmente al pop- se contó con la actuación de un cuadro flamenco con los bailaores José Antonio Jurado e Isabel Jurado, el cantaor Javier Vázquez y el guitarrista Juan Jiménez.
"Siempre soy bien recibido entre los flamencos, y eso cala", dice Pardo en las páginas del suplemento El Cultural (3-8 de junio. 2013). El músico forma parte de una serie de fotografías realizadas por Chema Conesa para el festival Suma Flamenca. Imágenes en las que distintos intérpretes posan junto a alguien con un especial significado para él o ella (Jorge con su hijo Miguel, percusionista). Bajo esta premisa, Carmen Linares elige a Soleá Morente ("Nuestro lazo es la herencia que nos dejó su padre"), Vicente Amigo y Gerardo Núñez a sendos constructores de guitarras; la bailaora Carmen Cortés a un maquillador, y así otros con sus acompañantes.
El verano es tiempo propicio para festivales, dentro y fuera de España. Uno de los que tienen más solera, reconocimiento es el de La Unión, el del Cante de las Minas, que se celebrará entre el 1 y el 10 de agosto. Un festival, muy querido en este blog, que en los últimos cuatro, cinco años nos está provocando... 'sentimientos encontrados'. Como los que produce a Manuel Bohórquez y apunta en esta entrada de su blog (y un apunte, de 1888, al Rojo el Alpargatero en Papeles Flamencos). 
También aparece citado el amigo Bohórquez con motivo de un acto celebrado el pasado 29 de mayo en la Universidad de Sevilla, cuyo protagonista fue Diego Clavel. Y como sabemos que el cantaor de La Puebla de Cazalla trae buenos recuerdos a algunos amigos nuestros -y a nosotros- os remitimos al reportaje sobre dicho acto, tomado de Jerez Jondo.
Recuperación de un cantaor del que no se oye hablar mucho en la actualidad. Otra recuperación hace el Festival de Jazz de Vitoria con dos músicos que protagonizaron uno de los grandes momentos del certamen jazzístico.
Fue hace unos doce años cuando Paco de Lucía y Chick Corea pusieron en común sus talentos a la guitarra y el piano, respectivamente, para asombro del aficionado al jazz y al flamenco. Era el año en que el guitarrista había publicado, Zyriab, con participación del pianista; pero años antes de Lucía había colaborado en el disco de Corea, Touchstone. El concierto, en el que primero participará cada uno con su grupo para al final unirse los dos, pondrá punto final a la 37 edición del Festival vitoriano.


"Desde mi desconocimiento absoluto del flamenco he de decir que este disco me ha encantado". Quien de esta forma se expresa es Benet Román, tiempo ha el encargado de las reseñas discográficas para la revista de cómics, El Víbora, y hasta el nº 253 (2001), en su página, exclusivamente dedicada al pop-rock alternativo, nunca había citado un disco de flamenco. Rompió la tendencia con Este soy yo, de El Capullo de Jerez. "He quedado", continuaba Román, "absolutamente alucinado por dos temas en concreto: ¿Dónde miran tus ojos? y Dicen que el mundo es así, de los que me apuntan son dos bulerías. Estas dos canciones son dos declaraciones de cómo vivir y cómo amar con las que me he sentido plenamente identificado... Capullo de Jerez, un cantaor que ha emocionado a un capullo de Barcelona". Y es que hay mucho flamenco oculto en este país.


jueves, 13 de junio de 2013

Festival en Zamora, Lorca y Falla en Salamanca

Concluidas las Jornadas, volvemos al mundo exterior, pero sólo nos alejamos un centenar de kilómetros, en dirección Zamora. Y es que en la capital zamorana aguarda una cita cargada de tradición: El Festival Flamenco, que este año cumple su 43 edición. Tendrá lugar el día 29 de junio en la Plaza de la Catedral, a partir de las diez y media de la noche. Entrada libre. Y con un cartel lleno de interés.



Dos cantaoras y dos cantaores con mucho poderío: Dolores Agujetas, Remedios Amaya, José Menese y Vicente Soto 'Sordera'. Cada uno mostrando una faceta del flamenco: lo social, lo salvaje, lo festero, lo culto.
Estarán acompañados por Antonio Carrión, Pascual de Lorca y Juan Diego al toque, y las palmas y jaleos de Chicharo, El Bó, Joaquina Amaya y Zamarra. Y aún hay más: fiesta final con La Familia Amaya.
Pero antes, el 15 de junio, se puede hacer una parada en la Plaza Escuelas Mayores de Salamanca y asistir al concierto de Sandra Carrasco y Spaincellence Festival Orchestra (20 horas; entrada libre).
SFO es una formación de jóvenes músicos, ligada al Festival de Música Lienzo Norte de Ávila y la Academia Internacional de Música, que imparte sus clases cada verano en la ciudad castellano y leonesa y cuyo objetivo es "ampliar el conocimiento musical de jóvenes talentos". Ést@s, bajo la dirección de Manuel Tévar, acompañarán a la joven cantante onubense, cuyo primer disco, editado hace un par de años, tuvo como productor a Javier Limón, quien había contado con ella para su disco, Mujeres de agua.

Un disco de fusiones al gusto del productor, con colaboraciones de músicos israelíes, libaneses, palestinos, marroquíes, turcos, cubanos y flamencos como Pepe Habichuela o Josemi Carmona. No es de flamenco, ni Sandra Carrasco ejerce de cantaora, pero ella sí tiene una formación flamenca (ha colaborado con Manolo Sanlúcar, El Pele, Arcángel, Carmen Linares o Estrella Morente, entre otros).
Carrasco cuenta experiencia para abordar el repertorio que interpretará junto a la orquesta Spaincellence. Un repertorio dividido en dos partes. Una, sobre canciones escritas o adaptadas del cancionero popular por Federico García Lorca ("Anda jaleo", "Los cuatro muleros", "La tarara", "Café de Chinitas", "Zorongo gitano"...); y otra, El amor brujo, de Manuel de Falla.

martes, 11 de junio de 2013

Una afición a la que no se puede desatender y mucho menos olvidar

"Apenas transcurridas unas horas del cierre de  la X edición de las Jornadas Flamencas “Ciudad de Valladolid”, con la actuación de Mayte Martín  y la guitarra de Juan Ramón Caro, quisiera agradecer al público y, de manera particular, a la afición al flamenco su presencia en las Jornadas. A este agradecimiento, mío, personal, se suma el de los artistas, conferenciantes y personalidades que han estado a lo largo de la semana entre nosotros, como así me lo han expresado.
Entre las personas que han estado, quiero resaltar a D. Luis Adame, empresario, propietario del Tablao Flamenco “Cordobés” de Barcelona y presidente de la Academia de las Artes y Ciencias del Flamenco, institución entre cuyos objetivos está, “… sumar energías y sinergias que confluyan en el panorama social y cultural del arte flamenco…”. Su presencia ha permitido estrechar lazos de colaboración y un posible acercamiento de la Academia a Valladolid, a su afición y ciudadanía.
De manera especial, quiero agradecer a todo el personal del LAVA -coordinado por Juan Casares-, por el apoyo y colaboración. Como el de la afición y personas en general que han asistido, lo que da más sentido para empezar a encarar las XI Jornadas Flamencas Ciudad de Valladolid. Sin olvidar el organizar desde la Fundación Municipal de Cultura algún evento flamenco durante el resto del año, que reuna a una afición a la que no se puede desatender, por su entrega y respeto por el flamenco".

Pedro Sanz. (Coordinador de las Jornadas Flamencas)
Valladolid 09/06/2013

lunes, 10 de junio de 2013

Balance y recuerdo de las X Jornadas Flamencas (y 10.000 +)

Concluyeron las X Jornadas Flamencas 'Ciudad de Valladolid' el pasado sábado con un gran recital de Mayte Martín, acompañada por el toque cómplice de Juan Ramón Caro. Natural, profesional, verdadera, transmitiendo sentimiento -hubo sofocos, estremecientos, rodaron lágrimas. Un soberbio cierre, en una sala llena (400-500 personas), a una más que notable décima edición, de la que podéis leer un resumen, una serie de impresiones en este enlace, una solicitud del periódico digital, Último Cero, a la que respondimos con agrado (Al final del artículo se apuntan unas consideraciones sobre el papel del organizador del evento flamenco, el Ayuntamiento de Valladolid. Su manera de conocer la realidad del flamenco es entregar, al final del recital de Mayte Martín, una hoja de papel a modo de encuesta: ¿Qué nota le pondría a esta actividad?; grado de satisfacción;  lo que más y menos le ha gustado...
Es de suponer que la contestación sería positiva, dado el estado de satisfacción con que el público salía del recital. Está bien tener una referencia de la opinión del público, el de ese día en concreto no es el que acude mayoritariamente a las Jornadas, la asistencia a conferencias-recitales/pruebas selectivas, rondará las cien personas, sólo que son diez años de Jornadas y el interés, la actitud el organizador demuestra no haber variado, para mejorar esta actividad cultural).
Por último, deciros que durante la celebración de las Jornadas este blog ha alcanzado 20.000 visitas (en menos tiempo que cuando alcanzamos las primeras diez mil). Que las entradas más solicitadas siguen siendo, prácticamente, sobre l@s mism@s artistas y temas señalados en el primer balance de las 10.000; al igual que los países desde donde nos visitan; y que se han apuntado vari@s seguidor@s más. Para los más recientes, los dos David, Jesús y José Luis, y a tod@s en general, nuestro más sentido agradecimiento. Va por ustedes:


sábado, 8 de junio de 2013

Mayte Martín cierra, hoy, las Jornadas

"El flamenco es mi origen, no mi yugo", declara en su web la cantaora que este sábado clausura las  X Jornadas Flamencas 'Ciudad de Valladolid', en el Teatro Lava, a partir de las ocho y media de la tarde (Entradas: 15 euros).


Ella es Mayte Martín y estará acompañada por el toque de Juan Ramón Caro. La misma pareja que clausuró la primera edición de las Jornadas, un año más centro de reunión y atracción de la afición flamenca vallisoletana, y de otras partes de esta región (y alguno de fuera de ella). Afición presente incluso desde la ausencia.
Pedro Sanz, coordinador de las Jornadas, realizó un emotivo homenaje a Pascual Cordero, presidente de la Peña La Seguiriya fallecido en febrero de este año, al dejar una butaca vacía, aquella en la que el buen aficionado que era Pascual se habría sentado. Butaca adornada con un ramo de hierbabuena, una de cuyas ramitas siempre le acompañaba.
Fue el primer día de las Jornadas en el transcurso de una breve presentación, en la que Pedro también tuvo unas palabras para toda la afición en general. Recordando la respuesta de uno de l@s infaust@s ministr@s del gobierno español actual -cuando éste, el ahora ministro de Hacienda, estaba en la oposición-, sobre por qué su ppartido no colaboraba en la solución de la crisis: que se caiga el país, que ya lo levantaremos nosotros; Sanz señaló que la afición flamenca ha respondido de una manera distinta, "empujando todos en la misma dirección", cuando el flamenco se ve amenazado, "para que no sufra ni la menor grieta que ponga en peligro el disfrute de este arte. Las Jornadas Flamencas", continuó, "no son más que un complemento a todas esas iniciativas que se vienen haciendo desde distintos ámbitos en la ciudad. Os doy las gracias".


El "cante cadencioso y emotivo, natural pero henchido de sustancia" (F. Neira), de Mayte Martín vuelve a una ciudad que la ha visto y oído en diferentes escenarios -desde la sala pequeña de un café al gran auditorio- y formatos (por ejemplo, De fuego y agua, con las hermanas Labèque). Y siempre ha dejado huella. Una huella interior, de carácter personal, como es la trayectoria y el hacer el cante de la cantaora (y guitarrista y compositora). Cosas de dos, título también de su último disco.
"Soy catalana, pero por mis venas corre sangre andaluza y murciana. Mi padre es malagueño y madre del barrio cartagenero de Santa Lucía. La verdad es que no había pensado en ganar con mi minera; simplemente deseaba hacer un buen papel. Bueno, tengo que decir que cuando, en la noche que media del viernes al sábado, descubrí la luna llena, que mi signo de Aries señala como propicio, me dio el pálpito del triunfo", decía Mayte Martín tras ganar la Lámpara Minera en 1987, seis años antes de que hiciera lo propio, Miguel Poveda. A uno y otra se les asocia como representantes de una generación que renovaría el interés por el flamenco.


Generación deudora de la de Camarón de la Isla, en su rebeldía respetuosa, en el medir, hermanar el flamenco con otras músicas -en el caso de la cantaora, principalmente, con el bolero, al que ha dotado de una dignidad, de una clase que parecía haber perdido por la empalagosa utilización a la que venía siendo, y desgraciadamente sigue, sometido-, de tener su cante el tono de su tiempo, sin olvidar a quienes les precedieron, con una querencia muy especial, para Mayte, hacia La Niña de los Peines.
Claridad, dulzura, entrega, compromiso, sentimiento libre y verdadero, personalidad flamenca como artista y persona: Mayte Martín.

viernes, 7 de junio de 2013

Hoy, Pruebas Selectivas y espectáculo de baile

Una vez concluidas las conferencias y recitales, que nos han mostrado unos jóvenes y prometedores cantaores muy cercanos a la ortodoxia -con matices y sobre los que, en otro momento, convendría detenerse-, prosiguen las Jornadas Flamencas, hoy viernes, con las Pruebas Selectivas previas al Concurso del Festival Internacional del Cante de las Minas. Valladolid es una de las varias sedes repartidas por todo el país, en las que cantaor@s, tocaor@s y bailaor@s presentan sus credenciales con elobjetivo de acceder al Concurso minero. La cita es en el Teatro Lava, a las ocho de la tarde (entrada: 7 euros). Y mañana, despedida por todo lo alto con Mayte Martín (20.30 horas).


Además hoy se presenta en el Teatro Zorrilla, Buena suerte, del Ballet Flamenco de Cristina Redondo y Estela Sanz. Estas dos bailarinas vallisoletanas dirigen a otras ocho en un espectáculo del que se puede obtener más información aquí. Horario: Nueve de la noche. Entrada: 22 y 18 euros. Suerte.

Pepe Cros y Miguel Poveda.

Sigamos con las Pruebas Selectivas. Nos alegra saber que sigue siendo jurado, Pepe Cros (a la derecha en la foto), para quien Valladolid ya no guarda secretos después de tantos años viniendo a esta ciudad para tomar nota de l@s participantes en la Pruebas. Participantes como éstos:

CANTE:
-Nazaret Romero (Linares, Jaén). Socia de honor de la Peña Carmen Linares. Ha actuado principalmente en peñas y atesora algún primer premio como el de Jóvenes Cantaores del Concurso Nacional de Tarantas de Linares.
-Bernardo Miranda (Fernán Núñez, Córdoba). También se ha fogueado en el circuito de peñas y en un buen número de concursos flamencos, donde ha obtenido diversos premios (1º Premio Antonio Fernández Díaz “Fosforito” al cantaor más completo, por ejemplo).
-Jeromo Segura (Huelva). Formado en la Fundación Cristina Heeren ha pertenecido a compañías de baile como las de Eva La Yerbabuena, Rafael Campallo, Milagros Mengíbar o Pastora Galván, entre otras. Tiene un disco publicado, Oro viejo.

BAILE: 
-Pedro Fernández (Chile). Tiene escuela y compañía de baile propia. Especializado en flamenco, danza española y escuela bolera, trabaja en la incorporación de elementos latinoamericanos al flamenco. Recibió el premio al Mejor Bailarín chileno en 2009.
-Antonio Molina 'El Choro' (Huelva). Formado en la Fundación Cristina Heeren, ha sido llamado a participar en distintos espectáculos de Israel Galván, Javier Barón o Eva la Yerbabuena, entre otros.

TOQUE:
-Belen Novelli (Perpignan, Francia). Aún no ha cumplido los 20 años y ya atesora un buen número de presentaciones a diversos concursos y premios (Concurso de Jóvenes Flamencos de la Federación de Entidades Flamencas, entre otros). Autodidacta, comenzó a tocar la guitarra a los seis años bajo la supervisión de su padre y su tío, aficionados al flamenco.

Esta es la relación de participantes en las Pruebas Selectivas 'Ciudad de Valladolid', que tendrán como guitarrista oficial a Rosendo Fernández, y Francisco Pedro Severo López acompañará a Pepe Cros en la labor de evaluar a l@s aspirantes. ¿Saldrá, de aquí, otro ganador o ganadora de algunos de los premios del Concurso del Festival de las Minas, como ha sucedido en ediciones anteriores?. En agosto, del 1 al 10, en La Unión, la respuesta.

miércoles, 5 de junio de 2013

Hoy en las Jornadas: Vicente Escudero en América y recital de Rubito Hijo

Ayer se pusieron en marcha las Jornadas Flamencas 'Ciudad de Valladolid' con una conferencia de Gerhard Steingress. El sociólogo y flamencólogo austríaco, autor de Sociología del Cante Flamenco -"la biblia de la nueva flamencología moderna científica" (E. Baltanás)- ofreció a modo de "breves pinceladas" un resumen de los resultados de sus investigaciones sobre el flamenco, ya publicadas, centrándose en los inicios de este arte, desde la realidad de los hechos documentados y no de las conjeturas (Tomamos nota de su conferencia, para más adelante, y dejamos un texto del autor, aquí).
Interesante, "magistral clase", señaló el cantaor y guitarrista Ricardo Fernández del Moral antes de iniciar su recital. El último ganador de la Lámpara Minera 'despertó' a la afición allí presente con su la fuerza de su voz 'antigua' y el toque de su sentida guitarra. Un cantaor en progreso, del que dicen prepara su debut discográfico con Amir John Haddad como posible productor.
Hoy miércoles turno para el escritor e investigador José Luis Navarro con una conferencia de un 'palo' que denomina, el baile, y sobre un bailaor que nos toca muy cerca a los vallisoletanos: Vicente Escudero.


Miembro del Consejo Asesor de la Bienal de Sevilla, de la Cátedra de Flamencología de la Universidad de Cádiz, reconocido con los más prestigiosos galardones por su labor investigadora, y autor de diversos libros, entre ellos, Historia del baile (5 volúmenes editados por Signatura), Navarro hablará sobre una no muy conocida etapa del genial bailarín, "La aventura americana de Vicente Escudero".
Precisamente uno de sus últimos libros versa sobre nuestro jondo paisano, Vicente Escudero. Un bailaor cubista (Libros con Duende). Una biografía del bailaor con abundante material de archivo (entrevistas, críticas, escritos), pero también un análisis de su baile y personalidad e influencia en el baile flamenco actual.

Tras la conferencia, que empezará a las ocho de la tarde en el Teatro Lava, recital de Rubito Hijo acompañado al toque por Antonio Carrión. Cantaor y guitarrista representan la continuidad flamenca por herencia familiar.
Hijo del reconocido saetero Rubito de Pará nace en 1980 en la localidad sevillana de Paradas, si bien a los pocos meses de su nacimiento su familia se traslada a La Puebla de Cazalla, cuna de artistas como José Menese, Miguel Vargas, Diego Clavel, Manuel Gerena, Joselero de Morón, Manolo el Catato o La Niña de la Puebla. Desde niño acompaña a su padre por peñas y festivales y no tarda en hacer sus primeras actuaciones. Será a partir del año 2000 cuando su nombre comience a adquirir una mayor proyección, confirmada en el Festival Internacional del Cante de las Minas al hacerse con la Lámpara Minera en el 2003. Ha publicado cuatro discos y de él se valoran sus amplios conocimientos del flamenco y personalidad al abordar los palos nobles del flamenco.

Aunque conocido y reconocido como guitarrista flamenco, Antonio Carrión también ejerce, aunque menos, de cantaor. Como su padre, Carrión de Mairena, o su tío abuelo, Cancuna. Junto a su padre, y con 13 años, graba su primer disco, para luego ser arte y parte del flamenco compartido con Menese, Chocolate, Chano Lobato, El Chozas, Mercé y un largo etcétera, cuya relación podréis encontrar en la página web del guitarrista, una presencia constante en estas Jornadas. Y que sea por muchos años.
Y mañana, Jerez. Desde la memoria del Tío Borrico evocada por el flamencólogo José María Castaño, el cante de Jesús Méndez y el toque de Manuel Valencia (también a las ocho de la tarde en el Lava).

lunes, 3 de junio de 2013

Atracción por el flamenco (1) Pedro Sanz: "El flamenco es del pueblo" (y III)

Teníamos pendiente una charla con Pedro Sanz para concluir lo iniciado sobre su relación con el flamenco. Y este es un buen momento, pues están a punto de inaugurarse las X Jornadas Flamencas 'Ciudad de Valladolid' (4-8 de junio, Teatro Lava), de las que es artífice, impulsor, creador y coordinador (junto a Manuel Navarro). Pedro había contado el por qué de su pasión por el flamenco y cómo había ido desarrollándose -véase aquí, I y II- a lo largo de los años. Lo habíamos dejado a finales de los 80, del siglo pasado.


Fotografía de Carlos Arranz (para Último Cero).

"Hasta entonces había salido poco de Valladolid para ir a actuaciones y actos flamencos. La peña de Vallecas, de la que era presidente, Paco Ceballos, un compañero y amigo que murió joven; al San Juan Evangelista, el 'Jhonny'. Y poco más. Pero el paso más importante fue ir al Festival de La Unión".
-¿Por qué este y no otro?
-Creo que para todo aficionado el Festival del Cante de Las Minas es un referente; no creo que haya ningún flamenco al que no seduzca, aun no habiendo estado en él físicamente. Yo había leído las crónicas que escribía Ángel Álvarez Caballero para El País, y llegar allí se me presenta de una manera muy fácil. La situación económica no me permitía el estar en el Festival. Coincide entonces que un cuñado adquiere un apartamento en Los Alcázares. Me dio una alegría muy grande, que yo no la exterioricé, pues desde Los Alcázares a La Unión hay 4 km. Y eso me iba a dar la oportunidad de vivir el Festival desde el primer día hasta el último. Un par de años antes había ido, pero sólo a ver un espectáculo puntual y me venía. Cuando yo llego allí, principio de los 90, lo primero que hago, creo que como todos, es ir a ver la Catedral del Cante, que te impresiona; recorrer las calles que habían frecuentado grandes cantaores (Rojo el Alpargatero, Chacón, el Breva, Pastora Pavón...), y, especialmente, subirme a la sierra minera. En fin, soñar un poco aquella cosas que había leído sobre aquellos cantes que habían nacido en los agujeros de las entradas de las minas, que ahora veía. Luego me dirigí a la oficina del Festival a pedir si podían darme información sobre el Festival. Y a medida que fui yendo año tras año...

Pedro Sanz y Manuel Navarro.

-¿Cómo vas entrando en contacto con el Festival, con las gentes de La Unión?
-Fue como a los dos años de esto que te he contado, de verme por el Festival, que, por ejemplo, en el Bar Minero, que son grandes amigos, me empiezan a decir que de dónde soy, intercambiamos cosas de flamenco; también en el restaurante El Vinagrero me preguntan. Yo les hablaba de mi pasión por el flamenco, por las minas. Porque los cantes mineros, en mi mente, representaban la dureza, el sacrificio de un colectivo de trabajadores, de sus penurias. Entonces yo era responsable de la seguridad de los mineros en Castilla y León, como secretario de la Federación Regional de Minería de Comisiones Obreras. Estos contactos me abrieron puertas, pero la principal fue cuando conozco a Manolo Navarro y a Pepe Cros.
-¿Cómo les conoces?
-Por entonces ya tenía en mi cabeza cómo traer a Valladolid las Pruebas Selectivas, esas de donde saldrán quienes lleguen al Concurso del Festival. Cuando conocí a Manolo, la verdad, conectamos muy bien los dos. Y un día que paseaba yo por la Calle Mayor él iba con Pepe Cros -no había la amistad que tenemos ahora que es casi familiar-, y me lo presenta. Y les expongo la idea. Tener la presencia de Pepe Cros, hijo de Pencho, me dio más fuerzas para trabajar en este proyecto. Tanto es así que ese mismo año, 90-91, ya tenía esbozada la idea de lo que yo quería, lo que son ahora las Jornadas. Y esta amistad es la que va a dar paso a que conozca todo el flamenco, a intelectuales, escritores, periodistas, artistas...

Pedro (a la dcha.) junto a Farruquito.

-Siendo un mero aficionado, ¿qué te lleva a querer organizar en Valladolid, tu ciudad, un evento de estas características como son las Jornadas?
-A mí el flamenco no me viene por tradición familiar, ni geográfica, pero sí por la sensibilidad que encierra. Y yo tenía un recuerdo muy vivo de mi barrio, Las Delicias, donde yo oía cantar flamenco, y en otros barrios de la ciudad, y a los gitanos en las graveras de San Isidro, allá por mediados de los 50, 60. De alguna manera, quería rendir, si se puede decir, un homenaje al flamenco, a aquellas gentes y no encontré mejor forma que traer algo, no que tuviera gancho, algo auténtico, de cantes no contaminados. Así empieza mi interés por trabajar en hacer algo que no sea un espectáculo con cantaores consolidados, quería como empezar por abajo y el Festival de Las Minas lo representaba. También tenía una cosa muy clara, que ese proyecto no lo tenía que patrimonializar ninguna entidad privada, sino que fuera una institución pública, porque estamos hablando de un arte, una cultura que es del pueblo, y del pueblo más marginal, marginal a causa de los poderosos.
-¿Cómo fue recibida tu idea?
-Mandé un montón de cartas a las instituciones locales, regionales, y al no recibir contestación hasta me arriesgué, en contra de mis principios, de mandarlas a bodegueros de la Ribera del Duero, y tampoco recibí contestación. Aquello, en vez de desesperarme, me hizo pensar más. Y un día me voy a la Fundación Municipal de Cultura, del Ayuntamiento de Valladolid, y hablo, y nunca quedaré satisfecho de mi agradecimiento hacia ellos, con Mario Tapanes y Carlos Heredero. Cuando lo leyeron me dijeron que si eso que había escrito, el proyecto de las Jornadas, era verdad. Yo creo que no se lo creían. Les mostré una carta con sello del Festival de mi amigo Manolo Navarro, coordinador general del Festival de Las Minas, donde expresaba que estaba de acuerdo en que Valladolid fuera sede de las Pruebas Selectivas. Ese fue el primer paso. Y se celebraron las Pruebas en la Sala Borja. Aún no las Jornadas.


-¿Cuál era el ambiente flamenco en la ciudad en ese momento?
-No tenía una presencia, ni creo que el público estuviera sensibilizado hacia él. Tal vez porque se desconocía mucho. Aparte de algunas actuaciones que podía hacer una empresa o el Ayuntamiento que, creo, distaban del verdadero flamenco, estaban las dos peñas, La Siguiriya, que aún sigue, pero sólo para sus socios, y El Quejío, que desaparece. Ahí sí se hablaba, de verdad, del flamenco.
(En los años que se han venido celebrando las Jornadas la presencia del flamenco en Valladolid se ha incrementado. El Café España, durante la etapa de Mario y Santi, incluyó en su programación de música -hasta entonces, básicamente, de jazz- un ciclo de conciertos de flamenco a lo largo del año por el que pasaron muchos de los principales nombres de este arte y que han retomado este año en otro escenario; el Teatro Calderón hizo lo propio durante varios años -bajo la dirección de Mercedes Guillamón-; al tiempo nuevos aficionados vallisoletanos del cante, baile y toque han ido surgiendo y presentándose en público con diversos espectáculos, actuaciones; se crea el Taller Flamenco y el Club Flamenco en la Biblioteca Pública de Valladolid. ¿Que esto haya sido propiciado por las Jornadas? Los hechos están ahí).

-Hagamos un balance de lo que han sido estos diez años de las Jornadas Flamencas.
-Me parece un poco arrogante por mi parte hacer el balance. Y es que las Jornadas han ido subiendo cada vez más, y en estos momentos están a unos niveles, podemos decir dentro de un formato medio, de lo mejor que se hace en España: por respeto, por la calidad, por la organización, por público, por muchísimas cosas. Sólo en el tema cultural han pasado por aquí los más importante, los 'pata negra', investigadores, escritores, periodistas del mundo flamenco: Ríos Ruiz, Blas Vega, Félix Grande, Gamboa, Núñez, Bohórquez, Vergillos... Y este año, con la presencia de Gerhard Steingress, Navarro y Castaño, que ya estuvo, tengo que pararme ahora a pensar qué personas vamos a traer para las conferencias. En el apartado artístico, empezando por Mayte Martín que fue la primera en venir, con Ramón Caro, y van a estar los dos este año clausurando las Jornadas, han pasado Esperanza Fernández, Poveda, Luis el Zambo, Carmen Linares, Rocío Molina, Capullo de Jerez, Arcángel... Y en las Pruebas Selectivas de aquí han salido varios primeros premios en cante, toque y baile: Juan Pinilla, María Juncal, Javier Conde -cuando tenía 14 años-, Miguel Ortega, Jesús Carmona... El resumen es muy positivo. Pero para tener una visión más objetiva de las Jornadas invitaría a entrar en google y busquen Jornadas Flamencas 'Ciudad de Valladolid'.

Manuel Bohórquez (dcha) en las Jornadas. Fotografía de Gerardo Sanz.

(De cara al futuro, no le faltan ideas a Pedro Sanz para ir ampliando, renovando, haciendo crecer las Jornadas. Para que esto suceda no depende tanto de un mayor presupuesto como de una mayor, digamos, ambición, compromiso con ellas por parte de quien hasta ahora sigue organizándolas, el Ayuntamiento. Algunas de esas propuestas han sido expuestas por Pedro, hace años, y recogidas en distintos medios periodísticos -trasnoches, cursos, exposiciones-, y en la presentación de esta nueva edición apuntó hacia la posibilidad de que las Jornadas pudieran establecer lazos fuera de su espacio actual mediante la relación con otros festivales, instituciones flamencas, y no sólo nacionales).
-Han pasado muchas cosas en estos diez años, ¿hay alguna que quisieras destacar?
-Muchas. Todas las actuaciones que ha habido han dejado una pincelada de buen arte. Mayte Martín metió unos tangos de Pastora Pavón, para enmarcar; Miguel Poveda, uff; Esperanza Fernández dio un recital que a mí me encantó... Ha habido ratos muy buenos. Pero de todo, de todo, yo me quedo con el recital del año pasado de Márquez el Zapatero cantando por Triana, a sus 85-86 años, con esa entrega, con esa voz... es lo que más me impactó, más me llevó al duende.


sábado, 1 de junio de 2013

Club Flamenco (21) La Fiesta

"Hemos tenido la satisfacción de la colaboración y participación de todo el mundo, lo cual nos da pie a continuar...". Enrique resumía con estas palabras lo que han sido estos dos años del Club Flamenco, de la Tertulia Flamenca, que se ha venido realizando en la Biblioteca Pública de Valladolid. Hizo balance, expresó agradecimientos y recordatorios en el cierre de este segundo año, celebrado ayer viernes con un elemento consustancial al flamenco: La Fiesta. Y se contaba con cantaores, tocaores y espontáneos, de estas tierras, así como la presencia de hombres y mujeres en un ambiente de participación, de colaboración, de juerga.

Bernardo, con Óscar y Toño al toque.

"Juerga se hace derivar acertadamente de huelga. En verdad, desde el punto de vista conceptual, no es más que eso; vale decir, la libertad que da la huelga, la libertad excitante que brinda el no hacer nada. El juerguista personifica a la postre un trabajador en holganza, un huelguista intransigente, un parado crónico" (Anselmo González Climent).

Gallo toma el relevo del cante.

"El flamenco supone una creación colectiva a tiempo real con el único fin claro o visible (no el único fin) de permitir la conversión del momento concreto en fiesta. Cada fiesta es idénticamente distinta a cualquier otra fiesta, pero todas surgen del mismo marco... se establece una continuidad con el pasado a partir, por una parte, de la repetición (repetirse significa expresarse con continuidad en el tiempo), y, por otra, de lo que se podría identificar con una diferencia o mejor, aún, con una ganancia, un acrecentamiento" (La Voz de Tus Muertos).

Paco se arranca.


"Para mí, que estoy en primero de primaria de flamenco, la Tertulia es un lugar de encuentro de gente a la que nos gusta el flamenco, con una actitud bastante abierta y al mismo tiempo formal, cabal. Tanto unos como otros de una forma muy sentida. Ha sido un rato de pasárselo bien y de aprender" (Juan, uno de los del Club).


Cada un@ contribuyó al mantenimiento, al apoyo logístico y gastronómico -imprescindible éste para el desarrollo de la Fiesta-, de forma abundante, generosa, variada.




"A mí me ha sorprendido lo que sabe la gente del Club de flamenco, han oído muchísimo, leído, vamos, que están muy metidos en el flamenco. Es una pasión" (Emma, también de la Tertulia).

Clemente y su inseparable tocaor, Miguel, volvieron a estar con nosotros, así como la hija del cantaor zamorano.

Panero (cante) y Faustino (toque), memoria viva de la afición singular y cabal de esta ciudad.

Castañeta (en el centro), aún mermado en lo físico, quiso estar.

Aficionad@s de todo tipo y condición, veteranos y otros que lo serán, juntos en el patio de la Biblioteca (que regaló un sonido natural, de lujo). Y el recuerdo presente de quienes no pudieron estar, con especial mención para Pascual, que nos dejó en febrero: "Un aficionado cabal, mamó el flamenco desde niño. Y tuvimos la suerte de escucharle la última vez que cantó. Y estuvo sublime. Era un aficionado que cantaba muy largo y además bien; un estudioso, se preocupaba. Y admitía la crítica. Y esto te hace sentir el flamenco de otra manera" (Miguel).




Santiago Gegúndez, presidente de la Peña La Seguiriya, se lanzó por cantes de Levante.

Llegaba el momento de, en palabras de González Climent referidas a la juerga, "la fecundidad del desorden", "el despilfarro flamenco", "la anarquía de la plasticidad psicológica y artística del flamenquismo", "donde nunca se sabe cómo y cuándo, se pasa de la bastardía a la pureza, caprichosamente, a modo de tránsito misterioso".







Final de Fiesta en la Biblioteca con los chicos del Taller Flamenco, con todos los que antes habían cantado y tocado y bailado, jaleados por l@s allí presentes... "Muy bien, muy bien... guapa, eh, estábamos algo falto de esto, de soltarnos... ha habido ahí más arte que en el barrio Santiago... vamos a tomar un vino, un café ¿no?...". La Fiesta continuó, continúa.